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¿Quién tiene la clave del éxito?
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¿Quién tiene la clave del éxito?

Esta semana me entrevisté con un cliente que lleva algunos años de mala racha. Es un hombre inteligente, ambicioso y trabajador. Atractivo y bien educado, tuvo

Esta semana me entrevisté con un cliente que lleva algunos años de mala racha. Es un hombre inteligente, ambicioso y trabajador. Atractivo y bien educado, tuvo cierto éxito profesional y mereció el reconocimiento de muchos en sus andares empresariales. Debería haber llegado a lo más alto, pero no fue así. Mi cliente no deja de preguntarse qué hizo mal, y porqué a otros les sale todo tan bien.

¿Qué es lo que hace que unos lleguen al estrellato y otros se estrellen por el camino? ¿Es suerte? ¿Es destino? ¿O es valía personal? Tanto ensalzamos a aquellos que sí consiguen el éxito, que les atribuimos todas las mejores cualidades personales como si fuesen perfectos, y sin embargo yo he conocido a más de un súper-estrella empresarial de lo más inconsciente.

Empecemos por admitir que nuestra intención y nuestro pensamiento racional controlan una pequeñísima parte de nuestro comportamiento. La parte inconsciente de nuestra mente domina nuestros pensamientos, controla qué parte del entorno vemos y cómo la almacenamos en nuestra mente. Los avances neuro-científicos nos dan cada vez más pruebas del papel del inconsciente en el aprendizaje y la memoria.

La psicología nos ha ayudado a comprender que llegamos a adultos con respuestas programadas que nos perjudican. Los patrones que copiamos de nuestros padres y las defensas que desarrollamos para enfrentar carencias en la infancia nos hacen sobrevivir hasta la edad adulta, pero luego nos limitan: La química que nos lleva a elegir parejas, socios y amigos tiene poco que ver con nuestras intenciones u opiniones racionales y mucho que ver con emociones confundidas que a menudo nos llevan al fracaso.

Nuestra pertenencia a una manada mamífera por definición también condiciona nuestras decisiones a niveles que no imaginamos. Las ‘lealtades invisibles’ que sentimos hacia nuestra familia original, sus integrantes y sus injusticias pasadas nos incitan a elegir caminos que no siempre nos benefician. Hace ya décadas que Bert Hellinger viene mostrando estas implicaciones a través de las constelaciones familiares y organizacionales.

Mi cliente ha estado movilizado por toda una serie de palancas inconscientes que lo han llevado a tomar decisiones más o menos acertadas. Por muy ambicioso que fuese, por mucho que estudiase y muchísimo que trabajase, estaba condenado a cometer un número de errores. Su legado familiar y su desarrollo infantil lo han presionado hacia situaciones que poco tenían que ver con lo que él buscaba. Y esto mismo nos ocurre a todos los demás.

Finalmente está el entorno y lo que nos ofrece. El aleteo de mariposa en un lado del mundo que provoca vientos huracanados en el otro lado. Las turbulencias de los mercados, las modas empujadas por redes sociales, los desastres naturales y las crisis de liquidez. Todo lo que ocurre a nuestro alrededor que impacta dramáticamente nuestras vidas para bien o para mal. Es esa enorme fragilidad que vivimos todos los días sin prestarle atención para que no nos paralice el miedo. Hoy podríamos morir o ganar la lotería.

Realmente es muchísimo mayor lo que no controlamos que lo que sí podemos elegir en nuestro desarrollo profesional. Y los reyes del éxito empresarial también son producto de estas mismas corrientes de influencia. Como marionetas absortas por su propio baile no nos damos cuenta de que alguien o algo nos mueve por detrás, permitiendo que nuestro talento luzca y sea premiado, o escondiéndolo en la sombra.

¿Y cómo describimos a ese alguien o algo que nos mueve? Eso depende de lo que cada uno quiera creer. Unos lo llaman suerte aleatoria, otros lo interpretan como intervención divina o lo achacan a un destino prefijado y elegido antes de nacer. Es una de las eternas preguntas de la humanidad que no conseguimos resolver en vida y que vamos pasándonos de generación en generación.

Hoy sabemos mucho más sobre el hombre y el mundo que hace un siglo o hace un milenio. La clave del éxito sigue resistiendo a nuestros intentos de posesión.

*Pino Bethencourt es asesora de alta dirección y profesora del IE Business School. Socia de IWF.

Esta semana me entrevisté con un cliente que lleva algunos años de mala racha. Es un hombre inteligente, ambicioso y trabajador. Atractivo y bien educado, tuvo cierto éxito profesional y mereció el reconocimiento de muchos en sus andares empresariales. Debería haber llegado a lo más alto, pero no fue así. Mi cliente no deja de preguntarse qué hizo mal, y porqué a otros les sale todo tan bien.