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Están sustituyendo abogados por ordenadores (y funciona)
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LOS MILAGROS DEL SOFTWARE INFORMÁTICO

Están sustituyendo abogados por ordenadores (y funciona)

"La codificación prescriptiva supera, con mucho, la capacidad humana de buscar información”. Es la conclusión a la que llegó una célebre investigación realizada en la Universidad

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Están sustituyendo abogados por ordenadores (y funciona)

"La codificación prescriptiva supera, con mucho, la capacidad humana de buscar información”. Es la conclusión a la que llegó una célebre investigación realizada en la Universidad de Richmond después de analizar la manera en que los abogados humanos y un programa informático eran capaces de gestionar los datos que disponían. Según el estudio publicado en el Richmond Journal of Law and Technology, los humanos acertaban en un 60%, mientras que el software informático era capaz de encontrar hasta un 77% de documentos útiles. Además, señalaba el texto, los ordenadores seleccionaban mucho menos textos irrelevantes que los humanos. Al fin y al cabo, los abogados son en la mayor parte de casos trabajadores del conocimiento, cuya meta es administrar toda la información de que disponen para tomar la mejor decisión a partir de ella.

Este 'software' se ha visto como una manera de reducir costes sin mermar la calidad del servicioEste proceso afecta sobre todo al proceso de preparación de un caso, y uno de los campos que se encuentran en tela de juicio en un momento en que se está produciendo un recorte en muchas áreas de los bufetes. La codificación prescriptiva, o predictive coding en inglés, puede llegar a abaratar el proceso hasta su décima parte. Como afirma Marisa Méndez, asesora de firmas de servicios profesionales y profesora de IE Law School, este softwareno puede sustituir por completo lo humano, pero puede llegar a facilitar mucho el trabajo”. 

Implicaciones económicas

Uno de los argumentos esgrimidos por los bufetes para la utilización de tal herramienta es que se trata tanto de una forma de mejorar el rendimiento como de abaratar costes prescindiendo de un gran número de profesionales. ¿Aún a costa de eliminar lo específico de cada proceso que puede escapar al procesamiento informático? Para Méndez, “cada caso tiene matices distintos, no todos son iguales. Sí es verdad que pueden ahorrar tiempo y dinero”, y recuerda que sólo funciona en aquellos casos en los que el volumen de trabajo sea importante. El profesor de sociología José Alfonso Valero de la Universidad Alfonso X El Sabio coincide en que “más bien se produce lo contrario, la necesidad de gozar de un mejor capital humano, en la medida en que los ordenadores están programados y reprogramados por seres humanos. En realidad, se exige una mayor cualificación para ser capaz de filtrar toda esa información que la máquina nos proporciona”.

Otros críticos con este sistema han sugerido que puede abrir las puertas a que no sean necesariamente abogados los que manejen todos esos datos, o provocará la devaluación de los servicios ofrecidos. “En el día a día este software puede ser muy útil. Lo que ocurre, en definitiva, es que el servicio se transforma en un producto. Al final, lo que ofrece un despacho es tiempo y conocimiento, y esto ayuda a aliviar esa carga”. Por su parte, José Alfonso Valero recuerda en términos más generales que “en algunos aspectos se ha producido una descualificación de ciertos empleos que requerían un conocimiento diferente al mismo tiempo que se ha aumentado la búsqueda de mayor cualificación en otros. Tiene que haber un capital humano cualificado para aprovechar estos cambios”.

El sector medio-bajo es el que se encuentra más amenazado por estas innovacionesMéndez también recuerda el programa llamado Reaching Solutions que hace ya siete años tenía como objetivo aconsejar a los clientes qué les resultaría más sustancioso, si ir a los tribunales o llegar a un acuerdo extrajudicial. El software, desarrollado por la compañía Pinsent Masons, obtuvo en 2004 el Premio a la Mejor Campaña de Marketing en los EPPA. Su principal virtud, señalaban sus creadores, era la capacidad de poner al servicio de cliente el manejo de un gran número de variables.

El fin de un sistema

El debate se ha trasladado a los grandes bufetes americanos, que se han enfrentado durante los últimos tiempos a grandes dificultades, como ocurrió recientemente con Dewey & LeBoeuf, donde las exigencias económicas de muchos socios y trabajadores eran exageradas, de manera que la informatización se ha visto como una manera de reducir costes sin mermar la calidad del servicio. Marisa Méndez señala que “lo que ocurre es que esa pirámide que existía relacionada con la jerarquía se acaba. También en cuanto al valor del cliente: cuanto más abajo, menos valor y mayor flexibilidad de la demanda, y cuanto más arriba, más valor, que suele corresponderse con los casos más especializados o que suponen un riesgo estratégico mayor para la firma, y que requieren un trabajo más artesanal. Este tipo de sistemas informáticos generalmente se utilizan en el trabajo medio o bajo", es decir, el que más amenazado se encuentra por la implantación de estas innovaciones técnicas.

La antigua pirámide va a ser sustituida por un diamanteValera considera que por el contrario, los avances tecnológicos provocan una necesidad de mayor individualización de cada proyecto: “Cada persona y cada problema requiere una respuesta distinta. Disponemos de la información y debemos saber gestionarla y encontrar la solución a cada problema concreto, que es una característica insustituible de cada ser humano”.

El futuro del negocio

Méndez recuerda que “esa antigua pirámide va a convertirse en un diamante, con dos bases fundamentales. Aquellos despachos que inviertan fuertemente en los sistemas de información y la gestión del conocimiento, relacionados con la informática, son los que van a tener el mercado del futuro, por mucho que en un primer momento pueda salir caro”. La informatización es un proceso al que no podemos permanecer ajenos.

A un nivel más general, Valero añade que “se ponen en cuestión los trabajos manuales, con poco valor añadido, que son los más fácilmente sustituibles por las máquinas. Sin embargo, hoy se requiere una mayor cualificación y conocimiento en la innovación. En la misma medida en que algunos trabajos se acaban, se abren otras posibilidades. Por ejemplo, la de regular legalmente campos como Internet que por su complejidad se han de abordar poco a poco”.

"La codificación prescriptiva supera, con mucho, la capacidad humana de buscar información”. Es la conclusión a la que llegó una célebre investigación realizada en la Universidad de Richmond después de analizar la manera en que los abogados humanos y un programa informático eran capaces de gestionar los datos que disponían. Según el estudio publicado en el Richmond Journal of Law and Technology, los humanos acertaban en un 60%, mientras que el software informático era capaz de encontrar hasta un 77% de documentos útiles. Además, señalaba el texto, los ordenadores seleccionaban mucho menos textos irrelevantes que los humanos. Al fin y al cabo, los abogados son en la mayor parte de casos trabajadores del conocimiento, cuya meta es administrar toda la información de que disponen para tomar la mejor decisión a partir de ella.