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¿Qué hay detrás del Parkinson y del Alzheimer?
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FACTORES QUE CAUSAN Y PREVIENEN LAS ENFERMEDADES

¿Qué hay detrás del Parkinson y del Alzheimer?

El envejecimiento de la población española ha convertido dos de las formas fundamentales de demencia en trastornos que afectan a más del 20% de la población

El envejecimiento de la población española ha convertido dos de las formas fundamentales de demencia en trastornos que afectan a más del 20% de la población mayor de 80 años. Junto a sus costes personales y familiares, la carga económica que vienen suponen hace especialmente necesarios los avances en sus estrategias de prevención y tratamiento.

En los últimos decenios, un esfuerzo sin precedentes ha escudriñado el origen, los cambios y daños que principian el trastorno y las posibles formas de frenar, retrasar y, ojalá, de revertir en el futuro los cambios iniciados en el cerebro.

En su reciente artículo publicado en la revista científica española Neurología, Jaume Campdelacreu del Hospital Universitario de Bellvitge hace una esmerada revisión de qué agentes y factores ambientales han sido consistentemente hallados como posibles “disparadores” de la vulnerabilidad genética o biológica individual.

Empezando por la enfermedad de Alzheimer, existen pruebas significativas de que los antecedentes de hipertensión e hipercolesterolemia en edades medias de la vida, así como el tabaquismo, incrementan el riesgo de su aparición. Es obvio que estos tres síntomas del llamado “síndrome X” son factores de riesgo también para la segunda forma de demencia más frecuente en nuestro ámbito, la de origen vascular. Tabaquismo, hipertensión e hiperlipemia constituyen así una triada maldita para el futuro de nuestras capacidades cerebrales.

Factores que causan Parkinson

En lo que concierne a la enfermedad de Parkinson, un trastorno considerado tradicionalmente como del movimiento (y por el que la persona afecta presenta variables y crecientes grados de temblor, rigidez y lentitud de movimientos), conforme los tratamientos de su componente motor han mejorado, se ha puesto más de manifiesto la posibilidad de que durante su evolución genere también cuadros de demencia, de características sintomáticas algo distintas.

Los diversos estudios han hallado un leve mayor riesgo de la enfermedad de Parkinson en personas con antecedentes de alto consumo de leche (varones), anemia crónica, daño cerebral traumático y alta ingesta de hierro. En contraposición el riesgo de Parkinson es menor cuando los grupos estudiados presentan consumo regular de tabaco y café o cuando presentan niveles bajos de ácido úrico.

Defensa contra el Alzheimer

¿Y qué parece protegernos de la enfermedad de Alzheimer? Pues aunque las pruebas no son demasiado consistentes, podría establecerse que limitar la entrada de aluminio a través del agua de consumo, así como disminuir la exposición a campos electromagnéticos, impedir los efectos de la diabetes mellitus y la obesidad en edades medias, así como desterrar el consumo de alcohol en dosis altas podría ser beneficioso. A estas medidas favorables de salud general, el ejercicio físico y una buena reserva cognitiva (por ejemplo, a través de aprender un segundo idioma o de mantenerse mentalmente activo) contribuirían a prevenir o al menos a retrasar el inicio de la enfermedad en personas biológicamente vulnerables.

En definitiva, diversas asociaciones cuyo sentido último es que sean integradas en un estilo de vida saludable y ponderado, en el que parafraseando a Paracelso, “todo es veneno, nada es veneno. La cuestión es la dosis”.

Javier Sánchez García*. Médico psiquiatra y sexólogo. Salud y Bienestar Sangrial

El envejecimiento de la población española ha convertido dos de las formas fundamentales de demencia en trastornos que afectan a más del 20% de la población mayor de 80 años. Junto a sus costes personales y familiares, la carga económica que vienen suponen hace especialmente necesarios los avances en sus estrategias de prevención y tratamiento.