Una 'gurú' de la anorexia anima a "no comer" desde Twitter

Arengar, literalmente, a los adolescentes desde Twitter para que no coman, para que vomiten, para que se hagan fuertes en su trastorno alimentario. Eso es lo que hacen algunos perfiles que, escondiéndose tras el anonimato que brindan las redes sociales, utilizan sus tuits para, cada día, soltar breves perlitas que ayuden a sus seguidores a conseguir sus particulares metas.

Ayer, precisamente, uno de ellos saltó de ser un perfil relativamente desconocido para el público ajeno a la anorexia y a la bulimia, a estar en boca de muchos tuiteros. Alguien dio la voz de alarma sobre este perfil en concreto, que cada día anima a sus más de 1.000 seguidores (cifra nada despreciable) a “no comer” y comenzó una cibercampaña de acoso y derribo. La autora, ante la avalancha de críticas, decidió proteger su cuenta, pero El Confidencial ya había tenido tiempo de registrar muchos de sus mensajes previamente.

En concreto, esta chica que utiliza para su alias los nombres que los propios enfermos dan a los trastornos alimentarios (Ana, para la anorexia, y Mia, para la bulimia), asegura ser en su descripción una “gurú de la moda y la anorexia” que está “viviendo del agua, aire y algunos besos”.

Para animar a sus “princesas” (así suelen autodenominarse las adolescentes que sufren alguna de estas enfermedades) esta gurú les escribe cada día algunos consejos en forma de tuit , tales como “sabes que eres una princesa, cuando te preocupas por cada bocado que entrará a tu cuerpo”, “no corras al baño después de comer, puedes ayudar a recoger la mesa y en una distracción ir al baño” o “recuerda limpiar el baño para evitar sospechas en casa”.

"Me encanta tener diarrea"

Bajo su sugerente foto de perfil, en la que aparece una chica ‘vomitando’ flores y mariposas, también se vierten opiniones y sensaciones muy personales y realmente inquietantes. “Suena asquerosito pero… me encanta tener diarrea” o “gracias al cielo que existen los laxantes” son algunas de las sensaciones con que sus fieles pueden deleitarse. Hay incluso hueco para las consideraciones morales desde este peculiar perfil que considera que, al igual que las cajetillas de tabaco tienen imágenes disuasorias, también deberían imprimirse fotos de “gordos” en las cajas de galletas o en las bolsas de patatas.

Pero, incluso, este adalid de los trastornos alimentarios que pide para desayunar “dos platos de felicidad y un vaso de agua” se permite preguntarse si no será “doble moral” el hecho de que “la perfección esté en la televisión, en las revistas, en la calle...” pretendiendo, a su juicio, “impactar sin enfermar a las niñas”.

Para ella, que no encuentra sentido a la vida si no se es feliz, y para serlo cree que “debe estar delgada”, alegría “es pasar enfrente de la persona que te gusta y que nunca se volvió a verte, y que gracias a #AnayMia ahora te pregunte tu nombre”. “Cada mañana lo primero que hago es subir a la báscula: de eso depende mi ánimo todo el día”, asegura, poco antes de preguntar a todos sus seguidores “¿cuántos kilos esperan perder esta semana?”.

Aunque éste fue el perfil concreto que ayer saltó tristemente a la fama, no es el único que usa las redes sociales para dar promoción a enfermedades como las alimentarias. La movilización de ayer animaba a denunciar este y otros usuarios que, con su actitud, engañan a jóvenes desorientados y les animan a descuidar su salud, quizá sin darse cuenta del peligro que eso implica.

En España, la anorexia y la bulimia afectan a más de dos millones de personas (tanto hombres como mujeres), y tienen una tasa de mortalidad de entre el 8 y el 10%, es decir, más que cualquier otro trastorno mental. En los últimos años, afortunadamente, la sociedad está más concienciada hasta el punto de que en 2007, por ejemplo, la Pasarela Cibeles rechazó a un 30% de las modelos que había desfilado con anterioridad por no ajustarse a los parámetros que los nutricionistas marcan como imagen saludable: un 18% de masa corporal (unos 56 kilos para una estatura de 1,75m.).