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La droga que consumes sin saberlo: está en el agua, el aire y los billetes
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HAY ESTUPEFACIENTES EN LOS ACUÍFEROS DE BARCELONA

La droga que consumes sin saberlo: está en el agua, el aire y los billetes

Los restos de drogas duras están por todas partes. El último lugar donde un grupo de científicos ha detectado la presencia de partículas derivadas de estupefacientes

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La droga que consumes sin saberlo: está en el agua, el aire y los billetes

Los restos de drogas duras están por todas partes. El último lugar donde un grupo de científicos ha detectado la presencia de partículas derivadas de estupefacientes es en las aguas subterráneas de Barcelona. Eso sí, en unas concentraciones tan reducidas que no suponen ningún riesgo para la salud pública. Además, las aguas subterráneas analizadas se usan para limpiar calles y para regar jardines públicos, según ha precisado a EFE el director de la investigación, Damià Barceló.

El reciente hallazgo, publicado en la revista Science of The Total Environment, se enmarca en un estudio a escala mundial sobre “drogas de abuso en acuíferos urbanos”, en el que han participado investigadores del diversas instituciones, como el Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA), el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) y el Departamento de Ingeniería Geotécnica y Geociencias de la UPC, según informa EFE. Las muestras de agua analizadas contenían desde compuestos cocaínicos y opiáceos, hasta anfetaminas y canabinoides

El equipo ha analizado 20 sustancias pertenecientes a 6 grupos diferentes (compuestos cocaínicos, cannabinoides, opiáceos, anfetaminas, compuestos lisérgicos y las benzodiacepinas) en tres zonas del área metropolitana de Barcelona, donde se recogieron diferentes muestras entre los meses de mayo y diciembre del 2010.

La clase social determina el tipo de droga

Las drogas con más presencia han sido la metadona, el éxtasis (o MDMA), el EDDP (metabolito de la metadona), el diazepam (tranquilizante) y la cocaína y su metabolito la benzoilecgonina. En ninguno de los casos se han detectado cannabinoides, anfetaminas o lisérgicos. Los niveles más altos son los correspondientes a la metadona y a la cocaína, con concentraciones de 68 y 60 nanogramos por litro, respectivamente.

Unos de los resultados más interesantes de este trabajo es que el consumo de drogas parece estar relacionado con el barrio y la condición social. Así, en la calle Mallorca, zona de abundante ocio nocturno y económicamente de clase media alta, la droga detectada en un mayor número de muestras ha sido la metadona, pero la que presentó concentraciones más elevadas fue la cocaína. Por el contrario, en el barrio de clase trabajadora del entorno de la Avenida Parallel la droga que presenta concentraciones más altas ha sido el éxtasis.El consumo de drogas está relacionado con el barrio y la condición social

Los niveles de drogas medidos en las aguas subterráneas son mucho más bajos que los de aguas residuales y del río Besòs, que recargan parcialmente los acuíferos. Esto indica que las "drogas de abuso" y sus metabolitos sufren procesos de atenuación en el acuífero que causan un descenso drástico en sus concentraciones, según el estudio.

Estupefacientes en el aire de Madrid y Barcelona

Otro estudio ya había certificado anteriormente, analizado las partículas aéreas en suspensión, la presencia de hasta cinco clases de drogas en el aire las ciudades de Madrid y Barcelona. El equipo de científicos responsable de la investigación estaba formado por miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC,) del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) y participado también por el Instituto Catalán para la Investigación del Agua (Icra).

Al igual que ocurre con el caso de las partículas de droga en las aguas subterráneas, las concentraciones de estupefacientes en el aire son tan pequeñas que, según explicaba gráficamente el estudio, ni respirando 1.000 años se llegaría a consumir el equivalente a una dosis.

En todas las muestras de los análisis que se llevaron a cabo en Madrid y Barcelona se hallaron niveles detectables de cocaína y de su metabolito, la benzoylecgonina, además de un cannabinoide, el tetrahidrocanabinol (THC). Las concentraciones varían entre los 29 y los 850 picogramos (la billonésima parte de un gramo) por metro cúbico. Los fines de semana se registraron concentraciones más altas.Las partículas aéreas en suspensión también contienen restos de estupefacientes

El objetivo del estudio buscaba "disponer de herramientas que permitan evaluar el consumo de drogas entra la población de forma rápida y anónima". Según se pudo comprobar en el aire de estas dos ciudades están presentes hasta 17 componentes derivados de cinco drogas diferentes.

Otros análisis realizados por químicos de la Universidad de Valencia, publicado en la revista Trends in Analytical Chemistry también determinaba que más del 90% de los billetes en circulación contenían restos de cocaína. Unos datos que dan cuenta de la magnitud del consumo de drogas duras en el país. Sin embargo, tal y como explicaba a El Confidencial Miguel de la Guardia, profesor del departamento de Química Analítica de la universidad valenciana, la concentración de droga, que en algunos billetes se eleva hasta los 889 microgramos, se debe a la contaminación cruzada que se produce al intercambiar billetes de mano a mano y también a través de las máquinas de de contar dinero de los bancos.

Miranda de Ebro, segunda ciudad en consumo de cocaína

España  se ha convertido, según un estudio elaborado por la ONU, en el primer consumidor de cocaína del mundo: un 3% de la población entre 15 y 64 años. En el estudio de la ONU se analizaron tres ciudades españolas: Miranda de Ebro, Aranda de Duero y Madrid, aunque sin explicar las razones de la elección. Nueve de cada diez billetes contienen restos de cocaína

Las conclusiones fueron que Nueva York es la primera ciudad del mundo donde más cocaína por habitante se consume (134 dosis por cada mil habitantes al día). Pero la conclusión más sorprendente fue que el segundo puesto lo ocupaba la localidad burgalesa de Miranda del Ebro (con 97 dosis por cada mil habitantes), lo que provocó fuertes reacciones institucionales en su momento. Madrid, con 19 dosis, se situó por detrás de Londres (20) y por delante de París (11).

La dudosa metodología de este estudio fue criticada con dureza por el alcalde de la localidad, Fernando Crespo, que incluso amenazó con demandar a los responsables de la investigación. Sin embargo, parece que se ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, a juzgar por el hallazgo policial de dos bolsas con más de 16 kilogramos de cocaína en la sede neoyorkina de la ONU a finales del pasado mes de enero.

Los restos de drogas duras están por todas partes. El último lugar donde un grupo de científicos ha detectado la presencia de partículas derivadas de estupefacientes es en las aguas subterráneas de Barcelona. Eso sí, en unas concentraciones tan reducidas que no suponen ningún riesgo para la salud pública. Además, las aguas subterráneas analizadas se usan para limpiar calles y para regar jardines públicos, según ha precisado a EFE el director de la investigación, Damià Barceló.