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La incertidumbre: ¿sabes gestionarla?
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La incertidumbre: ¿sabes gestionarla?

Esta vuelta al cole va a estar llena de incertidumbre por donde miremos, lo que elevará los termómetros de ansiedad en los medios, las empresas y

Esta vuelta al cole va a estar llena de incertidumbre por donde miremos, lo que elevará los termómetros de ansiedad en los medios, las empresas y los directivos o empresarios individuales. Gestionar la incertidumbre se convierte así en un reto menos rimbombante, porque se limita a gestionar la propia ansiedad.

El problema con la ansiedad es que es muy incómoda y la gran mayoría de nosotros hace todo y cualquier cosa por esconderla bajo la alfombra del inconsciente mental. Es una reacción instintiva que hemos afianzado gracias al ‘saber popular’ que en realidad es bastante ignorante de lo emocional. Tragarse una pildorita, o dos si la primera ya no funciona, es un remedio que casi todos llegaremos a usar alguna vez. Los ansiolíticos son un negocio en auge.

Pero no es el único escondite que tenemos para la ansiedad: unos se entregan al trabajo desmesurado, otros a la búsqueda del sexo en cantidades, otros se obsesionan con su cuerpo y otros comen o beben o fuman ciegamente sin poder parar. El caso es escaparse de esa incómoda sensación que retuerce las tripas y se chupa nuestras ganas de vivir. Así generamos tanta basura en el mundo, consumiendo cosas que no necesitamos para acallar las ansiedades incontroladas de nuestra sociedad.

Muchos empresarios y directivos niegan tajantemente sentir ningún tipo de ansiedad. Presumen de dormir fenomenal y hablan como si la ansiedad no fuera con ellos. Y es que la parte inconsciente de su mente se encarga de canalizar cualquier atisbo de ansiedad hacia sus manías preferidas sin que ellos registren lo que ha ocurrido. De repente tienen más hambre, o se pelean más con su equipo, o cuentan calorías mientras corren como locos en la cinta del gimnasio.

Es decir, que nuestros directivos no gestionan la incertidumbre porque no saben gestionar su propia ansiedad. En realidad es su ansiedad quien los gestiona a ellos. Más cuanta menos atención se le preste y más se recurra a los escondites mágicos. Y las mentes educadas con MBA son expertas en inventarse nuevos problemas ficticios para ocupar toda su energía ansiosa en imaginar una solución inexistente a un problema improbable.

Pero esta vuelta al cole nos exige invertir el mecanismo. Lo que nos permite funcionar en niveles de incertidumbre menos agobiantes no nos sirve para la rueda de emociones económicas y políticas que nos espera este otoño. Y el único modo de aprender a gestionar nuestra propia ansiedad es dejar de escapar de ella.

Empieza por hacer una lista de todos los escondites que usas para evitar los nervios y el estrés. Los que disfrutas y los que te generan nuevos problemas innecesarios. Cualquier hábito que consideres adictivo y que no hayas conseguido cambiar es probablemente un vehículo ansioso.

El siguiente paso es prestar atención a lo que te pasa en cada momento del día, y como no sabes identificar los mensajes de tu ansiedad, te será más fácil detectar todos los momentos en los que te escapas a uno de tus escondites. Estas son las reacciones claves que ahora ocurren de modo automático y que debes aprender a interrumpir. Empieza por registrar esos momentos en algún diario y a analizar los procesos mentales que te guiaron.

El tercer paso consiste en conectar con la ansiedad cuando empieces a sentirla. En lugar de ocultarla, empieza a escucharla y entender qué mensajes emocionales se esconden detrás. La ansiedad es a menudo una emoción comodín que anuncia la llegada de otra emoción desagradable. Y si te atreves a expresar la rabia o el miedo que aparezca notarás que el cuerpo se relaja y la ansiedad pasa.

Este tercer paso es en realidad todo un viaje de aprendizaje sobre ti mismo y todas las emociones acumuladas que no has dejado salir hasta ahora. Y como las emociones no se expresan en letras ni pensamientos lógicos, probablemente te venga bien recurrir a un guía profesional que te ayude a descifrar poco a poco los enigmas de tu propia mente inconsciente y sus emociones.

Ya sé que muchos lectores preferirían una estrategia elegante llena de palabrejos sofisticados que les garantizase calma total frente a las adversidades de sus negocios. Pero no sería más que humo rimbombante. Las respuestas a los grandes interrogantes de la vida suelen ser mucho más simples.

Esta vuelta al cole va a estar llena de incertidumbre por donde miremos, lo que elevará los termómetros de ansiedad en los medios, las empresas y los directivos o empresarios individuales. Gestionar la incertidumbre se convierte así en un reto menos rimbombante, porque se limita a gestionar la propia ansiedad.