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Las novatadas no son tan malas
  1. Alma, Corazón, Vida
FORMAN PARTE DE UN RITO DE INICIACIÓN QUE ANUNCIA UN CAMBIO VITAL

Las novatadas no son tan malas

Las novatadas son ritos de iniciación y conforman un modo más o menos benévolo y divertido, aun cuando tengan una parte de sacrificio, de dejar atrás

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Las novatadas no son tan malas

Las novatadas son ritos de iniciación y conforman un modo más o menos benévolo y divertido, aun cuando tengan una parte de sacrificio, de dejar atrás una etapa e iniciar otra. Es cierto, no obstante, que se nos hacen un tanto extrañas en una sociedad como la nuestra. En un sentido, las vemos raras porque tenemos pocos ritos: salvo los que provienen de la religión (bautismo, comunión, etc.) o los que utilizan perversamente los grupos radicales (ñetas, latin kings), apenas se hace hoy uso de ellos.

En segunda instancia, porque las novatadas se han hecho muy agresivas. Hace dos o tres décadas, la actitud era muy diferente. La gente hacía el ridículo pero era todo más controlado. No había agresiones físicas y existía mucho mayor control por parte del grupo de referencia, que no permitía que los miembros más hooligans se extralimitasen. Hoy se les ocurre rociar con detergente a los chicos, lo que entonces era algo impensable.

Aunque no es posible asegurar en qué momento las cosas cambiaron, dónde está el punto de corte, sí podemos hablar de que hoy son muy distintas. Las novatadas del pasado eran más sanas (como vestir a un chico de manera ridícula y llevarle por la calle Princesa o meter gente en una cabina de teléfonos para ver si se lograba batir el récord de la universidad) y si alguien no quería pasar por ellas no estaba obligado. Hoy tienen una cara bastante más cruel.

El cambio, no obstante, no se ha dado sólo en los jóvenes, sino que refleja las transformaciones paradójicas que ha vivido nuestra sociedad. Por un lado, permitimos mayores niveles de agresividad cotidiana pero, al mismo tiempo, nos asustamos más de ella. En los colegios existía el castigo físico, que era visto como algo normal, por lo que nadie lo percibía como algo conflictivo. El profesor te daba un golpe y te aguantabas. Hoy lo vemos como algo humillante (por suerte, todo lo que tiene que ver con la agresión se encaja de otro modo) y por eso, cuando hay excesos se hacen públicos más rápidamente. Con las novatadas ha ocurrido lo mismo: como todo el mundo las ve mal, cuando aparece algún caso brutal, enseguida se publica en los diarios, algo que antes no ocurría, porque no se entendía como una disfunción.

En cuanto a los problemas que causa, hay que hablar más del sujeto que de la novatada en sí, porque los efectos no son iguales para todo el mundo. De la misma manera que alguien puede sufrir un accidente de tráfico y no tener ninguna secuela psicológica y otra persona tener estrés postraumático, con las novatadas, las consecuencias serán también dispares. Así, cuando nos encontramos a personas más emocionales, pueden aparecer situaciones de miedo, temor y ansiedad.

Sin embargo, no deberíamos confundir los problemas psicológicos que causan las novatadas con los del acoso. En el primer caso provienen de hechos puntuales, mientras que el segundo están causados por un grupo de chulitos la toman con alguien porque les parece más débil. Le persiguen, le hacen más novatadas y le humillan con frecuencia, lo que va a causar depresión y miedo generalizado. Pero esa patología es diferente, porque su causa es también otra.

En todo caso, debemos entender que las novatadas no son intrínsecamente malas, ya que forman parte de esos ritos que se producen cuando la gente va a dar un cambio en su vida (inicia una nueva etapa, se hace mayor, etc.). Cuando son humillantes la gente las rechaza, y es normal, pero no son negativas en sí mismas.

*Enrique García Huete es psicólogo

Las novatadas son ritos de iniciación y conforman un modo más o menos benévolo y divertido, aun cuando tengan una parte de sacrificio, de dejar atrás una etapa e iniciar otra. Es cierto, no obstante, que se nos hacen un tanto extrañas en una sociedad como la nuestra. En un sentido, las vemos raras porque tenemos pocos ritos: salvo los que provienen de la religión (bautismo, comunión, etc.) o los que utilizan perversamente los grupos radicales (ñetas, latin kings), apenas se hace hoy uso de ellos.