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“Hace tres años lo negué, pero el cambio climático es real"
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EL ESTUDIO QUE CONVENCIÓ A LOS ESCÉPTICOS

“Hace tres años lo negué, pero el cambio climático es real"

“¿El calentamiento global? No son más que un montón de chorradas”. Cuando el presidente de Ryanair, el irlandés Michael O’ Leary, manifestó de manera tan tajante

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“Hace tres años lo negué, pero el cambio climático es real"

“¿El calentamiento global? No son más que un montón de chorradas”. Cuando el presidente de Ryanair, el irlandés Michael O’ Leary, manifestó de manera tan tajante su disconformidad con la teoría del cambio climático, no estaba siendo particularmente original. No se trataba más que del enésimo rechazo a la alarma lanzada por los defensores de la teoría del cambio climático, considerada por sus detractores como “irreal” o “catastrofista”. Richard A. Muller, profesor de Física de la Universidad de Berkeley en California, era otro de estos escépticos. Hasta que sus investigaciones realizadas durante los últimos años le acaban de llevar a afirmar no sólo que, efectivamente, el planeta tiene una temperatura mucho mayor que hace un par de siglos, sino que este cambio se debe a la acción del ser humano.

“Llamadme un escéptico convertido”, afirmaba el profesor en una columna de opinión publicada en el New York Times. “Hace tres años identifiqué algunos problemas en los estudios realizados sobre el calentamiento global que ponían en duda su existencia. El año pasado tuve que conceder que el cambio climático existía. Ahora voy mucho más lejos: los hombres son casi por completo los únicos responsables”. Muller fundó recientemente el Berkeley Earth Surface Temperature (BEST) con el objetivo de sintetizar todos los datos disponibles sobre la temperatura del planeta.

Según dichos estudios, la Tierra es ahora 2,5 grados Fahrenheit más cálida que hace 250 años, es decir, alrededor de un grado celsius y medio más. El mayor aumento se ha producido en los últimos cincuenta años, “probablemente como consecuencia de los gases de invernadero”, recuerda Muller. En este período de tiempo, la temperatura de la tierra ha aumentado alrededor de un grado. Desde ayer, todos los datos se pueden consultar en la página web de la institución californiana: en España, por ejemplo, el aumento de temperatura se encuentra por debajo de la media mundial.

El efecto del sol ha sido cercano a ceroMuller ha defendido su estudio recordando que se trata de un organismo independiente y que él mismo había puesto en duda con anterioridad tales conclusiones. “No esperábamos encontrarnos con estos resultados, pero como científicos, es nuestro deber dejar que la evidencia modifique nuestras ideas”, señala el investigador. “Mis opiniones han cambiado drásticamente en poco tiempo”. Curiosamente, el organismo se encuentra financiado por el magnate del petróleo Charles G. Koch, que siempre se ha mostrado bastante escéptico respecto al cambio climático. El pasado mes de febrero salieron a la luz unos documentos que ponían de manifiesto la voluntad del Instituto Heartland, financiado por Koch, por sufragar todos los estudios que pusiesen de manifiesto la falsedad de tales afirmaciones.

Un problema de estadística

El profesor Richard Muller alcanzó fama mundial por su ensayo Física para futuros presidentes (Editorial Antoni Bosch), que desvelaba algunas de las realidades científicas que todos debemos tener presentes en nuestra vida diaria. Precisamente ha sido su fama como divulgador la que ha provocado una mayor difusión a su estudio, a pesar de que su obra no esté exenta de polémica. Según Muller, no existe otro estudio tan concienzudo como el suyo, ya que ha utilizado 14,4 millones de datos obtenidos a partir de 44.455 lugares diferentes, que se remontan a 1753. Se trata de la mayor base de datos jamás creada sobre la temperatura de la tierra, y que se ha encontrado con el rechazo de algunos gobiernos a revelar sus resultados.

