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Las terapias biológicas o la ‘vuelta a la vida’ de los pacientes con artritis reumatoide
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LOS PACIENTES LE PONEN UN 8 DE NOTA A ESTE TRATAMIENTO

Las terapias biológicas o la ‘vuelta a la vida’ de los pacientes con artritis reumatoide

Hace ya doce años que se aplicó la primera terapia biológica a un paciente con artritis reumatoide pero su implantación a estas alturas sólo alcanza a

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Las terapias biológicas o la ‘vuelta a la vida’ de los pacientes con artritis reumatoide

Hace ya doce años que se aplicó la primera terapia biológica a un paciente con artritis reumatoide pero su implantación a estas alturas sólo alcanza a entre un 18% y un 20% de la población que sufre esta enfermedad autoinmune. Son cerca de 250.000 los españoles que padecen los dolores y molestias derivadas de este desarreglo del sistema inmunitario y que provoca la inflamación de las membranas que rodean las articulaciones.

Los males derivados de este padecimiento van mucho más allá del dolor (agudo en los casos más graves) y de las malformidades en manos y otras articulaciones, y alcanza a provocar que los afectados no puedan desarrollar una vida normal ya que la más mínima actividad cotidiana (como vestirse o asearse) es un auténtico reto para ellos. Además, la artritis reumatoide puede llegar a afectar a otros órganos como los ojos o los pulmones.

Pero poco a poco la investigación médica va avanzando y consiguiendo mejoras, como la de las terapias biológicas. Estos tratamientos se centran en actuar sobre determinadas “dianas nocivas” del organismo del enfermo como puede ser un linfocito o un leucocito para minimizar los efectos de la artritis. “Cada paciente es diferente y por eso en cada uno se utiliza una u otra terapia”, explica Antonio Torralba, presidente de la Coordinadora Nacional de Artritis (ConArtritis). Y, gracias a la investigación genética, “no está muy lejos que realicemos terapias a la carta”, añade.

Las ventajas de este tipo de terapias (frente a los fármacos utilizados tradicionalmente en estos pacientes) han sido evaluadas por ConArtritis con resultados realmente buenos. Según el estudio, los pacientes valoran con una nota de 8 sobre 10 el resultado de la terapia biológica y se congratulan de que ésta les permita “volver a la vida”. Esto quiere decir que gracias a este tratamiento los afectados se encuentran suficientemente bien como para, por ejemplo, poder conducir o realizar planes a medio plazo. “Ahora puedo planificar, por ejemplo, unas vacaciones, pero antes no sabía cómo me iba a encontrar así que no podía”, declara un paciente.

Efectivamente, los resultados del ‘Estudio de satisfacción con las terapias biológicas’, demuestra que la terapia biológica supera con nota a otras en todos los grados de satisfacción, tales como eliminación de la inflamación y el dolor (8.0 de la terapia biológica frente a 3.8 de las anteriores); detención del progreso de la enfermedad (7.7 frente a 2.8), disminución de la fatiga (7.3 frente a 3.4) y ayuda a evitar la deformidad de las articulaciones (7.1 ante 3.1).

Pero, además de continuar con la investigación en técnicas como las terapias biológicas que mejoren la calidad de vida de los pacientes, los expertos insisten en la necesidad de diagnosticar pronto la enfermedad para poder frenar a tiempo los síntomas. “Es lo que llamamos ventana de oportunidad terapéutica, si somos capaces de detectar temprano la enfermedad, podremos frenarla”, explica Miguel Ángel Caracuel, vicepresidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER). En su opinión, las terapias biológicas han supuesto “una auténtica revolución” para el tratamiento de la artritis reumática.

Torralba apoya esa idea: “la visión que había hace diez años de la enfermedad no tiene nada que ver con la que tenemos hoy en día”, asegura. Él mismo sufre de una artritis reumática que le ha provocado un 47% de discapacidad y está convencido de que “si hubiera tenido la suerte de llegar a tiempo a estas terapias ahora viviría mucho mejor”.

Hace ya doce años que se aplicó la primera terapia biológica a un paciente con artritis reumatoide pero su implantación a estas alturas sólo alcanza a entre un 18% y un 20% de la población que sufre esta enfermedad autoinmune. Son cerca de 250.000 los españoles que padecen los dolores y molestias derivadas de este desarreglo del sistema inmunitario y que provoca la inflamación de las membranas que rodean las articulaciones.