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El gran engaño de los jefes: pese a lo que digan, tienen menos estrés que sus subordinados
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El gran engaño de los jefes: pese a lo que digan, tienen menos estrés que sus subordinados

Es habitual escuchar que los jefes tienen que lidiar día a día con situaciones estresantes. Su trabajo está cargado de responsabilidades y deben responder con una

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El gran engaño de los jefes: pese a lo que digan, tienen menos estrés que sus subordinados

Es habitual escuchar que los jefes tienen que lidiar día a día con situaciones estresantes. Su trabajo está cargado de responsabilidades y deben responder con una correcta gestión, lo que conlleva una tensión laboral que no sufren el resto de empleados. Las empresas especializadas en coaching venden cursos para que los grandes directivos aprendan a relajarse, y muchos empresarios presumen de haber encontrado en la práctica deportiva o el yoga un aliado contra el estrés del día a día.

Todo esto se ha convertido en un lugar común: los jefes tienen más estrés y es una de las razones por las que cobran mucho más. El problema es que esta creencia popular no es cierta, y un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard, liderado por la profesora de management Jennifer Lerner, ha decidido desmontarla. Sus conclusiones, que han sido publicadas hoy en la revista PNAS, no podían ser más contrarias al acervo popular: cuanto más poder tiene un líder menos estrés presenta.

Una visión interesada respaldada por investigaciones erróneas

La creencia de que el liderazgo es estresante ha estado respaldada por artículos e investigaciones interesados o directamente erróneosLa creencia de que el liderazgo es estresante ha estado respaldada por artículos e investigaciones que los investigadores de Harvard, insinúan, eran interesados o directamente erróneos. En su opinión, tal como explican en el estudio, es cierto que las posiciones de liderazgo están relacionadas con un aumento de las demandas en el puesto de trabajo, pero estas no están necesariamente relacionadas con el estrés, pues no es cierto que los líderes trabajen más horas que el resto –estadísticamente no es así–, ni que las exigencias superen a los recursos disponibles. Pese a esto, explican los investigadores, “de forma poco sorprendente, científicos sociales y otros profesionales han propuesto y desarrollado todo tipo de herramientas para que los líderes puedan sobrellevar su estrés y su gestión se ha convertido en una industria vibrante”.

Uno de los primeros estudios que se realizaron para justificar la teoría de que los jefes tienen más estrés –Avoidance behavior and the development of grastuodenal ulcers, 1958– tuvo como protagonista a varios primates. Los investigadores dividieron a los monos en dos grupos. Uno de ellos podía elegir en qué momento iba a recibir una descarga eléctrica y el otro la recibía de forma pasiva, sin que tuviera que tomar ninguna decisión. Los monos que tenían el control de las descargas desarrollaban unas ulceras que sus congéneres que no controlaban la situación no presentaban. Según los investigadores que desarrollaron este estudio, los monos que podían elegir el momento de las descargas padecían el “síndrome de estrés ejecutivo”, que podía aparecer también entre los humanos que actuaban como líderes.

Un estudio con primates, mostró que los individuos con un mayor rango social tenían menos niveles de cortisol, la hormona del estrésMás tarde se supo que los primates no habían sido seleccionados aleatoriamente y el experimento sólo trataba de dar una visión interesada del asunto. Sin embargo, aseguran los investigadores, son numerosas las evidencias que muestran justamente lo contrario: que los líderes tienen menos estrés que los que no lo son. Es el caso de un estudio llevado a cabo en 1989, también con primates, que mostró que los individuos con un mayor rango social tenían menos niveles de cortisol, la hormona del estrés. Posteriores estudios con humanos también han apuntado en esta dirección. Según lo científicios, ya hay evidencias de que un mayor rango laboral, un mayor estatus socioeconómico y una mayor educación están asociados a una mejor salud y a un menor nivel de cortisol. Con el estudio querían comprobar, no obstante, que independientemente del nivel socioeconómico y la educación los líderes tienen, de media, menos estrés que los que no lo son.

A mayor liderazgo, menor estrés

Para comprobar su teoría, los investigadores trabajaron con los alumnos de un programa de formación executive de la universidad. En un primer lugar diferenciaron los líderes de los que no lo eran, preguntando a los voluntarios, sencillamente, si dirigían a otras personas. Una vez separados los grupos comprobaron los niveles de cortisol y ansiedad de ambos. Los resultados fueron los esperados: los líderes tenían unos niveles significativamente menores de cortisol salival y ansiedad que los que no lo eran.

Tras comprobar que, en efecto, los jefes tenían menos niveles de estrés, los investigadores se centraron en estudiar únicamente a éstos para medir en qué medida una mayor responsabilidad está asociada también a un menor estrés. Las pruebas volvieron a mostrar los resultados esperados: cuanto más subordinados se tiene y se ostenta mayor autoridad menores son los niveles de estrés.

A mayor control, aseguran los investigadores, menos estrésLos investigadores creen que el elemento principal que configura los niveles de estrés de los líderes es la sensación de control, de que las decisiones son suyas y no dependen de un tercero: “Ocupar una posición marcada por un gran número de subordinados y una autoridad sustancial sobre ellos son dos aspectos del liderazgo que confieren este beneficio”. A mayor control, aseguran los investigadores, menos estrés.

Los científicos advierten, no obstante, que son necesarias más investigaciones al respecto. En primer lugar, creen que los líderes podrían presentar menor estrés, precisamente porque esta cualidad es la que les ha llevado a ocupar una posición de responsabilidad: “El bajo nivel de estrés de los líderes podría ser a la vez causa y efecto del liderazgo”. Por otro lado, habría que comprobar en qué medida influye la estabilidad, un factor que en este estudio no parece influir en el estrés, pero que sí podría hacerlo en otros. En particular esta investigación se ha llevado a cabo entre trabajadores pertenecientes a organizaciones gubernamentales que, por lo general, ocupan posiciones laborales relativamente estables y, presumiblemente, presentarían menos estrés que otro tipo de empleados.

Pese a estas matizaciones, de lo que no cabe cabe duda, según estos científicos, es de que los líderes no tienen tanto estrés como se cree popularmente y tienen un recurso psicológico muy particular, el sentimiento de control, con el que no cuentan el resto de trabajadores. 

Es habitual escuchar que los jefes tienen que lidiar día a día con situaciones estresantes. Su trabajo está cargado de responsabilidades y deben responder con una correcta gestión, lo que conlleva una tensión laboral que no sufren el resto de empleados. Las empresas especializadas en coaching venden cursos para que los grandes directivos aprendan a relajarse, y muchos empresarios presumen de haber encontrado en la práctica deportiva o el yoga un aliado contra el estrés del día a día.