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Siete mitos sobre dejar de fumar
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Siete mitos sobre dejar de fumar

Si se considera que dejar de fumar presenta un porcentaje mayor de fracaso que mantener un matrimonio se comprenderá el interés de refutar algunos errores, autojustificaciones

Si se considera que dejar de fumar presenta un porcentaje mayor de fracaso que mantener un matrimonio se comprenderá el interés de refutar algunos errores, autojustificaciones e imposturas que con frecuencia se pueden escuchar a pie de calle e incluso en la consulta médica.

Mito 1: Financiar el tratamiento de deshabituación en los fumadores que quieren abandonar el tabaco es caro

Hecho 1: Frente a los 120 euros que cuesta el tratamiento farmacológico de deshabituación tabáquica durante 2 meses (capaz de triplicar las probabilidades de dejar el tabaco) nos encontramos con los 12000 euros del tratamiento de un cáncer de pulmón. En Estados Unidos por cada euro invertido en la deshabituación se ahorran tres en atención a patología cardiovascular.

Mito 2: El tabaco no produce cáncer porque un abuelo mío fumó toda la vida y murió con 99 años y con los pulmones más limpios que una patena

Hecho 2: Hay pocos hechos médicos más incontrovertibles que la relación causal entre tabaco y diversos subtipos de cáncer. La excepción, dicen los ingleses más atinadamente, lo único que confirma es esa excepción. En otras palabras, “Superman” salía en las películas porque sólo había uno. El cáncer es el resultado de la interacción de factores genéticos con factores ambientales. Individuos concretos con genes menos vulnerables pueden ser más resistentes al efecto deletéreo de los carcinógenos, mientras que en el caso del tabaco una gran mayoría son mucho más sensibles.

Mito 3: Dejar el tabaco es una cuestión de voluntad

Hecho 3: El tabaco, y en particular, la nicotina es una de las sustancias más adictivas conocidas. Nuevamente, su capacidad para hacer de un sujeto adicto tiene que ver con los genes de la persona y su funcionamiento cerebral, cuestiones totalmente independientes de cuestiones “morales”.

Mito 4: Es mejor dejar de fumar poco a poco

Hecho 4: Nuestro conocimiento sobre el sistema de recompensa biológico, la red implicada en mediar las acciones de las sustancias adictivas en nuestro cerebro, demuestra que en las personas con dependencia de nicotina la interrupción total arroja mejores resultados que los intentos de disminuir poco a poco el consumo.

Mito 5: Dejar de fumar engorda

Hecho 5: No fumar hace que la nicotina no reduzca el apetito como venía haciendo y se puede producir una ganancia de peso, especialmente en el primer año, que puede manejarse tanto farmacológicamente como con estrategias conductuales. Posteriormente el apetito y el peso tienden a estabilizarse.

Mito 6: Cuando se está deprimido y se busca tratamiento, es el peor momento para dejar el tabaco

Hecho 6: El inicio de un tratamiento antidepresivo puede ser un momento excelente para “matar dos pájaros de un tiro” y utilizar fármacos antidepresivos que de forma coincidente son útiles para la deshabituación tabáquica. Por otra parte, la depresión y los problemas psiquiátricos crónicos generan un aumento del riesgo de patología cardiovascular y cáncer a largo plazo.

Mito 7: “De algo hay que morirse”.

Hecho 7: Seguro e incuestionable, por desgracia la muerte asociada a enfermedades causadas por el tabaco suele estar acompañada de la mayor angustia, sufrimiento y padecer acumulado que pueda contemplarse. Puestos a elegir, mejor cualquier otra cosa.

Javier Sánchez García*, médico psiquiatra y sexólogo. Salud y Bienestar Sangrial

Si se considera que dejar de fumar presenta un porcentaje mayor de fracaso que mantener un matrimonio se comprenderá el interés de refutar algunos errores, autojustificaciones e imposturas que con frecuencia se pueden escuchar a pie de calle e incluso en la consulta médica.