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"Si quieres que te contrate, tendrás que darme la contraseña de tu Facebook"
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"Si quieres que te contrate, tendrás que darme la contraseña de tu Facebook"

La red social Facebook –con más de 800 millones de usuarios en todo el mundo– ha propiciado que los departamentos de recursos humanos y los headhunters o

Foto: "Si quieres que te contrate, tendrás que darme la contraseña de tu Facebook"
"Si quieres que te contrate, tendrás que darme la contraseña de tu Facebook"

La red social Facebook –con más de 800 millones de usuarios en todo el mundo– ha propiciado que los departamentos de recursos humanos y los headhunters o cazatalentos estén muy atentos a los perfiles de sus posibles fichajes. Con echar un vistazo rápido al Facebook de alguien se puede saber qué estilo de vida lleva, su situación sentimental, inclinación sexual, aficiones, gustos, religión e ideología. Información muy útil a la hora reclutar a un trabajador, pero bastante incómoda como para preguntársela en una entrevista…, al menos hasta ahora.

Pedir la contraseña de Facebook a un postulante es como pedirle las llaves de su casa

Si hasta la fecha los encargados de recursos humanos de las empresas se limitaban a revisar y seleccionar la información pública sobre un candidato, algunos ya van más allá. Ahora, les piden directamente las contraseñas de su cuenta de Facebook. Se trata de una tendencia al alza en Estados Unidos, donde compañías y organismos oficiales piden las contraseñas de los postulantes para acceder a sus cuentas personales. Para conseguirlo se valen, incluso, de otros métodos más cuestionables: les piden que se hagan amigos en las redes sociales de algún ejecutivo de la firma o que abran su cuenta en uno de los ordenadores de la empresa durante la entrevista.

Justin Bassett lo sabe bien. Según publica la web estadounidense CNBC, en una entrevista de trabajo, el responsable de recursos humanos le pidió su nombre de usuario y contraseña de Facebook. Bassett, experto en estadísticas de Nueva York, se negó y retiró su solicitud de empleo, alegando que no quería trabajar en una compañía que busca información personal de sus empleados. "Es como pedirle las llaves de su casa a uno", opina Orin Kerr, profesor de leyes de la George Washington University y ex procurador federal, quien considera este requisito "una grave violación a la privacidad".

Sin embargo, hay quienes como el también estadounidense Robert Collins no pueden permitirse el lujo de decir que no porque, ahora más que nunca, necesitan el trabajo. Envió una solicitud de empleo para un puesto como guardia en el Departamento de Seguridad Pública y Servicios Penitenciarios de Maryland (EE.UU). En el momento de la entrevista de trabajo, le pidieron que diera el usuario y contraseña de su perfil de Facebook, así como de su correo electrónico. Aunque no le gustó, accedió. "Necesitaba el trabajo para darle de comer a mi familia", justificó.

El entrevistado tiene derecho a decir 'no'

En opinión de Jesús Herranz, gerente de Nuevas tecnologías de BDO Abogados, es una práctica abusiva. Constituye una intromisión ilegítima en la privacidad de la persona y por tanto una vulneración del derecho a la intimidad personal y familiar que recoge la Constitución.

Cuando la Unión de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) se quejó de esa práctica, la agencia modificó sus procedimientos y, en lugar de exigir las contraseñas, dispuso que los candidatos abriesen sus cuentas durante las entrevistas. "Para mí, eso sigue siendo una invasión a la privacidad. Comprendo el deseo de saber más del postulante, pero se está violando la privacidad de la persona", opinó Collins.

Aunque el entrevistado dé las claves voluntariamente, existe coerción si necesita el trabajo

José Miguel Mestre, abogado de Sagardoy Abogados  –bufete especializado en derecho del trabajo– critica que con esta práctica se diluye la voluntariedad y el candidato actúa coaccionado por miedo a no ser seleccionado. "Si la estabilidad del empleado se ve alterada por su negativa a abrir la esfera de su intimidad y ello conlleva alguna actuación empresarial tomada como represalia, tiene derecho a protegerse judicialmente", añade. Herranz, por su parte, opina que si un trabajador es requerido por el empresario para abrir su cuenta de una red social, está adoptando una medida totalmente desproporcionada y "que atentaría contra la dignidad e intimidad del trabajador".

