"Regalar lo regalado no es malo"

Cumpleaños, comuniones, graduaciones, bodas, aniversarios de boda, bautizos, el Día de la Madre, el del padre, Navidad… Hay cientos de momentos en los que nos vemos obligados a hacer un regalo. En ocasiones ni siquiera lo hacemos con motivo de una efeméride, basta con habernos ido de viaje o que alguien se mude, para vernos obligados a “tener un detalle”. El problema es que a lo largo de nuestra vida vamos acumulando detalles que no queremos para nada, y acaba surgiendo la picaresca. Aunque no esté muy bien visto, regalar lo regalado es una práctica extendida, casi más común que el ‘regalo bumerán’ –aquel presente que damos a nuestra pareja o familiar cercano para poder aprovecharlo también nosotros–. Y, cómo no, alguien tenía que investigar el asunto.

Los investigadores buscaban comprobar si regalar lo regalado es realmente tan ofensivo como se creeEn un estudio que será publicado en el próximo número de la revista Psychological Science, un grupo de investigadores de las escuelas de negocio de Stanford, Harvard y la London Business School ha estudiado el fenómeno del ‘reciclaje de regalos’, que en el mundo anglosajón es conocido como regifting.

Mediante cinco experimentos, los psicólogos buscaban comprobar si el regifting, que es una práctica rechazada socialmente y casi tabú, realmente es tan ofensivo como regaladores y regalados creen. Una y otra vez, los participantes que habían recibido regalos, y a los cuales se les dijo que contemplaran la idea de regalar lo regalado, pensaron que el donante original estaría más ofendido de lo que realmente se comprobó que estaba.

Está mejor visto de lo que creemos

“Regalar lo regalado no es malo”, explica Gabrielle Adams, de la London Business School. “De hecho es una manera de asegurarse de que los regalos llegan a alguien que realmente va a disfrutarlos. La gente no debería asustarse al regalar a alguien algo que le habían dado previamente”.

En una de las pruebas, los 178 participantes fueron divididos entre regaladores y regalados. Se les presentó un escenario ficticio en el que debían imaginar que, recientemente, habían recibido un reloj de pulsera como regalo de graduación. Ambos grupos debían imaginarse dos posibilidades: que los receptores del reloj lo habían vuelto a regalar a un amigo o que lo habían tirado a la basura. Las reacciones a cada escenario fueron medidas en una escala de ofensa de cinco puntos, del “no muy ofendido” al “extremadamente ofendido”. Los regalados debían puntuar cómo creían que se iba a sentir el regalador en cada escenario y viceversa.

Los regaladores estaban menos ofendidos con aquellos que habían vuelto a regalar el reloj, en vez de deshacerse de él. Pero los regalados creyeron que estarían igual de ofendidos con cualquiera de las dos opciones. En definitiva, consideraron igual de ofensivo el hecho de dar a otra persona el reloj que tirarlo a la basura.

Un día para regalar lo regalado

Establecer el Día del 'Regifting' es una buena forma de hacer que se normalice la prácticaTodo se debe a las creencias comúnmente aceptadas sobre el derecho, explican los investigadores. Los receptores de un regalo creen que la persona que nos ha dado un objeto debe tener voz y voto sobre lo que pasa con aquello que ha regalado, mientras que los que han dado algo creen que los receptores tienen el derecho de hacer con ello lo que les venga en gana.

“Nos interesó especialmente el hecho de que las personas que recibían el regalo pensaran que era igual de malo tirar el reloj a la basura que volver a regalarlo”, explica Adams. “Los regaladores, sin embargo, pensaban que es mucho peor tirar el regalo que dárselo a otra persona”.  

¿Cómo hacer que todo el mundo acepte que regalar lo regalado no es una mala opción? Los investigadores proponen añadir una nueva fecha para regalar: “El Día Nacional del Regifting”. Adams lo tiene claro: “Establecer un día para regalar lo regalado es una buena forma de hacer que la práctica no sea percibida por los receptores como algo tan ofensivo”. Además, nos serviría para vaciar nuestras casas de objetos que no queremos para nada y que en cualquier momento pueden acabar en la basura.