Es noticia
Cómo la cultura de masas está terminando con la cultura espiritual
  1. Alma, Corazón, Vida
PARA FUMAROLI, NOS ESTAMOS QUEDANDO SIN EDUCACIÓN

Cómo la cultura de masas está terminando con la cultura espiritual

"Somos simples consumidores sin capacidad para discernir los mensajes con valor de los mensajes condicionados por la publicidad comercial porque la cultura de masas nos modela,

Foto: Cómo la cultura de masas está terminando con la cultura espiritual
Cómo la cultura de masas está terminando con la cultura espiritual

"Somos simples consumidores sin capacidad para discernir los mensajes con valor de los mensajes condicionados por la publicidad comercial porque la cultura de masas nos modela, ya desde la infancia, acabando con la cultura espiritual y la educación”. Esta contundente advertencia del académico de la lengua francesa Marc Fumaroli, que ayer inauguró el ciclo de conferencias “El libro como universo”, con el que la Biblioteca Nacional abre los actos de conmemoración de su tricentenario, conduce a una obligada reflexión sobre las contradicciones contemporáneas del “desierto de la globalización”.

La democratización de la cultura, explica el ensayista, no debe servir como pretexto para su banalización comercial por lo que, hoy más que nunca, los intelectuales deben dar ejemplo, ponerse a la altura de las circunstancias y alejarse de los condicionantes impuestos por las industrias culturales. La publicidad condiciona nuestro espíritu, incluso antes de que aparezca

Crítico pero optimista, Fumaroli ha volcado sus esfuerzos en la superación de esta “transición cultural” europea, combinando los enfoques teórico y práctico. De hecho, hace ya una década que se ha convertido en un activista del “animismo cultural”, desde el feudo de la fundación “La República de las Letras” (auspiciada por el Colegio de Francia). Esta expresión designa a los primeros humanistas europeos que, a principios del siglo XV, se propusieron recuperar y reconstituir el patrimonio grecolatino, recluido en las bibliotecas monacales o simplemente destruido por los bárbaros. Un modelo que el estudioso francés propone como caballo de Troya para superar la crisis cultural y provocar el renacer del viejo continente.

La República de las Letras

A modo de anticipación del concepto de “ciudadanía europea”, los eruditos que conformaron esta comunidad pivotaron sobre la base de la diversidad. Defensores de las raíces culturales de Europa, generaron un diálogo trasnacional que se erigió como contrapoder de la Inquisición. La imprenta, inventada años después del origen de la República de las letras, se convirtió en su mayor aliado para el desarrollo de la revolución cultural y la educación.

Quizás sea por este histórico papel de la tipografía, por lo que Fumaroli manifiesta una fuerte desconfianza hacia las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. La distribución digital de los contenidos se basa en “una información sin jerarquías que se destruye a sí misma. Además, internet se ha consagrado a la publicidad, lo que pervierte nuestro espíritu, antes incluso de que puede aparecer”. Por otra parte, la sombra del control siempre emerge sobre lo digital, al contrario de los textos, manuscritos o pergaminos, que siempre “circularon de forma peligrosa para los gobiernos y las religiones”. Por ello, considera el libro impreso como “un arquetipo de la cultura” que nunca dejará de existir.

“Los jóvenes tienen que confeccionar el mundo en el que viven”

A pesar de que los canales de distribución digitales siguen recortando distancias al papel, Fumaroli no considera esta realidad como una tragedia, siempre y cuando El libro impreso siempre existirá porque representa el arquetipo de la culturase “logren equilibrar ambos mundos”, que definen la cultura de masas, por un lado, y la espiritual, por otro. La tarea no es sencilla, reconoce el académico, quien a sus 79 años deposita toda su confianza sobre las nuevas generaciones. “Los jóvenes tienen que confeccionar el mundo en el que viven porque no creo que sean idiotas ni autosuicidas, como piensa la publicidad de ellos”. La clave estaría en encontrar los medios necesarios para “corregir los daños colaterales”.

El primer paso para alcanzar el renacimiento cultural europeo pasa por fomentar unos vínculos trasnacionales entre la intelectualidad de los distintos países. “Los cultivadores del espíritu deben conocerse, no sólo por internet o en coloquios públicos, sino manteniendo correspondencia entre ellos, viajando y debatiendo en el plano privado. Es curioso que en el siglo XIX tuviesen más relación que en la actualidad”, lamenta Fumaroli.

Esta situación sólo es una de las contradicciones propias de la sociedad contemporánea, supuestamente globalizada e interconectada, ya que la diversidad actúa como un freno en lugar de hacerlo como un estímulo. Una pobre realidad que está en el germen de la decadencia cultural europea. De hecho, comienzan a escucharse, cada vez más, comentarios despectivos desde la otra orilla del charco.Hay que equilibrar la cultura de masas y la cultura espiritual para superar la fase de transición en la que estamos

"Somos simples consumidores sin capacidad para discernir los mensajes con valor de los mensajes condicionados por la publicidad comercial porque la cultura de masas nos modela, ya desde la infancia, acabando con la cultura espiritual y la educación”. Esta contundente advertencia del académico de la lengua francesa Marc Fumaroli, que ayer inauguró el ciclo de conferencias “El libro como universo”, con el que la Biblioteca Nacional abre los actos de conmemoración de su tricentenario, conduce a una obligada reflexión sobre las contradicciones contemporáneas del “desierto de la globalización”.