Mestre recuerda que el entrevistado no tiene ninguna obligación de proporcionar dicha información iniciando sesión. "El problema se trasladará al empresario cuando no haya contratado al candidato, que deberá demostrar que el descarte viene motivado por aspectos que no guardan relación con la decisión de dicho candidato". Lori Andrews, profesora de derecho del IIT Chicago-Kent College of Law, especializada en la privacidad en internet, reconoce que le preocupa la presión que se ejerce en una persona para que permita el acceso a sus cuentas. "Por más que lo hagas voluntariamente, se incurre en coerción si necesitas un trabajo", asegura. "Una entrevista es un proceso de selección que no reúne los elementos, digamos idóneos, para que pueda considerarse que el consentimiento se ha otorgado de forma libre", opina Herranz.

Forzar al entrevistado vulnera su privacidad

Mestre, además, aclara que la utilización de las redes sociales bajo el pretexto de obtener información que permita descartar a un candidato es totalmente ilegal. "Además de que la red social en cuestión tiene un objeto alejado del mundo profesional, constituye una vulneración evidente forzar al entrevistado a que permita el acceso a un ámbito privado al que, en condiciones normales, no haría partícipe al entrevistador".

Desde la aparición de las redes sociales, muchos ejecutivos a cargo de las contrataciones revisan los perfiles de Facebook de sus empleados disponibles para el público en general, sus cuentas de Twitter y otras webs para obtener información sobre los candidatos a un puesto. Mestre asegura que en España no existe una regulación en la materia, pero insiste en que no puede hacerse un uso de las redes sociales distinto del fin para el cual fueron creadas. "La red de contactos profesional Linkedin podría cubrir esta necesidad, siempre y cuando la entidad solicite abiertamente al candidato estar en contacto y, éste, a su vez, acceda libremente", asevera el abogado. Herranz recuerda que sí que podemos recurrir a otra legislación ya existente en España como la propia Ley Orgánica 1/1982 o la normativa de protección de datos para encontrar argumentos en contra de que nos pidan las claves de acceso a las redes sociales.

En España no existe una regulación en la materia, pero no puede hacerse un uso indebido de las redes sociales

La tendencia a pedir contraseñas es más prevalente en los organismos públicos, especialmente entre los policías. Mestre opina que sería muy recomendable pensar en el diseño de algún tipo de protocolo que analice preventivamente estas cuestiones, sin que ello suponga una injerencia absoluta en el derecho a la intimidad que igualmente tienen. "Si se trata de profesionales al servicio de la seguridad ciudadana, ya no solamente es el interés del ente en particular, sino, por extensión, de toda la sociedad en general".

El modelo tradicional de relaciones laborales está cambiando a marchas forzadas todas estas cuestiones, por lo que el abogado explica que debería obligar al legislador nacional reflexionar en la elaboración de alguna ley que analice cuestiones precontractuales (huérfanas de regulación en España), así como durante la propia vigencia del contrato. "Asimismo, el fenómeno del social media se propaga sin barreras, lo cual debería ser tenido en cuenta por el legislador de la Unión Europea al objeto de fijar algunas recomendaciones o guías de actuación empresarial que puedan ser de aplicación en todos los Estados Miembros", sentencia Mestre.

La red social Facebook –con más de 800 millones de usuarios en todo el mundo– ha propiciado que los departamentos de recursos humanos y los headhunters o cazatalentos estén muy atentos a los perfiles de sus posibles fichajes. Con echar un vistazo rápido al Facebook de alguien se puede saber qué estilo de vida lleva, su situación sentimental, inclinación sexual, aficiones, gustos, religión e ideología. Información muy útil a la hora reclutar a un trabajador, pero bastante incómoda como para preguntársela en una entrevista…, al menos hasta ahora.