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Abre la primera discoteca que permite fumar sin incumplir la Ley Antitabaco
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OTROS HOSTELEROS SE INTERESAN POR LA INICIATIVA

Abre la primera discoteca que permite fumar sin incumplir la Ley Antitabaco

Hecha la ley, hecha la trampa. Según la Ley Antitabaco, no se puede fumar en ningún lugar público cerrado excepto en los “clubes de fumadores privados”.

Foto: Abre la primera discoteca que permite fumar sin incumplir la Ley Antitabaco
Abre la primera discoteca que permite fumar sin incumplir la Ley Antitabaco

Hecha la ley, hecha la trampa. Según la Ley Antitabaco, no se puede fumar en ningún lugar público cerrado excepto en los “clubes de fumadores privados”. Basado en esta premisa, Antonio Ortega, propietario de la sala de fiestas El Drago, en el municipio grancanario de Telde, ha buscado una nueva vía jurídica para adaptarse. ¿La solución? Dividir su local en dos: una sala de fiesta y un club de fumadores. De esta forma, los no fumadores no ingieren el humo de los que lo inhalan, y los amantes de los cigarrillos pueden fumar.  

 

Con esta iniciativa, propuesta por Antonio Vélez, presidente de la Federación de Empresarios Canarios del Ocio, Ortega ha encontrado la manera de que sus clientes puedan fumar allí, sin salir a la calle y sin vulnerar la ley. “Consideramos esta medida más equitativa, ya que el cliente elige entre asociarse al club segregado o no, cosa que ahora no ocurre”. La ‘reconversión’ del local es muy sencilla: el propietario se hizo socio del Club Ocio con Humo de la Federación de Empresarios Canarios del Ocio, y convirtió una parte de su local en sede de la asociación.

El pasado viernes se inauguró la nueva sala de fiestas “segregada”, donde fumadores y no fumadores conviven, pero sin mezclarse. Así, mientras que las bebidas se compran en la parte lúdica-festiva (“los clubes de fumadores prohíben vender bebidas alcohólicas”), el socio del club puede entrar, con su copa en la mano, a fumar su cigarrillo a la parte del local sede de la asociación.

La condición de asociado se adquirirá, a solicitud del interesado, con un escrito dirigido a la junta directiva manifestando su voluntad de adherirse al club de fumadores. Uno de los requisitos para acceder al club es que sólo pueden entrar socios. “Este fin de semana hemos inscrito a más de cien personas”. Fecao considera que ya hay “bastantes discotecas, casinos y bingos que están acometiendo las mismas obras para dar la oportunidad a sus clientes de que elijan”. Incluso, la noticia ya ha saltado a la península, y más de un empresario que trabaja en la hostelería ha llamado interesándose por la manera de “saltarse” la ley sin vulnerarla.

Dos espacios ventilados y señalizados independientemente

Las obras y la apertura ha tenido el visto bueno del Ayuntamiento, y los informes técnicos confirman que existen salidas de aire diferentes, por lo que el local está perfectamente adaptado a las directrices marcadas por la Ley Antitabaco y su dueño no tiene ningún miedo a las amenazas de la Ley. “Que venga una inspección. Aquí estoy, no estoy incumpliendo la ley”. Está tan tranquilo porque se ha cumplido con la normativa: el establecimiento de ocio ha segregado el local adjunto de la actividad principal, considerando sede social cada establecimiento adherido, habitáculo o espacio. “Los dos espacios están debidamente ventilados y señalizados. En el club solo pueden entrar sus socios del club”. Ni siquiera está permitida la entrada de los trabajadores de la sala de fiestas al habitáculo de los fumadores.

Asimismo, Ortega asegura que la aceptación del público ha sido “espectacular”, ya que se satisface tanto a fumadores como no fumadores. “Los que no fuman se quejaban de que se tragaban el humo de los fumadores. En este caso, el aire sigue estando limpio en la discoteca. Para fumar, obligatoriamente se tiene que pasar al club”. Ortega asegura que "hasta en la calle se ha notado que había menos ruido".

Hecha la ley, hecha la trampa. Según la Ley Antitabaco, no se puede fumar en ningún lugar público cerrado excepto en los “clubes de fumadores privados”. Basado en esta premisa, Antonio Ortega, propietario de la sala de fiestas El Drago, en el municipio grancanario de Telde, ha buscado una nueva vía jurídica para adaptarse. ¿La solución? Dividir su local en dos: una sala de fiesta y un club de fumadores. De esta forma, los no fumadores no ingieren el humo de los que lo inhalan, y los amantes de los cigarrillos pueden fumar.  

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