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El salmón transgénico, a un paso de llegar a las pescaderías tras 17 años de papeleo
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CRECE EL DOBLE DE RÁPIDO QUE EL CONVENCIONAL

El salmón transgénico, a un paso de llegar a las pescaderías tras 17 años de papeleo

En 1989 la empresa estadounidense AquaBounty creó su primer salmón genéticamente modificado. El “salmón Frankenstein”, como lo llaman sus detractores, fue el resultado de inyectar fragmentos

Foto: El salmón transgénico, a un paso de llegar a las pescaderías tras 17 años de papeleo
El salmón transgénico, a un paso de llegar a las pescaderías tras 17 años de papeleo

En 1989 la empresa estadounidense AquaBounty creó su primer salmón genéticamente modificado. El “salmón Frankenstein”, como lo llaman sus detractores, fue el resultado de inyectar fragmentos del ADN de un pez de la familia de las anguilas (Zoarces americanus), y del salmón Real (la variedad Chinook), en los óvulos fertilizados del salmón convencional de la variedad atlántica. El resultado: un salmón hermoso, con buen aspecto, que crece el doble de rápido que su variedad salvaje.

En 1995, tras perfeccionar la técnica, y lograr un salmón apto para el consumo humano, AquaBounty pidió al Gobierno estadounidense la aprobación para comercializar su criatura. Diecisiete años después, el salmón AquaAdvantage –como lo llaman sus creadores– ha superado el que podría ser su último escollo legal. La todopoderosa Food and Drug Administration (FDA) ha concluido que la comercialización de la especie no afectaría al medio ambiente. Esta decisión se une a una resolución de este mismo organismo que en 2010 aseguró que “el consumo del salmon AquaAdvantage es tan seguro como el salmón atlántico convencional”. Los dos principales problemas que presentaba el salmón transgénico parecen superados, aunque esta no se trata de la aprobación definitiva. De momento, se ha abierto un periodo de 60 días en los que la FDA podrá recibir todo tipo de alegaciones.

Los detractores de los transgénicos insisten en que la comercialización del salmón genéticamente modificado supone un peligro para la salud y el medio ambienteTras el fracaso para demostrar que el consumo de salmón transgénico podía suponer un peligro para la salud, la amenaza medioambiental constituía la punta de lanza de los grupos ecologistas, que se oponen ferozmente a su llegada a las pescaderías. El dictamen de la FDA parece haber inclinado la balanza en su contra. Si tras 17 años de litigio científico y burocrático el salmón llega finalmente a las mesas estadounidenses, su expansión por todo el mundo será inevitable.

Los detractores de los transgénicos insisten en que la comercialización del salmón de AquaBounty supone un peligro para la salud y el medio ambiente, pero sus argumentos han sido rebatidos una y otra vez por los distintos comités científicos. En su opinión, si la cría del salmón transgénico se generaliza, éste podría escapar de las piscifactorías, cruzarse con otras especies y, dado que se trata de una variedad más fuerte, acabar con el resto de salmones salvajes. Los responsables de AquaBounty niegan tal cosa, e insisten en que su salmón sólo será criado en versión femenina y esterilizada, por lo que, aunque se escapara, no haría ningún daño al medio ambiente. Un argumento que la FDA ha dado por bueno.

¿El futuro de la alimentación?

El debate sobre los animales genéticamente modificados levanta ampollas entre la comunidad científica y los ecologistas. Para unos, este tipo de avances podrían ser la clave para superar la crisis alimenticia a la que se enfrenta una población en constante crecimiento. Para otros, su expansión podrían provocar un impacto irreversible en el medio ambiente.

Lo que nadie duda es que la comercialización de animales transgénicos puede llegar a ser un enorme negocio. Frente a los tres años que se necesitan para criar un salmón en las piscifactorías actuales, el salmón de AquaBounty está listo para su consumo en año y medio. Si se legaliza su comercialización, la industria alimentaria no sólo ganará una batalla, en cierta medida estará ganando la guerra.  

Hay numerosas empresas y organismos investigando con todo tipo de animales genéticamente modificados, que ya son habituales en los ensayos clínicos. Hemos visto vacas que dan leche con omega-3, cabras con genes de araña que generan seda de éstas y peces de colores que brillan en la oscuridad (el primer animal transgénico disponible como mascota); pero hasta la fecha ninguno de estos animales se ha puesto a la venta para el consumo humano. Si finalmente el salmón se puede comercializar, ¿cuánto tardaremos en comer corderos o pollos transgénicos? 

En 1989 la empresa estadounidense AquaBounty creó su primer salmón genéticamente modificado. El “salmón Frankenstein”, como lo llaman sus detractores, fue el resultado de inyectar fragmentos del ADN de un pez de la familia de las anguilas (Zoarces americanus), y del salmón Real (la variedad Chinook), en los óvulos fertilizados del salmón convencional de la variedad atlántica. El resultado: un salmón hermoso, con buen aspecto, que crece el doble de rápido que su variedad salvaje.