La mayor parte de estudios previos han tenido en cuenta datos que llegaban hasta mediados del siglo XIX, pero nadie había analizado los datos referentes al siglo XVIII. Cuando el profesor Muller lo hizo, se encontró con que, efectivamente, la temperatura era medio grado celsius menor que en el siglo XIX. Otra gran diferencia con los estudios previos es que los datos no se han homogeneizado de manera humana, sino que se ha empleado un programa informático para hacerlo, con el objetivo de “hacer desaparecer cualquier asomo de parcialidad”.

En el cuadro publicado junto al estudio se puede apreciar de manera clara cómo la línea que representa la temperatura terráquea asciende imparablemente, salvo en pequeñas caídas que se deben a “erupciones volcánicas que todos conocemos”, como señala el investigador del BEST Robert Rohde. Dichas erupciones liberan partículas que reflejan la luz del sol y que enfrían el planeta durante un breve período de tiempo. Estos picos también se originan por el  cambio de las mareas, como ocurre debido al fenómeno conocido como El Niño, que provoca una alteración en el sentido de las corrientes de la zona intertropical.

Defienden que el dióxido de carbono es el causante directoMuller rechaza en su estudio una de las teorías defendidas por los escépticos del cambio climático, como es que el calentamiento de la tierra se debe al sol. Es la hipótesis defendida, por ejemplo, por el Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC), que manifestaba en un informe realizado en 2007 que aunque gran parte de la responsabilidad se debía a la acción humana, este cambio podía deberse también a los efectos solares. Sin embargo, Muller señala que la contribución de este astro al calentamiento terráqueo ha sido “cercana a cero”, y recuerda que han analizado cinco veces más estaciones que el IPCC. La gran diferencia, señala el estudio, se encuentra en el dióxido de carbono de la atmósfera.

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Los gases invernadero, el dióxido de carbono y el sol

Aunque Muller recuerda que no han podido demostrar aún que el dióxido de carbono sea el causante directo del cambio climático, sí cree que “por ahora, es la explicación más convincente”. El investigador señala cómo se dio cuenta, con sorpresa, de que las variaciones en la temperatura se relacionaban con las alteraciones en los registros de CO2 obtenido de la atmósfera y del aire atrapado en el hielo polar. Richard Muller espera que esto sea sólo el principio y que “ayude a convencer a los que aún son escépticos”. Probablemente entre ellos no se encuentre O' Leary, que señalaba que "no es verdad que se deba a las emisiones humanas de dióxido de carbono. Es increíble la forma en que han cambiado los putos ecologistas".

Una de las sorpresas que depara el artículo realizado por BEST es que no se ha esperado a ser revisado por otros científicos –un paso imprescindible para su publicación académica– antes de ser difundido. En la nota de prensa, la organización se escuda en su “absoluta transparencia” para justificar esta decisión. La directora ejecutiva Elizabeth Muller señalaba que de esa manera, cada cual puede analizar los datos y sacar sus propias conclusiones, algo que ha llamado la atención a miembros de la comunidad científica como Peter Cox, que manifestaba su sorpresa en las páginas de The Guardian. Gran parte de los expertos sobre el cambio climático consultados en New Scientist, una de las grandes revistas científicas de Estados Unidos, recordaron que no hay ninguna duda de que la tierra se ha calentado durante los últimos siglos, pero que el presente estudio sigue sin resolver la gran pregunta que rodea al cambio climático: ¿quién o qué ha causado tal cambio?

“¿El calentamiento global? No son más que un montón de chorradas”. Cuando el presidente de Ryanair, el irlandés Michael O’ Leary, manifestó de manera tan tajante su disconformidad con la teoría del cambio climático, no estaba siendo particularmente original. No se trataba más que del enésimo rechazo a la alarma lanzada por los defensores de la teoría del cambio climático, considerada por sus detractores como “irreal” o “catastrofista”. Richard A. Muller, profesor de Física de la Universidad de Berkeley en California, era otro de estos escépticos. Hasta que sus investigaciones realizadas durante los últimos años le acaban de llevar a afirmar no sólo que, efectivamente, el planeta tiene una temperatura mucho mayor que hace un par de siglos, sino que este cambio se debe a la acción del ser humano.