Es noticia
El colesterol “bueno” no es tan bueno
  1. Alma, Corazón, Vida
EL HDL NO EVITA EL RIESGO DE INFARTO

El colesterol “bueno” no es tan bueno

Las lipoproteínas de alta densidad (conocidas como HDL, del inglés High density lipoprotein) son conocidas medicamente como “el colesterol bueno” ­–en contraposicicón al LDL, el “colesterol

Foto: El colesterol “bueno” no es tan bueno
El colesterol “bueno” no es tan bueno

Las lipoproteínas de alta densidad (conocidas como HDL, del inglés High density lipoprotein) son conocidas medicamente como “el colesterol bueno” ­–en contraposicicón al LDL, el “colesterol malo”– pues se encargan de transportar el colesterol desde los tejidos del cuerpo hasta el hígado. Hasta ahora se pensaba que una mayor concentración de HDL en el cuerpo se correspondía con un menor riesgo de padecer las enfermedades cardiovasculares vinculadas con el colesterol, pero un estudio estadounidense publicado en The Lancet lo pone en duda: elevar los niveles de “colesterol bueno” no reduce el riesgo de infarto.

“La investigación muestra que un aumento del HDL no reduce el riesgo de infarto de miocardio”, explica Sekar Kathiresan del Hospital General de Massachussets y la Escuela de Medicina de Harvard, autor principal del estudio. El estudio muestra que un menor nivel de liproteínas de baja densidad (LDL), el “colesterol malo”, hace que disminuya el riesgo de infarto, pero no ha logrado comprobar que un aumento del “colesterol bueno” reduzca el riesgo.

Un nuevo método de estudio

Para investigar la relación entre el HDL y el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares los científicos usaron un método conocido como aleatorización mendeliana, nombrado así en honor al pionero de la genética Gregor Mendel: un método complejo de estudio que ha empezado a ser factible con el advenimiento de los análisis genéticos rápidos y de menor costo. En este caso concreto, la investigación ha identificado en qué medida los genes de los participantes fabricaban mayor o menor cantidad de HDL a lo largo de su vida. Según los estudios hechos hasta la fecha, aquellos que, por su propia naturaleza, fabrican mayor cantidad de HDL deberían tener menos riesgo de padecer un infarto. Pero no es así.

En el análisis de 20.913 casos de ataques cardíacos y 95.407 controles de 20 estudios distintos, los resultados mostraron que las personas con una tendencia genéticamente programada para tener mayores concentraciones de colesterol HDL no tenían un menor riesgo de padecer un ataque al corazón.

Un ataque a la industria farmacéutica

El hallazgo de este estudio tiene importantes consecuencias, pues la industria farmaceútica está invirtiendo grandes esfuerzos en encontrar un medicamento que eleve el nivel de HDL en el cuerpo y su eficacia se está poniendo en entredicho. El doctor Kathiresan es claro al respecto: “No debe asumirse que las intervenciones, farmacológicas o de estilo de vida, destinadas a incrementar el nivel de HDL se correspondan con un beneficio respecto al riesgo de padecer un infarto”.

Este estudio no es el único que duda de los esfuerzos de las compañías farmaceúticas por encontrar una “medicina contra el colesterol” –que es como se comercializaría de facto un fármaco que aumentara los niveles de HDL–: es el tercero que pone en duda los supuestos beneficios del “colesterol bueno”. Así que, de momento, –si no hay avances en el estudio del HDL, sobre el que queda mucho por estudiar– lo único que se puede hacer para evitar los riesgos del colesterol es evitando la concentración de LDL, el “colesterol malo”, y para eso ya se conocen los métodos: ejercicio y dieta adecuada. La pastilla tendrá que esperar. 

Las lipoproteínas de alta densidad (conocidas como HDL, del inglés High density lipoprotein) son conocidas medicamente como “el colesterol bueno” ­–en contraposicicón al LDL, el “colesterol malo”– pues se encargan de transportar el colesterol desde los tejidos del cuerpo hasta el hígado. Hasta ahora se pensaba que una mayor concentración de HDL en el cuerpo se correspondía con un menor riesgo de padecer las enfermedades cardiovasculares vinculadas con el colesterol, pero un estudio estadounidense publicado en The Lancet lo pone en duda: elevar los niveles de “colesterol bueno” no reduce el riesgo de infarto.