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La pornografía perturba la mentalidad masculina
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EL FIN DEL HOMBRE TAL Y COMO LO CONOCEMOS

La pornografía perturba la mentalidad masculina

“No deberías utilizar la pornografía como modelo para tu comportamiento sexual”. Tal fue la frase que la jueza Lady Smith dirigió a un niño de doce

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La pornografía perturba la mentalidad masculina

“No deberías utilizar la pornografía como modelo para tu comportamiento sexual”. Tal fue la frase que la jueza Lady Smith dirigió a un niño de doce años tras declararle culpable de abusar sexualmente de una niña de nueve. Se trata de un juicio realizado en la Cámara Alta de Justicia de Edimburgo que ha reabierto el debate sobre el acceso de los más jóvenes a contenido explícito. “No tendrías que haberte visto envuelto en ninguna clase de actividad sexual con una niña de nueve años, ya que nuestra ley lo prohíbe”. Y aunque el joven no será encarcelado, la sentencia fue clara: “Este joven ha disfrutado de un acceso sin límites a todo tipo de pornografía”.

Se trata de la argumentación que ha preparado el abogado del joven, Sean Templeton, apelando a la influencia de los medios sobre la juventud y que, a la luz de los hechos, ha resultado convincente. “Se trata solo de la punta de un iceberg mucho mayor”, señaló el abogado durante el proceso. “Es la consecuencia de haber presenciado un acto adulto a una edad inapropiada. Se le permitió acceder sin límites a Internet desde una edad muy temprana, y así ver pornografía extrema. Hay muchos, muchísimos casos por todo el país que pueden no haber sido identificados, ni difundidos, que no han llamado la atención del público”.

El parlamento británico ha planteado la necesidad de proteger a los niños de los contenidos pornográficos y violentos“Existe un verdadero riesgo de que los jóvenes de la nueva generación estén creciendo con una visión sesgada de lo que es el sexo”, concluía dicho abogado defensor, justificando la actuación de su cliente a partir de una concepción generacional. No se trataba de un acto de maldad individual, por lo tanto, sino de un problema que compete a todos. De esa forma, Templeton consiguió que el foco pasase del joven para fijarse en la sociedad, los padres y su forma de educar a sus hijos. Tal concepción encuentra su eco en el debate reabierto durante las últimas semanas en Reino Unido sobre si el gobierno debería obligar a las compañías proveedoras de Internet a adoptar un sistema de “opt-in”, es decir, bloquear todo el acceso a pornografía en la red si así es requerido por el cliente.

El propio parlamento británico planteó la necesidad de proteger a los más jóvenes de los contenidos pornográficos y violentos. Su principal impulsor es el miembro tory Claire Perry, que afirmaba en su propuesta que “ya es hora de que las empresas de servicio de Internet, que ganan más de tres billones de libras al año, adopten una mayor responsabilidad a la hora de mantener seguros a los niños. El gobierno les debe enviar un potente mensaje sobre qué es lo que esperamos de ellos”.

La alarma americana

Pero Reino Unido no es el único país donde la preocupación por la influencia de la red en los niños va en aumento. Desde que hace más de una década se descubriese que la mayor parte de los abusos sexuales son sufridos por mujeres de entre 16 y 24 años, la mayor parte de las campañas se han centrado en la educación de los adolescentes. El pasado año vio la luz una estadística realizada por la Johnson Foundation que afirmaba que la mitad de los estudiantes de instituto habían sido objeto en un momento u otro de tocamientos no permitidos o de piropos abiertamente obscenos; uno de cada tres había sufrido abuso psicológico durante una cita, y uno de cada seis, violencia física. El estudio afirmaba también que tres de cada cuatro jóvenes de dichas edades ya tenían pareja.

Todo apunta en la misma dirección: los adolescentes cada vez tienen relaciones con mayor precocidad, lo que deriva en un amplio número de problemas derivados de su falta de madurez. Por ello, una gran cantidad de programas de concienciación, generalmente propuestos por el Centers of Disease Control And Prevention, han sido puestos en marcha para atajar todos estos problemas.

