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EE.UU. quiere prohibir en la universidad deportes como el fútbol americano
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LA MALDICIÓN DE LOS SD CHARGERS RELANZA EL DEBATE

EE.UU. quiere prohibir en la universidad deportes como el fútbol americano

David Griggs murió en un accidente de coche por conducir borracho. Rodney Culver en un accidente avión. Doug Miller fue atravesado por un rayo. Curtis Whitley tuvo una sobredosis. Chris Mims, Shawn Lee y

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EE.UU. quiere prohibir en la universidad deportes como el fútbol americano

David Griggs murió en un accidente de coche por conducir borracho. Rodney Culver en un accidente avión. Doug Miller fue atravesado por un rayo. Curtis Whitley tuvo una sobredosis. Chris Mims, Shawn Lee y Lew Bush por sendas enfermedades cardiovasculares. Hace dos semanas, a los 43 años, se suicidaba Junior Seau. En España estos nombres no le suenan a nadie, pero en EE.UU. son celebridades del deporte, y el impacto ha sido grande. Seau es el octavo jugador de la promoción de 1994 del equipo de fútbol americano San Diego Chargers que muere antes de cumplir los 45 años. La policía le encontró muerto en su casa. Se había volado los sesos con una pistola.

El suicidio de Seau ha reabierto en EE.UU. el debate sobre la peligrosidad del fútbol americano, y otros deportes de riesgo, y muchos expertos se han mostrado públicamente en contra de que se potencie su práctica en las universidades e institutos.  

Las enfermedades cardiovasculares y los traumas cerebrales son muy habitualesAunque algunos de los jugadores de los San Diego Chargers del 94 han muerto por causas accidentales no se puede pasar por alto el importante número de infartos y enfermedades mentales que sufren los jugadores tras dejar la competición profesional o incluso antes. Los corazones que soportan el peso de unos cuerpos artificialmente sobredimensionados tienen todas las papeletas para dejar de funcionar prematuramente. Eso por no hablar de los traumas cerebrales que en muchos jugadores han provocado, con el paso del tiempo, diversos problemas de todo tipo. Se ha especulado incluso con que el suicidio de Seau tuviera algo que ver con problemas psicológicos derivados de las contusiones. 

Un deporte con mucho riesgo

Según un estudio de la Universidad Virginia Tech, un jugador de fútbol americano recibe, como poco, cuatro impactos de más de 100 kilos en cada temporada y centenares de pequeñas contusiones que provocan que el cerebro choque con las paredes del cráneo en cada partido. A pesar de la protección del casco, las células neuronales se ven alteradas por la absorción del impacto y se pierden numerosas conexiones, un problema que se manifiesta tarde o temprano. Las contusiones más fuertes causan desorientación, nauseas, pérdida de conciencia y de memoria, dolor de cabeza, insomnio y cambios de humor. Síntomas que, en muchos casos, los jugadores sufren en el propio transcurso del partido.  

La lógica del deporte hace que las contusiones sean inevitablesLos traumas cerebrales han sido un tema ampliamente estudiado en EE.UU., dónde nadie está dispuesto a perderse todos los años la Super Bowl. Los cascos se van mejorando con el tiempo, y todos los equipos tienen avanzados asesores médicos, pero la propia lógica del deporte hace que las contusiones sean inevitables.

¿Es justificable potenciarlo en la universidad?

Mucho especialistas se han alzado en contra de la práctica del fútbol americano en los institutos y universidades, pues la consideran demasiada peligrosa. La polémica es importante, teniendo en cuenta que el fútbol americano es un componente importante en la vida universitaria americana.

Un deporte donde los jugadores son semiprofesionales y ganan 50 millones de dólares al año no debería considerarse universitarioEl escritor Malcolm Gladwell, columnista habitual de New Yorker, es uno de los más firmes defensores de la desaparición del fútbol americano de las universidades. En una entrevista al magazine electrónico Slate ha sido muy claro al respecto: “El fútbol universitario se ha convertido en algo indistinguible del fútbol profesional. La única justificación que tiene el deporte en la universidad es que esté estructurado de forma que refuerce la experiencia educativa y social. Un deporte donde los jugadores son semiprofesionales y ganan 50 millones de dólares al año no se ajusta a esa descripción”.

A Gladwell no le han salido pocos detractores, que insisten en que el fútbol es algo importante en la vida universitaria, pues inculca a los estudiantes disciplina y les enseña a trabajar en equipo, pero él se defiende: “¿Si pudiéramos probar que trabajar en una mina enseña disciplina y trabajo en equipo construiríamos una en todos los campus?”

El rugby, nuestro único equivalente

En España el fútbol americano es prácticamente inexistente, pero su primo europeo, el rugby, si está bastante extendido por nuestros campus. En su caso el problema es de distinta índole. Las contusiones cerebrales no son habituales, pero sí las lesiones. Un trabajo publicado en el British Journal of Sports Medicine, revisó 964 partidos de rugby profesional en los que hubo 71 placajes. En todos ellos se registró una lesión en, al menos, uno de los participantes en la acción. ¿Tiene sentido que los estudiantes se sometan a estos riesgos? El debate está lejos de cerrarse. 

David Griggs murió en un accidente de coche por conducir borracho. Rodney Culver en un accidente avión. Doug Miller fue atravesado por un rayo. Curtis Whitley tuvo una sobredosis. Chris Mims, Shawn Lee y Lew Bush por sendas enfermedades cardiovasculares. Hace dos semanas, a los 43 años, se suicidaba Junior Seau. En España estos nombres no le suenan a nadie, pero en EE.UU. son celebridades del deporte, y el impacto ha sido grande. Seau es el octavo jugador de la promoción de 1994 del equipo de fútbol americano San Diego Chargers que muere antes de cumplir los 45 años. La policía le encontró muerto en su casa. Se había volado los sesos con una pistola.