El abuso escalonado de paracetamol puede matar

Desiree Phillips, una joven británica de 20 años, falleció a finales del año pasado debido a una sobredosis de paracetamol. Aunque es uno de los analgésicos más populares, si no el que más, su principio activo puede ser mortal si se toma a la ligera. Los envenenamientos son más frecuentes de lo que parece: la sobredosis de paracetamol es la principal causa de insuficiencia hepática aguda en el Reino Unido. La mayoría de las intoxicaciones provienen del abuso del medicamento y se dan cuando los pacientes toman un gran número de comprimidos a la vez.

El caso de Phillips es especial, pues su muerte no se debió a un abuso puntual: fue el resultado de una sobremedicación continuada en el tiempo. Esto confirma lo que venían advirtiendo varios estudios realizados con anterioridad, que muestran como una “sobredosis escalonada” de paracetamol en el transcurso de unos días puede ser más peligrosa que una sola sobredosis masiva.

Phillips se había sometido a una operación menor para eliminar varios bultos benignos en el pecho. Tras ésta los médicos le recetaron antibióticos y le invitaron a usar paracetamol sin receta médica. Nueve días después de la operación, Phillips tuvo que ser trasladada al hospital debido a unos dolores insoportables y fue diagnosticada con insuficiencia hepática. Aunque sobrevivió al trasplante de hígado murió sólo una semana después en el propio hospital de Birmingham donde estaba ingresada. Había tomado demasiado paracetamol.

Según declaró su padre al rotativo británico The Telegraph, Phillips sólo estaba tomando “alguna pastilla de más” respecto a la máxima dosis recomendada.

Un peligro del que se tenía constancia

Un reciente estudio del British Journal of Clinical Pharmacology muestra que aunque la ingesta total sea menor, la gente que consume “sobredosis escalonadas” de paracetamol tiene tres veces más posibilidades de morir que aquellos que sufren una intoxicación por un atracón masivo, incluso hablando de suicidios, pues su problema es más difícil de detectar.

Los pacientes que llegan a un hospital tras una sobredosis puntual de paracetamol se salvan fácilmente, pues los análisis de sangre revelan de inmediato la cantidad de principio activo que está circulando por su cuerpo, permitiendo a los médicos actuar rápidamente para salvar su hígado. No ocurre lo mismo con aquellas personas que han excedido poco a poco la dosis máxima recomendada al día –ocho dosis de 500mg cada 24 horas–. Al llegar al hospital, estas personas sólo informan de que se encuentran mal y no suelen asociar sus dolores a una sobreexposición al paracetamol, ni informar a los médicos de la cantidad de pastillas que han estado tomando. Aunque los daños en el hígado pueden ser similares a los que presentan aquellos que han tomado demasiadas pastillas a la vez, los análisis de sangre sólo revelan pequeñas cantidades de paracetamol en sus cuerpos, y los doctores no detectan que están ante un caso de vida o muerte. Por si fuera poco, estos pacientes tienen mayor probabilidad de tener problemas cerebrales y necesitan en mayor número una diálisis renal y asistencia respiratoria, especialmente si han tardado más de un día tras la intoxicación en ir al hospital.

Según recoge el estudio, atendiendo a datos del sistema de salud británico, un tercio de las personas que habían tomado “sobredosis escalonadas” buscaban suicidarse, pero la mitad de los afectados simplemente se estaban automedicando para enfermedades como dolores articulares y musculares o dolor de muelas. Para el resto de los afectados no se identificó una causa clara.