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Eduardo Punset: “Ni político ni económico: el poder de la mente es el único que existe”
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Eduardo Punset: “Ni político ni económico: el poder de la mente es el único que existe”

Ha escrito una trilogía que engloba las tres claves que, a su entender, mueven el mundo. El primer libro sostiene que la felicidad es simplemente ausencia

Foto: Eduardo Punset: “Ni político ni económico: el poder de la mente es el único que existe”
Eduardo Punset: “Ni político ni económico: el poder de la mente es el único que existe”

Ha escrito una trilogía que engloba las tres claves que, a su entender, mueven el mundo. El primer libro sostiene que la felicidad es simplemente ausencia de miedo. El segundo insinúa que el amor es puro instinto de supervivencia. Eduardo Punset (Barcelona, 1936) ha intentado cerrar este ciclo ahondando en los entresijos de la mente. Él simplemente se dedicó a hurgar en el corazón de la gente para analizar lo que les pasaba por dentro. “Entonces constaté que el verdadero y único poder residía en la mente”. Ni político ni económico. La mente es la que mueve el mundo. En este viaje a lo más profundo del ser humano, Punset indaga sobre el domicilio de los seres humanos en el universo y cómo se aprende a desaprender. “Cuando hablo de la necesidad de desaprender, hablo de que hay que renunciar a los prejuicios y dogmatismos que nos impiden avanzar”. Que nadie se fíe de la memoria: es tremendamente imprecisa. “Olvidar es una necesidad evolutiva. No podemos almacenarlo todo”. Un simple olvido de fechas fortalece la memoria de emociones o acontecimientos que deberían durar siempre. Por eso olvidar puede ser sano. El ex ministro, abogado, economista, profesor universitario, y desde hace 14 años divulgador científico no sale de su asombro cuando se pregunta cómo han podido millones de personas vivir, enamorarse, querer, trabajar como locos, cuidar de sus hijos… sin saber de verdad qué les pasaba por dentro, cómo funciona su mente. Otro descubrimiento reciente alerta de que no todos los sistemas irracionales de la mente son inválidos. “Hay más posibilidades de acertar a tomar decisiones si te dejas guiar por la intuición que por la razón”, añade. Y en épocas de crisis, más. Punset invita al riesgo, a ser osados, a cambiar de opinión. "Si hasta la estructura de la materia es capaz de cambiar de líquido a sólido y de sólido a gaseoso, ¿cómo no van a poder los seres humanos cambiar de opinión?”. Quien se quede quieto, que se dé por muerto. No tenga miedo: el cerebro está lo suficientemente capacitado como para poder cambiar de opinión. “La opinión que tú tienes no es el resultado de ver, sino de mirar las cosas de una determinada manera”. ¿Por qué es tan difícil cambiar de opinión? “Por la conciencia social, porque tiene un poder normativo considerable”. La sociedad en sí misma hace creer al ser humano cuáles son las reglas que hay que seguir. “El precio de la libertad es una buena causa de infelicidad. Sigo sin entender por qué la gente tiende a repetir lo mismo que le hace infeliz”. Habla del ser humano como un animalejo que ha vivido sin consciencia y da gracias por poder ser testigo por primera vez en la historia de la Humanidad de conocer “algo” de la intimidad de la mente. No mucho, pero algo es algo. Todavía no hay explicación que justifique por qué se pierde la memoria, por ejemplo. “Todos estos adelantos los hemos descubierto desde que la esperanza de vida se ha triplicado”. Es uno de los primeros grandes cambios que se están descubriendo y “que supondrá una de las grandes revoluciones durante los próximos años”. Fíese de su intuición Por eso el pensamiento inconsciente tiene tanto o más que decir que el consciente. Hagan caso a la intuición. Suele no fallar. “La intuición es una fuente de conocimiento tan válida como la razón, y hacerle caso nos puede ayudar a tomar muchas decisiones”. Punset ejemplifica el caso con expertos en bolsa y ciudadanos que invierten en ella. “Los propios analistas saben que no aciertan más previsiones que una persona de la calle. Es tan difícil saber a ciencia cierta qué valor va a subir, que cualquiera lo puede predecir”. De ahí el pensador razona por qué hay hombres que no son inteligentes porque son inflexibles, y por qué hay simios inteligentes: “Porque arriesgan”. A puertas de cumplir 74 años, Eduardo Punset se muestra tremendamente optimista ante la vida. “Si antes la esperanza de vida no superaba los 40 años, yo ya tengo 40 años de vida redundante en términos biológicos. ¡No sabía qué hacer con estos 40 años! Por eso empecé a pensar en cosas importantes”. Importante fue también el cáncer de pulmón que le atacó mientras empezó a escribir el libro. “La enfermedad fue la que me devolvió a la manada. Y encima le tengo que dar las gracias por hacerme descubrir la solidaridad que genera una situación así entre quienes la padecen, enfermos y familiares”.

