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Los peligros que amenazan a los niños en época veraniega
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UNO DE CADA CUATRO PASA POR URGENCIAS

Los peligros que amenazan a los niños en época veraniega

Según la ONG Safe Kids, uno de cada cuatro niños de menos de 14 años sufre algún accidente en verano que requiere atención médica. En EE.UU,

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Los peligros que amenazan a los niños en época veraniega

Según la ONG Safe Kids, uno de cada cuatro niños de menos de 14 años sufre algún accidente en verano que requiere atención médica. En EE.UU, país donde hay más datos disponibles, el 40% de las visitas de niños a emergencias se producen entre los meses de mayo y agosto, y un 42% de las muertes por accidente se dan también en época estival. Tal como asegura la misma ONG, el 90% de los accidentes podrían evitarse tomando unas simples medidas de seguridad, conociendo las amenazas veraniegas que ponen en peligro la integridad de los niños.

Accidentes durante el juego

Durante todo el verano, las salas de emergencia de los hospitales están repletas de niños con esguinces y roturas. Típicas lesiones estivales que son más fáciles de evitar de lo que parece si los adultos vigilan lo que hacen sus hijos.

Las superficies que están demasiado calientes, como el asfalto o el cemento, pueden causar quemadurasLo principal es saber en qué lugares están jugando los niños. Las superficies que están demasiado calientes, como el asfalto o el cemento, pueden causar quemaduras si no se cuenta con el equipo adecuado. También hay que tener cuidado con las redes y cuerdas de los campos de tenis, voleibol, o cualquier otro deporte, que pueden causar estrangulación accidental si no están instaladas correctamente.

Si los niños son pequeños lo mejor es invitarles a jugar en la hierba o, si esto no es posible, cubrir la zona de juego con alfombras, caucho o goma, materiales que reducen notablemente el riesgo de lesión en la cabeza y amortiguan el impacto de las caídas.

Picaduras y mordeduras

Si planea pasar tiempo con los niños en el campo es recomendable no olvidar el repelente de insectos. Ya sea mediante lociones, cremas o aerosoles, los repelentes reducen de manera sustancial las picaduras de mosquitos, garrapatas, tábanos, avispas o cualquier otro insecto.

Para niños pequeños es preferible el uso de repelentes con icaridin o aceite de eucaliptoHay dos tipos fundamentales de repelentes: aquellos que contienen DEET, un compuesto desarrollado en la Segunda Guerra Mundial por el ejército estadounidense muy habitual en todo tipo de repelentes, y aquellos que no lo tienen. Los repelentes con DEET son más agresivos para la piel. En bebés es preferible evitar el uso de este compuesto, y para el resto de niños debe usarse con moderación, pues si se usa de forma intensiva puede resultar tóxico. Los repelentes con concentraciones de DEET de entre el 10 y el 30 pueden usarse en el cuerpo, la ropa y el calzado, pero no en  la cara y las manos. En cualquier caso, para niños pequeños es preferible el uso de repelentes con icaridin o aceite de eucalipto, que ahuyentan a los mosquitos de forma similar a los repelentes con bajas concentraciones de DEET y no presentan ningún peligro.

Accidentes en la piscina

Según Safe Kids, en 2006 más de 3.700 niños de menos de cinco años tuvieron una lesión en la piscina y estuvieron a punto de ahogarse en Estados Unidos. Cada año más de 830 niños de hasta 14 años mueren por ahogamiento accidental en este país.  

Es muy habitual que los niños jueguen en las piscinas domésticas sin supervisiónLa principal máxima es de sobra conocida: nunca dejen a los niños solos en la piscina, independientemente de su edad o su nivel de natación. En las piscinas con socorrista no suele haber problemas, pero es muy habitual que los niños jueguen en las piscinas domésticas sin supervisión. Por ello es recomendable instalar verjas alrededor de estas, de al menos metro y medio de alto, para que los niños no accedan a la piscina sin nuestra vigilancia. Según Safe Kids esta simple medida podría prevenir entre el 50 y el 90% de los accidentes.

Garrapatas

Estos pequeños parásitos son muy habituales en las zonas rurales del norte de España y suelen ser compañeros inseparables de los niños en los campamentos de verano. Lo mejor es evitar que nuestros hijos sirvan de colonia de verano para los insectos, pero una vez que las garrapatas han encontrado un hogar –y eso no es tan fácil de averiguar– hay que acabar con ellas de la manera adecuada.

Las garrapatas suelen atacar a los niños cuando están jugando en áreas con helechos, pastos sin cortar o zonas boscosas, y son especialmente aficionadas a lugares oscuros y húmedos. Utilizar un repelente es una buena forma de prevenir su ataque, pero una vez que han picado a los niños lo único que se puede hacer es eliminarlas a mano.

Las garrapatas pueden transmitir todo tipo de enfermedades si no se elimina su presencia en menos de 36 horasSi se está veraneando en una zona de peligro lo más recomendable es analizar detenidamente el cuerpo de los niños en busca de los insectos cada noche. Las garrapatas pueden transmitir todo tipo de enfermedades si no se elimina su presencia en menos de 36 horas. Se suelen alojar en los sitios más calientes y húmedos del cuerpo: axilas, entrepierna, debajo de los brazos, en el interior del ombligo, e incluso en el cuero cabelludo.

