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“No quiero quimioterapia: estaré tocando hasta que me muera”
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CÓMO AFRONTAR UNA ENFERMEDAD TERMINAL

“No quiero quimioterapia: estaré tocando hasta que me muera”

“Me siento muy triste al anunciar que Wilko ha sido diagnosticado con un cáncer de páncreas terminal.  Ha decidido no recibir quimioterapia”. Así de directo se

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“No quiero quimioterapia: estaré tocando hasta que me muera”

“Me siento muy triste al anunciar que Wilko ha sido diagnosticado con un cáncer de páncreas terminal.  Ha decidido no recibir quimioterapia”. Así de directo se mostraba Robert Hoy, el manager del legendario guitarrista británico Wilko Johnson al anunciar, en la cuenta de Facebook oficial de éste, la fatal enfermedad que padece el que fuera líder de Dr. Feelgood. Pero a diferencia de muchos otros enfermos, Wilko, que cumplió el pasado verano 65 años, ha decidido morir con las botas puestas y ha anunciado, a través de su manager, que no cancelará ninguno de los conciertos que ha programado hasta la fecha –una gira en Japón y otra por Francia–, que grabará un nuevo disco y que dará una serie de conciertos de despedida en Reino Unido. Tocará hasta que su cuerpo aguante.

La decisión de Wilko puede sorprender a  cualquiera que desconozca su figura, pero para sus fans no deja de ser algo acorde a su carrera, y a su vida personal. Ya sea con Dr. Feelgood (de los que se publicó recientemente una caja con todas las grabaciones junto a Wilko), Solid Senders, Ian Dury and the Blockheads, o en solitario, el guitarrista ha vivido en una gira casi continua desde 1975 (algo que no le ha impedido hacer sus pinitos como actor, participando en la serie de HBO Juego de Tronos en la que interpreta al verdugo Ilyn Payne). La lucha contra cáncer no es algo nuevo para él. En 2004 tuvo que enfrentarse a la muerte de su esposa, Irene, en manos de la misma enfermedad, algo que sin duda ha influido en su decisión de no recibir quimioterapia. Wilko se casó con su novia de la infancia cuando aún eran adolescentes y siguieron juntos durante toda la vida, quizás un caso único en la historia del rock. Como ha reconocido en numerosas entrevistas,  el guitarrista nunca llegó a superar ese mal trago, y sólo el rock lograba calmar su tristeza. Abandonarlo nunca entró entre sus planes. 

Afrontando una enfermedad terminal

La situación por la que está pasando Wilko es similar a la de todos los enfermos que se enfrentan a un diagnóstico de cáncer incurable, y el de páncreas es, precisamente, uno de los más difíciles de tratar. Como apunta la psicóloga de la Asociación Española Contra el Cáncer, Patrizia Bressanello, el hecho de que te diagnostiquen un cáncer incurable coloca al enfermo, y su familia, en el peor de los escenarios posibles. A diferencia de las personas a las que han diagnosticado un cáncer tratable, aunque nadie sepa si la cura va a dar los resultados esperados, las personas que se encuentran de la noche a la mañana con una enfermedad terminal de estas características no están preparadas para el fatal desenlace. “Es un mazazo”, asegura Bressanello. “Al principio hay una negación, algo que entra dentro de lo normal. Hay personas que se instalan en ella hasta el final y otros que lo asumen y tratan de vivir la vida que les queda de la mejor forma posible”.

Muchos enfermos y sus familias caen en el error de refugiarse en la negación y no se enfrentan a la realidadAnte una situación como esta, el enfermo sólo puede ponerse en manos de los cuidados paliativos y afrontar su futuro de la mejor manera posible, algo que, no obstante, deja margen para varias decisiones que son de suma importancia. “Hay que ayudarles a enfrentarse a la realidad de la mejor forma posible, y sin dolor”, explica la psicóloga. “Una cosa que hay que dejar muy clara es que hasta que nos muramos seguimos vivos. Y podemos disfrutar de la vida que nos queda. Los aspectos médicos no se pueden controlar, y hay que asumir que vamos a estar muchos días hospitalizados, pero el resto del tiempo podemos decidir cómo queremos vivir. Es el último capítulo de un libro en blanco, que es nuestra vida, y podemos hacer con él lo que queramos”.

Tal como explica Bressanello, muchas familias caen en el error de refugiarse en la negación, y no se enfrentan a la realidad: “Algunas personas no hablan del tema y hacen como si no pasara nada. Y es peor. El enfermo tiene que tomar sus últimas decisiones, dejar hecho el testamento, cumplir sus últimos deseos… Son cosas que la familia debe facilitar pues disminuyen la incertidumbre a la que se enfrenta el enfermo y evitan que se entre en un duelo patológico”.

“La sociedad occidental no sabe cómo enfrentarse a la muerte”

Estar junto a alguien que sabes a ciencia cierta que va a morir en poco tiempo es violento y muy difícil. La sociedad, en resumidas cuentas, no sabe tratar con los enfermos terminales. ¿Cómo saludas a alguien en ese estado? ¿Debes hablar abiertamente de su enfermedad? ¿Cómo deben sus familiares informarles sobre su estado de salud? Bressanello sabe muy bien que son asuntos difíciles de abordar, pues su labor es asesorar a enfermos terminales y familias que se enfrentan a una situación de este tipo (una labor que realiza a través del servicio Infocáncer). La realidad, asegura, es que la sociedad occidental no sabe cómo enfrentarse a la muerte: “Es un tema que se oculta a los niños y del que nadie habla, pero lo cierto es que todos nos vamos a morir. Creemos que moriremos de viejos, rodeados de nuestras familias, pero puede que eso no ocurra. La única diferencia entre nosotros y alguien que tiene un cáncer terminal es que él sabe que va a morir dentro de poco, pero en realidad no tiene por qué morir antes. Todos tenemos múltiples posibilidades de morirnos cualquier día y en cualquier momento, lo que ocurre es que no nos paramos a pensarlo”.

Por suerte, explica la psicóloga, hay una lección que podemos aprender de todo esto. “Todos vamos a morir y no sabemos cuándo así que debemos dar valor a las cosas que para nosotros sean importantes”. Si para Wilko lo importante es seguir tocando, es lógico que siga haciéndolo todo el tiempo que pueda. Así podremos disfrutar de su música por más tiempo. 

“Me siento muy triste al anunciar que Wilko ha sido diagnosticado con un cáncer de páncreas terminal.  Ha decidido no recibir quimioterapia”. Así de directo se mostraba Robert Hoy, el manager del legendario guitarrista británico Wilko Johnson al anunciar, en la cuenta de Facebook oficial de éste, la fatal enfermedad que padece el que fuera líder de Dr. Feelgood. Pero a diferencia de muchos otros enfermos, Wilko, que cumplió el pasado verano 65 años, ha decidido morir con las botas puestas y ha anunciado, a través de su manager, que no cancelará ninguno de los conciertos que ha programado hasta la fecha –una gira en Japón y otra por Francia–, que grabará un nuevo disco y que dará una serie de conciertos de despedida en Reino Unido. Tocará hasta que su cuerpo aguante.