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Agentes de citas 2.0: tú me pagas, yo la seduzco y te la pongo en bandeja
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LOS EJECUTIVOS NO TIENEN TIEMPO PARA ENCONTRAR PAREJA Y SE LO ENCARGAN A AGENTES DE CITAS

Agentes de citas 2.0: tú me pagas, yo la seduzco y te la pongo en bandeja

¿Por qué un ocupado ejecutivo iba a sacrificar sus escasas horas libres delante del ordenador, buscando pareja, si alguien puede hacerlo por él? Basta con pagar

Foto: Agentes de citas 2.0: tú me pagas, yo la seduzco y te la pongo en bandeja
Agentes de citas 2.0: tú me pagas, yo la seduzco y te la pongo en bandeja

¿Por qué un ocupado ejecutivo iba a sacrificar sus escasas horas libres delante del ordenador, buscando pareja, si alguien puede hacerlo por él? Basta con pagar una generosa cifra y dar un par de pistas sobre lo que se pretende encontrar a un agente especializado, un profesional del ciberligoteo, un ‘cyrano de internet’.

Se trata de un servicio no apto para tímidos y especialmente pensado para que seductores y donjuanes den rienda suelta a su talento a través de la red, poniéndolo al servicio de sus clientes. Axel, un estudiante de Niza, es uno de estos ‘asistentes de citas’ que se dedica a encontrar y cautivar a mujeres potencialmente atractivas para sus clientes, según las directrices que éstos le hayan indicado.

Axel y los demás ciber-seductores a sueldo se dedican, básicamente, a filtrar las candidatas que haya en la red y allanar el terreno ahorrándoles a sus clientes el tedioso trabajo de pasar horas y horas chateando con alguien para comprobar que no es la persona adecuada. Los clientes de Axel, que depositan en él toda su confianza, llegan a mesa puesta: entran en juego sólo cuando su ‘agente’ ha hecho todo el trabajo de seducción previo y la mujer está totalmente predispuesta a enamorarse.

Vicente Fabre es el creador de la web para la que trabaja Axel, Netdataassistant, y asegura que el de asistente de citas es “un trabajo de ensueño”. Exclusivo para hombres, al parecer, pues en esta página sólo trabajan varones y sólo ‘seducen’ a mujeres. Su nicho de mercado, por supuesto, está acotado sólo a los hombres.

¿Si puedo pagarlo por qué lo voy a hacer yo?

Uno de ellos es Julian, de 38 años, un ejecutivo que rara vez llega a casa antes de las ocho de la tarde y que no quiere pasarse la noche pegado al ordenador buceando en la red en busca de una mujer que le guste. "Prefiero ir a tomar una copa con los amigos o visitar mi hija de diez años", asegura Julien al rotativo The Sunday Times. "No tengo mucho tiempo para buscar citas por Internet, pero sí tengo los medios para pagar a alguien que lo haga por mí. ¿Por qué no?".

De esta forma, Julian informa a Axel, su agente, sobre sus criterios y preferencias en las mujeres (edad, aspecto, religión…) y delega en él todo lo referente al cortejo. El trabajo del asistente de citas consiste en conseguir que su cliente destaque por encima de los demás, tomando su personalidad y poniendo en marcha sus dotes seductoras. Si le sale bien, le último paso es concertar una cita entre la mujer elegida y su cliente. A partir de ahí, el trabajo deberán hacerlo ellos.

Pero, ¿qué ocurre si Axel da con una homóloga suya y resulta que están flirteando dos ‘profesionales’? “Es muy improbable, la mayoría de los asistentes de citas son hombres y sus clientes también”, argumenta Axel.

Tampoco teme que le ocurra como al célebre Cyrano de Bergerac, aquel seductor que terminó enamorándose de la mujer a la que tenía que seducir para su amigo. “Soy un profesional y siempre voy a poner al cliente por delante”, afirma convencido. 

¿Por qué un ocupado ejecutivo iba a sacrificar sus escasas horas libres delante del ordenador, buscando pareja, si alguien puede hacerlo por él? Basta con pagar una generosa cifra y dar un par de pistas sobre lo que se pretende encontrar a un agente especializado, un profesional del ciberligoteo, un ‘cyrano de internet’.