Las benzodiacepinas duplican el riesgo de sufrir demencia
Los tratamientos contra la ansiedad a base de benzodiacepinas aumentan hasta en un 50% el riesgo de sufrir demencia. Los negativos efectos cognitivos de estos medicamentos
Los tratamientos contra la ansiedad a base de benzodiacepinas aumentan hasta en un 50% el riesgo de sufrir demencia. Los negativos efectos cognitivos de estos medicamentos se producen a largo plazo, aproximadamente 15 años después de comenzar a consumirlos, siendo las personas mayores de 60 años el grupo de población con más riesgos, según un estudio elaborado por investigadores franceses de la Universidad de Burdeos.
El estudio también señala los efectos perniciosos de otros medicamentos utilizados para tratar el insomnio, por lo que alerta del consumo “indiscriminado y generalizado” que se hace de ellos. La benzodiacepina es un fármaco del que cada vez se abusa más, según los investigadores, prescribiéndolo durante largos períodos de tiempo y a un alto porcentaje de la población adulta, a pesar de que está expresamente indicado para consumir durante unas pocas semanas.
Efectos a largo plazo
Los investigadores hicieron un seguimiento durante dos décadas de más de un millar de personas mayores de 60 años. Una cuarta parte de los participantes acabaron desarrollando algún tipo de demencia, de las cuales más de un 30% habían empezado a consumir fármacos con benzodiacepinas entre tres y cuatro años antes de iniciar el estudio, mientras un 10% lo hizo durante el experimento. De entre los participantes que no siguieron este tratamiento solo el 3,2% desarrolló la enfermedad.Otros de sus efectos adversos comunes son el vértigo, la visión borrosa y la amnesia
A pesar de estos datos negativos, los autores sostienen en las conclusiones que “la benzodiacepina sigue siendo muy útil para el tratamiento de estados de ansiedad aguda y de insomnio transitorio”. Sin embargo, advierten que solo debe consumirse en estos casos y limitándolo a tan solo unas pocas semanas porque “su mal uso provoca efectos negativos sobre la salud, principalmente entre las personas de avanzada edad, que además podrían sufrir una pérdida de equilibrio y desorientación”. Debe recordarse que las benzodiacepinas son medicamentos psicotrópicos que actúan sobre el sistema nervioso central, con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos, amnésicos y miorrelajantes (relajantes musculares). Sus efectos adversos más comunes son el vértigo, la visión borrosa, confusión y amnesia.
Control prescriptivo
El director del Centro de Investigaciones sobre el Alzheimer en Gran Bretaña, Eric Karran, subrayó al diario The Independent que este estudio pone de manifiesto la importancia de la prescripción médica, por lo que ha animado a los profesionales a ser más estrictos a la hora de recetar de este tipo de fármacos. Al mismo tiempo, destaca que estos estudios poblacionales a largo plazo son los que más valor tienen a la hora de entender los efectos ambientales sobre la salud de las personas.A largo plazo provocan depresión y desestabilizan el sistema nervioso central
Clive Ballard, director de la Alzheimer Society de Reino Unido, recordó que no es la primera vez que las investigaciones médicas arrojan resultados negativos sobre los tratamientos con benzodiacepinas. “Todos ellos coincidían en que tenían un impacto cognitivo negativo, pero ninguno de ellos había llegado a resultados tan evidentes mediante el análisis a largo plazo de la salud de los pacientes. Por eso debemos hacer hincapié en la importancia de ejercer una mayor vigilancia y control sobre los tratamientos para combatir la ansiedad o los problemas relacionados con el insomnio”.
Esta misma organización está liderando la reivindicación para poner fin al uso inadecuado de fármacos antipsicóticos entre las personas con alzhéimer o con cualquier otro tipo de demencia. Para ello, creen fundamental concienciar adecuadamente al personal médico y a los familiares o responsables del cuidado de estos pacientes. Otros estudios anteriores ya habían documentado los efectos negativos del consumo a largo plazo de estos fármacos, entre los que también incluían la depresión y otros síntomas similares a la gripe.
Los tratamientos contra la ansiedad a base de benzodiacepinas aumentan hasta en un 50% el riesgo de sufrir demencia. Los negativos efectos cognitivos de estos medicamentos se producen a largo plazo, aproximadamente 15 años después de comenzar a consumirlos, siendo las personas mayores de 60 años el grupo de población con más riesgos, según un estudio elaborado por investigadores franceses de la Universidad de Burdeos.