Sobre la eliminación de las garrapatas hay numerosas leyendas, pero es más fácil de lo que parece. Basta usar unas pinzas, agarrar bien al insecto y tirar hacia arriba. Tras esto es conveniente desinfectar la zona con algún antiséptico.

Accidentes en bici

Montar en bicicleta es una de las actividades preferidas de los niños en verano. En los adultos el uso del casco puede ser opcional, pero en los niños debe ser siempre obligatorio, pues evita numerosas lesiones. Para que los niños estén seguros en sus bicis estas deben ser las adecuadas para ellos. Es muy habitual, sobre todo en los pueblos, que las bicicletas vayan pasando de mano en mano, y los niños pequeños cojan alguna a la que no llegan y viceversa. Estando sentados en la bici los niños deben llegar a tocar el suelo con sus pies, al menos de puntillas.

Ortigas

Las ortigas están muy presentes, sobre todo en la mitad superior de la Península Ibérica. Aunque no presentan gran peligro, el escozor resultante de entrar en contacto con ellas es muy desagradable y los niños pueden estar molestos un día entero si, por ejemplo, se caen en el borde de un camino o una cuneta. Para evitar el contacto con ellas lo mejor es llevar pantalones largos. Si aun así los niños no logran evitar su contacto basta con aplicar una crema grasa en la zona afectada para aliviar el escozor.

Intoxicaciones alimentarias

Los alimentos en mal estado son abundantes en everano, debido a lo difícil que es conservar algunas comidas con tanto calor. Es muy habitual que los alimentos se estropeen en excursiones o viajes en coche y debemos ser muy cuidadosos con los productos frescos y preparados de alto riesgo como la mayonesa.

Si los síntomas son graves lo más importante es llevar al niño al médico cuanto antesLos síntomas de una intoxicación alimentaria son similares a los de una gripe y, por lo general, incluyen náuseas, dolor de estómago, vómitos y diarrea. Si los síntomas son graves lo más importante es llevar al niño al médico cuanto antes, aunque lo más probable es que los síntomas remitan en un par de días gracias al suero, la dieta y los protectores estomacales.

En cualquier caso, para evitar cualquier intoxicación basta con estar seguro de que los alimentos que contienen mayonesa, leche, huevos, carne o pescado no han estado fuera de la nevera más de dos horas. Si se va a viajar es conveniente preparar una nevera portátil con hielo que conserve en frío los alimentos.

Insolaciones y golpes de calor

La única manera de evitar de forma eficaz las insolaciones veraniegas es mantener a los niños permanentemente hidratados. Si se está haciendo ejercicio hay que tener siempre a mano agua o bebidas isotónicas y, en cualquier caso, es mejor evitar estar a la intemperie en las horas centrales del día, cuando el sol golpea con más fuerza.

Los síntomas leves de un golpe de calor pueden incluir sensación de sed, fatiga y calambres en las piernas y abdominales. Es un primer aviso. Si tras sentir estos síntomas no se escapa del calor, ni se recurre a una adecuada hidratación, el golpe de calor puede tornarse en insolación.

Los niños son más susceptibles a la insolación porque su sistema nervioso central aún no está completamente desarrolladoLa insolación es un problema serio, y más en los niños. Los síntomas pueden incluir mareos, dificultad para respirar, dolores de cabeza, palpitaciones, náuseas, vómitos, confusión y cambios en la presión arterial. La piel se enrojece y se siente caliente y seca (sin sudor). La temperatura corporal puede subir a 40 grados o más, y si no se le pone remedio hay riesgo de daño orgánico para el hígado, los riñones y el cerebro.

Los niños son más susceptibles a la insolación que los adultos porque su sistema nervioso central aún no está completamente desarrollado. La actividad extenuante propia de los niños y la deshidratación hace que estos tengan más dificultades para regular los cambios en la temperatura corporal. Si se trata de niños con problemas de salud como la diabetes, o que están tomando medicamentos como los antihistamínicos, el riesgo aumenta notablemente.

Quemaduras solares

Según la Skin Cancer Foundation, tener ampollas causadas por quemaduras solares cuando se es un niño dobla las posibilidades de padecer posteriormente un melanoma.

No hay excusa. Se debe aplicar siempre a los niños una crema de protección solar con un factor elevado, al menos de 30 puntos, como poco 15 minutos antes de que se expongan a los rayos solares. También es importante aplicar la crema correctamente, por todo el cuerpo y en la cantidad suficiente. Si se está usando un repelente de insectos es aconsejable aplicar la crema de protección solar antes que éste. 

Según la ONG Safe Kids, uno de cada cuatro niños de menos de 14 años sufre algún accidente en verano que requiere atención médica. En EE.UU, país donde hay más datos disponibles, el 40% de las visitas de niños a emergencias se producen entre los meses de mayo y agosto, y un 42% de las muertes por accidente se dan también en época estival. Tal como asegura la misma ONG, el 90% de los accidentes podrían evitarse tomando unas simples medidas de seguridad, conociendo las amenazas veraniegas que ponen en peligro la integridad de los niños.