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Las clases populares tienen valores más tradicionales que las adineradas
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"EL DIVORCIO NO ES SOLUCIÓN PARA UNA PAREJA INFELIZ"

Las clases populares tienen valores más tradicionales que las adineradas

Las clases bajas son conservadoras y las altas progresistas, al menos, en lo que se refiere a la familia y el matrimonio. Esta es la principal

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Las clases populares tienen valores más tradicionales que las adineradas

Las clases bajas son conservadoras y las altas progresistas, al menos, en lo que se refiere a la familia y el matrimonio. Esta es la principal conclusión del estudio What's (Not) Wrong With Low-Income Marriages, realizado por un grupo de psicólogos de la Universidad de California y que se ha publicado en el Journal of Marriage and Family. Los resultados de esta investigación demuestran cómo las personas pobres tienen sentimientos familiares más arraigados que los ricos y recelan más del divorcio.

El investigador principal del estudio, Benjamin Karney, que también codirige el Relationship Institute de UCLA, aclara que las personas con bajos ingresos “tienen actitudes mucho más tradicionales y son menos propensas a ver el divorcio como una solución razonable para un matrimonio infeliz”, una opción que acarrea menos dudas entre los ricos, asegura el investigador. Una de las situaciones donde menos diferencias se encontraron fue respecto a los padres solteros, un modelo generalmente rechazado, aunque menos que el divorcio.

Tradicionales en la teoría, pero no en la práctica

‘Cuando hay niños de por medio, los padres deberían de permanecer casados, aunque ya no se quieran’; ‘Es mejor para una familia que el hombre sea el que trabaje y la mujer la que se haga cargo de la familia’ y ‘El marido y la mujer deben de ser de la misma etnia o cultura’. Estos son algunos de los planteamientos que fueron aceptados de forma generalizada entre los participantes del estudio con las rentas más bajas y no tanto por las altas. Los postulados que sí aceptan por igual, tanto ricos como pobres, son: ‘Un matrimonio feliz y saludable es una de las cosas más importantes en la vida’, ‘Los niños se desempeñan mejor cuando sus padres están casados’ y ‘Las personas que tienen hijos en común deberían casarse’.Las personas con menos recursos tienen mucho más temor al divorcio

Los resultados de la investigación, realizada sobre una muestra de 6.012 personas (29,4% con ingresos bajos, un 26% con ingresos medios y un 34,7% altos), chocan con las cifras actuales sobre soltería e hijos fuera del matrimonio, que son más altas entre las personas de clase baja. Para Karney no se trata de una contradicción porque “una cosa son los valores, que no tienen porqué determinar el éxito matrimonial, y otra el comportamiento. Además, las personas con dificultades financieras temen más el divorcio y son conscientes de que su situación económica podría potenciar esta posibilidad”, por lo que suelen posponer más el matrimonio. Por el contrario, sí se sienten capaces de criar a un hijo, pues aunque mayoritariamente no aceptan de buen agrado las familias monoparentales, saben que sí pueden tener éxito y salir adelante igualmente, añade el investigador.

Karney pone como ejemplo a dos jóvenes de 18 años de diferentes clases sociales. “Las de clase alta no quieren quedarse embarazadas porque saben que la maternidad interferiría en sus planes de futuro, no podrían ir a la universidad y truncaría su carrera profesional. Sin embargo, si la joven es de clase baja tendrá menos expectativas profesionales y el hecho de ser madre le preocupa menos e, incluso, le otorga cierto estatus y respeto social”, indica. Estas últimas jóvenes serían menos propensas a utilizar métodos anticonceptivos, al tiempo que no establecen una relación tan directa entre la maternidad y el matrimonio.

La ineficacia de la educación sexual

Los investigadores ponen en entredicho el sentido y eficacia de las campañas de concienciación sobre los valores de la familia llevadas a cabo por el gobierno Las jóvenes de clase baja son menos propensas al uso de anticonceptivos por su falta de expectativas profesionalesnorteamericano en institutos y escuelas de barrios marginales, para las que se han destinado mil millones de dólares. Una medida iniciada por el Gobierno de George Bush en 2003 bajo el nombre de ‘Healthy marriage initiative’ (iniciativa de matrimonios saludables). “La mejor manera de bajar las tasas de embarazo entre las adolescentes es aumentar la movilidad social. Por eso creo que el dinero público estaría mejor invertido en ayudar a las personas con menos ingresos para cubrir sus necesidades y que puedan salir adelante con un mayor éxito”, indica Karney.

“Casi todo el dinero de estas campañas se ha gastado en mejorar los planes de estudio, pero este es un enfoque demasiado estrecho porque las personas con menos recursos tienen otras necesidades y problemáticas concretas más allá de las formativas, como puede ser simplemente llegar a fin de mes”, sentencia el psicólogo.

Las clases bajas son conservadoras y las altas progresistas, al menos, en lo que se refiere a la familia y el matrimonio. Esta es la principal conclusión del estudio What's (Not) Wrong With Low-Income Marriages, realizado por un grupo de psicólogos de la Universidad de California y que se ha publicado en el Journal of Marriage and Family. Los resultados de esta investigación demuestran cómo las personas pobres tienen sentimientos familiares más arraigados que los ricos y recelan más del divorcio.