Consolas, porno y desmotivación

A los 21 años, la generación actual habrá pasado 10.000 horas jugando a la consolaUna nueva teoría social que intenta explicar dicha situación ha aparecido en los últimos años, y es más visible que nunca gracias al ensayo The Demise Of Guys: Why Boys Are Struggling And What We Can Do About It (TED) –es decir, La desaparición de los chicos: por qué los niños tienen problemas y qué podemos hacer por ellos–, escrito por los psicólogos Philip Zimbardo y Nikita Duncan, que propone un matiz de género a tal concepción. No es tanto que las nuevas generaciones sean cada vez más precoces, irresponsables y fantasiosas, como que son especialmente los varones los que se están criando, gracias a la influencia de la red, a partir de concepciones equivocadas sobre las relaciones personales y la vida en general.

Según la investigación, es el sexo masculino el que recibe el 70% de los suspensos en los institutos americanos. Además, tienen cuatro o cinco veces más posibilidades de sufrir síndrome de déficit de atención, según los datos del National Center For Education Statictics. El 63% de ellos aseguraban sufrir una falta de motivación por los mensajes contradictorios que reciben de los medios de comunicación. Y lo más definitorio de todo: mientras la adolescente media pasa cinco horas a la semana jugando a videojuegos, en el caso de los chicos esta cantidad asciende a nada menos que trece. Una diferencia que según los investigadores conduce a las mujeres al éxito y a los hombres, al fracaso.

Extrapolando a toda la vida del joven, se cree que a los 21 años, la generación presente de adolescentes habrá pasado 10.000 horas jugando a la consola. En lo referente al contenido pornográfico, ven por norma general dos horas a la semana con contenido erótico, lo que según Zimbardo y Duncan provoca que su capacidad para conectar con el otro sexo esté siendo dañada, incapacitándolos para mantener relaciones significativas al tratar a sus parejas como objetos. Sin embargo, los autores no culpan a los jóvenes de su situación, sino a sus padres, que están olvidando sus obligaciones y despreocupándose del tiempo que sus hijos pasan navegando en la red, jugando con videojuegos o viendo la televisión.

En la próxima generación será el sexo femenino el que aporte el dinero al hogarEl final del poder masculino

No se trata del único ensayo publicado en tiempos recientes que defiende dicha tesis. Es el caso de The Decline Of Men: How The American Man Is Getting Axed, Giving Up And Flipping Off His Future (Harper Perennial, 2008), de Guy Garcia, que afirma que los roles que el género masculino ha adoptado durante el siglo XXI han sido los equivocados, frente a la figura cada vez más competitiva de la mujer. Según el ensayo del novelista y periodista de Los Angeles, los hombres están viviendo con mayor frecuencia solos, al margen de la sociedad, abandonando roles activos a favor de otros más pasivos, relacionados con fantasías difíciles de conquistar. Para Garcia, es necesario que el hombre revise sus expectativas y proyectos vitales con el objetivo de no quedarse relegado durante las próximas generaciones frente al avance social de la mujer, que según el autor sí ha sabido responder correctamente a lo que la nueva sociedad exige de ella.

Otro ejemplo es The End Of Men (And The Rise Of Women) (Riverhead) de la periodista Hanna Rosen, que se publicará en septiembre de este año a partir de un polémico artículo publicado en The Atlantic en 2010, que se preguntaba si la sociedad contemporánea no era un lugar más apropiado para las mujeres que para los hombres. A él hay que añadir The Richer Sex (Simon & Schuster) de Liza Mundy, publicado el pasado mes de marzo, y que bajo el subtítulo de Cómo la nueva generación de mujeres trabajadoras está transformando el sexo, el amor y la familia defiende que en la próxima generación será el sexo femenino el que aporte el dinero al hogar, dando lugar a un nuevo orden económico y alterando la visión habitual sobre temas tales como las relaciones personales. Una muestra más que apoya la idea de que los hombres se encuentran cada vez más desorientados en un mundo que promete cosas que la realidad no puede ofrecer.

“No deberías utilizar la pornografía como modelo para tu comportamiento sexual”. Tal fue la frase que la jueza Lady Smith dirigió a un niño de doce años tras declararle culpable de abusar sexualmente de una niña de nueve. Se trata de un juicio realizado en la Cámara Alta de Justicia de Edimburgo que ha reabierto el debate sobre el acceso de los más jóvenes a contenido explícito. “No tendrías que haberte visto envuelto en ninguna clase de actividad sexual con una niña de nueve años, ya que nuestra ley lo prohíbe”. Y aunque el joven no será encarcelado, la sentencia fue clara: “Este joven ha disfrutado de un acceso sin límites a todo tipo de pornografía”.