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Tomar el sol media hora al día previene la hipertensión arterial y la diabetes
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CON LA DEBIDA PROTECCIÓN, ES UNA PRÁCTICA SALUDABLE

Tomar el sol media hora al día previene la hipertensión arterial y la diabetes

Aunque todos los veranos se advierte de los peligros que supone exponer nuestra piel al sol, si se toman las medidas de protección adecuadas se trata

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Tomar el sol media hora al día previene la hipertensión arterial y la diabetes

Aunque todos los veranos se advierte de los peligros que supone exponer nuestra piel al sol, si se toman las medidas de protección adecuadas se trata de una práctica saludable que puede prevenir la aparición de hipertensión arterial y diabetes, factores que pueden llegar a provocar algunas enfermedades cardiovasculares como el infarto o la angina de pecho.

Según la Fundación Española del Corazón, basta con tomar el sol media hora al día para mantener los niveles de vitamina D que nuestro organismo necesita, y cuya merma constituye un riesgo importante. Tal como asegura un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard, las personas que tienen valores de vitamina D inferiores a 15 nanogramos por mililitro (ng/ml) tienen el doble de probabilidades de tener un infarto –lo saludable, según la FEC, es tener 30 ng/ml–.

La vitamina D es liposoluble, ya que se almacena en el tejido graso del cuerpo, y su función principal es la de ayudar al organismo a absorber el calcio necesario para, junto al fósforo, formar nuestros huesos. Se produce principalmente mediante la exposición de nuestra piel a los rayos solares UV, por lo que se conoce popularmente como “la vitamina de la luz del sol”.

Los países que gozan de más cantidad de horas de sol poseen unos niveles más altos de vitamina DLa doctora Regina Dalmau, miembro de la sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), explica cómo, “frente a la exposición solar, se produce una reacción química que trasforma el colesterol o ergosterol (propio de los vegetales) en vitamina D activa efectiva”. Por este motivo, según la propia doctora, los países que gozan de más cantidad de horas de sol poseen unos niveles más altos de vitamina D.

Además, tal como cuenta la doctora,  “también existen muchos alimentos que contienen vitamina D de forma natural, como los pescados grasos (salmón, atún, caballa, sardinas), el marisco, el huevo, o de forma enriquecida como algunos productos lácteos (leche, yogures, quesos), cereales o zumos.

El 90% de la vitamina procede de la luz solar

Gran parte de la vitamina D es obtenida mediante la filtración de la luz solar (90%), y el resto ingerida mediante alimentos (10%). Tras su producción sufre dos transformaciones en el organismo: la primera sucede en el hígado y da lugar al calcidiol; la segunda tiene lugar en los riñones y otros tejidos y produce calcitriol, una hormona activa que estimula la absorción del calcio, algunos fosfatos y regula la transcripción de diferentes genes. Además, también participa en la síntesis de la insulina y en la contracción cardiaca, regula el sistema inmunitario y tiene poder antimicrobiano.

“Seguir una dieta equilibrada y una exposición solar de media hora al día, con la debida protección”, explica la doctora, “nos aporta los niveles suficientes de vitamina D que nuestro cuerpo necesita. Ambas fuentes de la vitamina son complementarias, ya que las dos son imprescindibles, y en general el mantener una dieta equilibrada es recomendable para lograr una salud completa”.

La gente que posee un déficit de vitamina D en sangre tiene más enfermedades cardiovascularesEn relación a los índices adecuados de vitamina D, la doctora explica que “más que niveles adecuados hay niveles por debajo de los cuales se considera que la cantidad es insuficiente, que son menos de 30 nanogramos por mililitro en sangre.”

Ante la llegada de nuevos estudios, la cardióloga insiste en señalar que “son necesarias más investigaciones para confirmar los hallazgos”, pero asegura que se puede evidenciar científicamente que “la gente que posee un déficit de vitamina D en sangre tiene más enfermedades cardiovasculares”. Pero esto, tal como explica la doctora, “no implica que exista una relación de causalidad entre ambas circunstancias, ya que dicha asociación puede deberse a que bajos niveles de vitamina D estén asociados a otras situaciones que sí se convierten en factores de riesgo reales, como una dieta poco saludable o la falta de ejercicio físico”.

Aunque todos los veranos se advierte de los peligros que supone exponer nuestra piel al sol, si se toman las medidas de protección adecuadas se trata de una práctica saludable que puede prevenir la aparición de hipertensión arterial y diabetes, factores que pueden llegar a provocar algunas enfermedades cardiovasculares como el infarto o la angina de pecho.