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Los beneficios neuropsiquiátricos de la exposición al sol, demostrados
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LA LUZ SOLAR VIGORIZA NUESTRAS NEURONAS

Los beneficios neuropsiquiátricos de la exposición al sol, demostrados

Cuando humildemente Diógenes pidió a Alejandro Magno que cuanto deseaba de él era que se apartase y le dejase tomar el sol, probablemente el sabio griego

Cuando humildemente Diógenes pidió a Alejandro Magno que cuanto deseaba de él era que se apartase y le dejase tomar el sol, probablemente el sabio griego ya anticipase que una adecuada exposición a la luz solar es estrategia saludable para fomentar la felicidad de los seres humanos. Discrepancias en las tasas de suicidio entre los países nórdicos y los mediterráneos, la utilización de exposición a luz para el tratamiento de algunas formas de depresión o el aumento de crisis emocionales en lugares que como Alaska o la Antártida experimentan fenómenos de acortamiento del día, han sugerido siempre que nuestros ritmos biológicos se ven extraordinariamente influidos por la exposición a la luz del sol.

Lo que sin embargo no se había sospechado hasta hace bien poco, hipótesis que ocupa las publicaciones neurológicas más relevantes, es la posible influencia de la luz solar en una enfermedad tan intrigante, incapacitante y devastadora como la esclerosis múltiple.

En esta enfermedad que suele cursar por brotes y que encarna el prototipo de lo que llamamos enfermedades desmielinizantes, se produce una reacción inmune (de nuestras propias células sanguíneas de defensa) contra las “cubiertas” de nuestras propias neuronas. Este ataque y la pérdida de la mielina que recubre las células nerviosas determina un enlentecimiento en la transmisión de la información. En consecuencia, las funciones neurológicas del sistema nervioso (movimiento, sensibilidad, cognición) y/o de los órganos de los sentidos, se pueden ver disminuidas o perdidas. Aunque en ocasiones se produce una recuperación parcial de la función comprometida, la tendencia final es a la suma de déficits neurológicos.

Los beneficios de la luz solar

Diversos estudios confirman la relación entre luz solar y esclerosisPues bien, una muy reciente publicación en el European Journal of Neurology firmada por Bäämhielm y su equipo del Karonlinska Institutet de Estocolmo desvela que la exposición a luz solar se asocia a una disminución del riesgo de esclerosis múltiple, y establece en qué forma podría estar ligada la luz ultravioleta solar al mecanismo por el que se produciría la enfermedad.

Diversos estudios previos habían demostrado que la aparición de la esclerosis múltiple es muy distinta dependiendo de la latitud en que se encuentra un país. Así era mucho más baja en las áreas ecuatoriales o meridionales, en comparación con países como Suecia o Gran Bretaña.

Esta sospecha de interacción entre la luz solar y nuestra salud neuronal se suma a los hallazgos de grupos punteros de investigación en trastornos afectivos, como es el equipo de García-Toro y Miquel Roca del Hospital Son Llatzer de Palma de Mallorca, quienes en un ensayo clínico publicado en el número de abril del Journal of Affective Disorders presentan la utilidad de un régimen de cuatro sencillas recomendaciones higiénicas (ejercicio, modificación de dieta, mejor patrón de sueño y exposición a la luz solar) en el tratamiento de la depresión y como complemento del tratamiento habitual.

Por supuesto, también debemos ser conscientes de los problemas que una exposición desmedida al sol puede provocar en nuestra piel o en nuestras retinas. De ahí que sea cardinal enfatizar que la utilización de cremas protectoras y gafas solares filtrarán oportunamente el acceso de luz que nos interesa que llegue tanto a nuestra piel como a nuestro hipotálamo.

Cuando humildemente Diógenes pidió a Alejandro Magno que cuanto deseaba de él era que se apartase y le dejase tomar el sol, probablemente el sabio griego ya anticipase que una adecuada exposición a la luz solar es estrategia saludable para fomentar la felicidad de los seres humanos. Discrepancias en las tasas de suicidio entre los países nórdicos y los mediterráneos, la utilización de exposición a luz para el tratamiento de algunas formas de depresión o el aumento de crisis emocionales en lugares que como Alaska o la Antártida experimentan fenómenos de acortamiento del día, han sugerido siempre que nuestros ritmos biológicos se ven extraordinariamente influidos por la exposición a la luz del sol.