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Si viajas en bus evita sentarte junto a un desconocido: la gente creerá que estás loco
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EL COMPORTAMIENTO ‘NORMAL’ ES EL ASOCIAL

Si viajas en bus evita sentarte junto a un desconocido: la gente creerá que estás loco

Ocho horas de viaje en autobús. Una experiencia muy desagradable si no se respeta el código no escrito del cliente habitual del más incomodo de los

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Si viajas en bus evita sentarte junto a un desconocido: la gente creerá que estás loco

Ocho horas de viaje en autobús. Una experiencia muy desagradable si no se respeta el código no escrito del cliente habitual del más incomodo de los transportes públicos. Y una regla de oro que nunca se debe quebrantar: si siguen quedando asientos libres nunca debes sentarte al lado de un desconocido. Si lo haces, serás “el loco” del autobús. Es la conclusión a la que ha llegado Esther Kim, una investigadora de la Universidad de Yale que ha recorrido miles de kilómetros en autobuses de Estados Unidos para examinar el comportamiento de los viajeros.

Los viajeros de autobús tienen un 'comportamiento asocial transitorio'Durante dos años Kim recorrió en autobús buena parte de Estados Unidos. Su primer viaje, entre los estados de Connecticut y Nuevo México, fue de dos días y 17 horas. Más adelante recorrió los trayectos California-Illinois, Colorado-Nueva York y Texas-Nevada. Durante los interminables viajes en autobús la investigadora entrevistó a los viajeros y observó sus movimientos y quejas. Su tesis es clara, tal como apunta en el estudio publicado en la revista Symbolic Interaction: los viajeros de autobús tienen un “comportamiento asocial transitorio”. Esta actitud se acepta tácitamente, y se ve con malos ojos a la gente que trata de interactuar o entablar conversación con sus compañeros de trayecto. 

Permanecer aislado requiere un gran esfuerzo

“Vivimos en un mundo de extraños donde la vida en espacios públicos es cada vez más anónima”, explica Kim. “Sin embargo, evitar el contacto con el resto de gente en espacios tan reducidos como un autobús requiere realmente un gran esfuerzo”. Por eso, según la investigadora, los viajeros se las ingenian para evitar en la medida de lo posible compartir fila de asientos con un desconocido, a través de todo tipo de estrategias previamente estudiadas.

Llevamos a cabo todo tipo de comportamientos para evitar el contacto con el resto de viajerosDurante el transcurso de la investigación, Kim se convirtió en una viajera experimentada y anotó todos los métodos que la gente utiliza para evitar que se sienten a su lado: “Llevamos a cabo todo tipo de comportamientos para evitar el contacto con el resto de viajeros, fingiendo estar ocupados, mirando nuestros teléfonos, hurgando en nuestro equipaje o haciéndonos los dormidos. A veces incluso ponemos cara de pocos amigos para evitar que nos hablen”.  

Entre las técnicas que usan los pasajeros para evitar tener un compañero de viaje, y tal como ellos mismos confesaron, Kim realizó la siguiente lista:

  • Evitar el contacto visual con el resto de los viajeros.
  • Apoyarse en la ventana y estirar las piernas.
  • Colocar una mochila en el asiento vacío de al lado.
  • Sentarse en el asiento del pasillo, escuchar música, y fingir que no oyes a la gente pidiendo acceder al asiento de ventanilla.
  • Desperdigar todo tipo de objetos por el asiento de al lado, recogiéndolos lentamente cuando alguien pide el sitio. Tan lentamente que irá a buscar cualquier otro asiento para no esperar tanto.
  • Observar el paisaje por la ventana con la mirada perdida para que parezca que estás loco.
  • Hacerse el dormido.
  • Dejar el abrigo en el asiento de al lado para que parezca que ya está ocupado.
  • Si todo falla, mentir y decir que el asiento ya está ocupado por alguien.

¿Y si el autobús está lleno?

Lo único que se trata de evitar es a la gente 'loca' y a los obesosKim explica que todo esto cambia cuando el autobús se llena y no queda ningún asiento libre: “El objetivo ya no es sentarse solo, sino sentarse al lado de alguien normal”. Durante su investigación Kim observó que la raza, la clase social y el género no son determinantes a la hora de escoger compañero de viaje. Lo único que se trata de evitar es a la gente “loca” y a los obesos. Según le explico un conductor, lo que quieren los viajeros es estar cómodos durante el viaje, por ello se evita a la gente que puede intentar entablar conversación, o hacer cosas raras, y “a los gordos que sudan más y tienden a oler peor”. El comportamiento asocial, explica Kim, no solo es propio de viajeros, también es motivado por el conductor, que prefiere que los clientes estén tranquilos.

Ocho horas de viaje en autobús. Una experiencia muy desagradable si no se respeta el código no escrito del cliente habitual del más incomodo de los transportes públicos. Y una regla de oro que nunca se debe quebrantar: si siguen quedando asientos libres nunca debes sentarte al lado de un desconocido. Si lo haces, serás “el loco” del autobús. Es la conclusión a la que ha llegado Esther Kim, una investigadora de la Universidad de Yale que ha recorrido miles de kilómetros en autobuses de Estados Unidos para examinar el comportamiento de los viajeros.