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Tus hijos vivirán peor y serán más pobres, pero llegarán a los 100 años
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Tus hijos vivirán peor y serán más pobres, pero llegarán a los 100 años

Más de un tercio de los niños que nazcan este año tendrán una esperanza de vida de casi un siglo, según se afirma en un informe

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Tus hijos vivirán peor y serán más pobres, pero llegarán a los 100 años

Más de un tercio de los niños que nazcan este año tendrán una esperanza de vida de casi un siglo, según se afirma en un informe elaborado por el International Longevity Centre del Reino Unido. Este importante incremento de la longevidad en el país británico, un fenómeno extrapolable al resto de países occidentales, está asociado a un descenso paralelo de la calidad de vida. Concretamente, se calcula que las personas nacidas este año no acabarán de pagar su préstamo de estudiante hasta los 52 años (en la actualidad la media está en 33), mientras que el préstamo hipotecario de la vivienda los acompañará hasta los 61 años y su jubilación se retrasará hasta los 70.

“Si la gente vive más años, lo hará en peores condiciones y todas las etapas vitales se alargarán, por lo que debemos modificar algunos aspectos de nuestro estilo de vida”, advierte Iain MacGowan, director de inversiones de Scottish Widows, la compañía aseguradora que ha encargado el estudio. La esperanza media de vida pasa de los 81 años (para los nacidos en la década de los 50 y 60) a los 92, lo que también implicará un retraso de la edad media a la que se contrae matrimonio hasta los 33 años, dos más que la actual generación de jóvenes y ocho más que la nacida en los años 50 y 60.

A mayor endeudamiento, mayor empobrecimiento

Los investigadores coinciden en subrayar que las nuevas generaciones vivirán peor que sus padres al destinar un mínimo de una cuarta parte de sus salarios mensuales para pagar las diferentes deudas contraídas. Las becas-préstamo para acceder a la universidad implicarán un gasto entre los nacidos en 2012 nueve veces mayor que el de sus padres debido al encarecimiento de las tasas y el incremento de los intereses. Los padres de los futuros centenarios pagaron una media de 10.000 euros para cancelar su deuda universitaria a los 33 años, mientras que el coste para sus hijos se elevará a 91.000 euros. En la época de sus abuelos la educación universitaria era gratuita y la mayoría de estudiantes contaban con algún tipo de cobertura para afrontar sus gastos.El coste de ir a la universidad se multiplicará por nueve en solo dos décadas

Las hipotecas por la adquisición de una vivienda se pagarán de media hasta los 61 años, cuatro más que los nacidos en 1983 y siete más que los de la generación de 1957. La parte porcentual del sueldo destinado a este gasto crecerá igualmente. A todo esto hay que añadir que para obtener una jubilación estimada en el 60% del salario, los nacidos este año tendrán que contribuir al sistema de pensiones 2,4 veces más que los nacidos dos décadas antes, pero solo ganarán 1.7 veces más que ellos. Por otra parte, los recortes en el Estado del bienestar encarecerán el acceso a la salud y a otros servicios actualmente de titularidad pública.

Este empobrecimiento basado en el endeudamiento y en el desmantelamiento de los servicios públicos provocará una serie de cambios demográficos que se reflejarán en el retraso de la paternidad y el descenso de la natalidad. “La gente tardará más en formar una familia, principalmente por motivos económicos, pero también como consecuencia del alargamiento de las distintas etapas vitales”, apunta MacGowan. Según las estadísticas del informe, el 33,3% de los nacidos este año se convertirán en centenarios, una edad que sólo alcanzará el 19,5% de los nacidos a principios de los 80 y el 12,3% de los que lo hicieron a finales de los 50.

Un fenómeno global que pone en peligro el Estado de bienestar

Las previsiones demográficas de la ONU para las próximas décadas advierten sobre un fuerte retroceso vegetativo y envejecimiento poblacional. Una tendencia que, según el organismo internacional, afectará tanto a los países desarrollados como a los que se encuentran en vías de desarrollo, aunque en distinta medida: en China, el número de adultos en edad de trabajar por cada persona mayor de 65 años se reducirá de las 7,9 actuales a 1,6 en 2100, mientras que en la India, esta misma proporción pasará de 11,1 a 2. Estas son las principales conclusiones del estudio Bayesian Probabilistic Population Projections for all Countries publicado en la revista de la National Academy of Sciences de Estados Unidos y que advierte sobre las consecuencias económicas de un fenómeno a escala mundial.Las hipotecas para compra de una vivienda se pagarán de media hasta los 61 años

En España se calcula que en poco más de una década el porcentaje de mayores de 65 años se acercará al 21% y llegará al 32,6% en 2050, lo que se traduce en 10,3 y 16,8 millones de jubilados, respectivamente. La esperanza de vida también aumentará, de tal modo que en 2025 habrá un 6,1% de españoles con más de 80 años (tres millones) y que en 2050 representarán el 11,6% de la población total (casi seis millones), según los datos de la ONU, puesto que las previsiones del INE se limitan al año 2020.

Una inversión de la pirámide poblacional que por sí misma significa un retroceso del crecimiento económico, al margen de las posibles crisis estructurales, ya que acarreará una disminución del consumo y la productividad, como explica el consultor empresarial Alejandro Macarrón en su informe titulado El suicidio demográfico en España. La viabilidad del sistema de pensiones y de la sanidad pública se pondrá claramente en duda a la vista de estas cifras, ya que la carga para los trabajadores en activo y empresarios será cada vez insoportable.

Más de un tercio de los niños que nazcan este año tendrán una esperanza de vida de casi un siglo, según se afirma en un informe elaborado por el International Longevity Centre del Reino Unido. Este importante incremento de la longevidad en el país británico, un fenómeno extrapolable al resto de países occidentales, está asociado a un descenso paralelo de la calidad de vida. Concretamente, se calcula que las personas nacidas este año no acabarán de pagar su préstamo de estudiante hasta los 52 años (en la actualidad la media está en 33), mientras que el préstamo hipotecario de la vivienda los acompañará hasta los 61 años y su jubilación se retrasará hasta los 70.