Ha escrito una trilogía que engloba las tres claves que, a su entender, mueven el mundo. El primer libro sostiene que la felicidad es simplemente ausencia de miedo. El segundo insinúa que el amor es puro instinto de supervivencia. Eduardo Punset (Barcelona, 1936) ha intentado cerrar este ciclo ahondando en los entresijos de la mente. Él simplemente se dedicó a hurgar en el corazón de la gente para analizar lo que les pasaba por dentro. “Entonces constaté que el verdadero y único poder residía en la mente”. Ni político ni económico. La mente es la que mueve el mundo. En este viaje a lo más profundo del ser humano, Punset indaga sobre el domicilio de los seres humanos en el universo y cómo se aprende a desaprender. “Cuando hablo de la necesidad de desaprender, hablo de que hay que renunciar a los prejuicios y dogmatismos que nos impiden avanzar”. Que nadie se fíe de la memoria: es tremendamente imprecisa. “Olvidar es una necesidad evolutiva. No podemos almacenarlo todo”. Un simple olvido de fechas fortalece la memoria de emociones o acontecimientos que deberían durar siempre. Por eso olvidar puede ser sano. El ex ministro, abogado, economista, profesor universitario, y desde hace 14 años divulgador científico no sale de su asombro cuando se pregunta cómo han podido millones de personas vivir, enamorarse, querer, trabajar como locos, cuidar de sus hijos… sin saber de verdad qué les pasaba por dentro, cómo funciona su mente. Otro descubrimiento reciente alerta de que no todos los sistemas irracionales de la mente son inválidos. “Hay más posibilidades de acertar a tomar decisiones si te dejas guiar por la intuición que por la razón”, añade. Y en épocas de crisis, más. Punset invita al riesgo, a ser osados, a cambiar de opinión. "Si hasta la estructura de la materia es capaz de cambiar de líquido a sólido y de sólido a gaseoso, ¿cómo no van a poder los seres humanos cambiar de opinión?”. Quien se quede quieto, que se dé por muerto. No tenga miedo: el cerebro está lo suficientemente capacitado como para poder cambiar de opinión. “La opinión que tú tienes no es el resultado de ver, sino de mirar las cosas de una determinada manera”. ¿Por qué es tan difícil cambiar de opinión? “Por la conciencia social, porque tiene un poder normativo considerable”. La sociedad en sí misma hace creer al ser humano cuáles son las reglas que hay que seguir. “El precio de la libertad es una buena causa de infelicidad. Sigo sin entender por qué la gente tiende a repetir lo mismo que le hace infeliz”. Habla del ser humano como un animalejo que ha vivido sin consciencia y da gracias por poder ser testigo por primera vez en la historia de la Humanidad de conocer “algo” de la intimidad de la mente. No mucho, pero algo es algo. Todavía no hay explicación que justifique por qué se pierde la memoria, por ejemplo. “Todos estos adelantos los hemos descubierto desde que la esperanza de vida se ha triplicado”. Es uno de los primeros grandes cambios que se están descubriendo y “que supondrá una de las grandes revoluciones durante los próximos años”. Fíese de su intuición Por eso el pensamiento inconsciente tiene tanto o más que decir que el consciente. Hagan caso a la intuición. Suele no fallar. “La intuición es una fuente de conocimiento tan válida como la razón, y hacerle caso nos puede ayudar a tomar muchas decisiones”. Punset ejemplifica el caso con expertos en bolsa y ciudadanos que invierten en ella. “Los propios analistas saben que no aciertan más previsiones que una persona de la calle. Es tan difícil saber a ciencia cierta qué valor va a subir, que cualquiera lo puede predecir”. De ahí el pensador razona por qué hay hombres que no son inteligentes porque son inflexibles, y por qué hay simios inteligentes: “Porque arriesgan”. A puertas de cumplir 74 años, Eduardo Punset se muestra tremendamente optimista ante la vida. “Si antes la esperanza de vida no superaba los 40 años, yo ya tengo 40 años de vida redundante en términos biológicos. ¡No sabía qué hacer con estos 40 años! Por eso empecé a pensar en cosas importantes”. Importante fue también el cáncer de pulmón que le atacó mientras empezó a escribir el libro. “La enfermedad fue la que me devolvió a la manada. Y encima le tengo que dar las gracias por hacerme descubrir la solidaridad que genera una situación así entre quienes la padecen, enfermos y familiares”.