Es noticia
Se busca médico que diagnostique la enfermedad de Fátima
  1. Alma, Corazón, Vida

Se busca médico que diagnostique la enfermedad de Fátima

Fátima solo puede sonreír. Es la sonrisa que mantiene en pie, sin desfallecer, a Paco e Isabel, sus padres. Algunas veces Fátima siente dolor. Otras simplemente

Foto: Se busca médico que diagnostique la enfermedad de Fátima
Se busca médico que diagnostique la enfermedad de Fátima

Fátima solo puede sonreír. Es la sonrisa que mantiene en pie, sin desfallecer, a Paco e Isabel, sus padres. Algunas veces Fátima siente dolor. Otras simplemente deja de sentir. Hace dos meses consiguieron reanimarla de una parada cardíaca que amenazó con llevársela para siempre. Lleva siete de sus trece años buscando la medicina que cure la enfermedad maldita que todavía no tiene nombre. De Albacete subieron a Pamplona, pasando por Madrid y Barcelona. Ningún neuropediatra ha conseguido desentrañar por qué un buen día, con 6 años, Fátima empezó a andar de puntillas.

 

Fue la primera señal de alarma que mandó una extraña enfermedad que todavía no tiene nombre. La misma enfermedad que crucificó a Fátima a no seguir desarrollándose como cualquier niña de su edad. "Aprendió a andar, hablaba, iba al colegio, sabía escribir". Hasta ahí. Primero se quedó sin movimiento en las piernas. Después se le agarrotaron las manos. Dejó de hablar. Se ha retorcido de dolor. Han llorado: ella y su familia. De impotencia, de desesperación, de sufrimiento. Sus padres y Francisco, Almudena y Lourdes, sus tres hermanos mayores. "Hay días en los que sus hermanos no van al instituto porque se tienen que quedar con Fátima".

 

Las ayudas llegan a cuentagotas. Hace cinco meses recibieron los primeros 520 euros por su 95% de minusvalía. "Como no saben lo que tiene, no la aceptan en un centro de rehabilitación público". La última resonancia la hicieron en marzo de 2009. Los resultados ni siquiera han llegado. Otras pruebas ni siquiera se las practican "porque son muy caras". Y el 22 de septiembre Fátima tendría que soplar 13 velas. Pero Paco es optimista. "Mi niña está mucho mejor que hace dos meses". El padre entiende por mejoría pesar 24 kilos con casi 13 años. "Su madre la llevó muy malita al hospital de Albacete. Pensábamos que no salía".

 

Fátima solo puede sonreír. Es la sonrisa que mantiene en pie, sin desfallecer, a Paco e Isabel, sus padres. Algunas veces Fátima siente dolor. Otras simplemente deja de sentir. Hace dos meses consiguieron reanimarla de una parada cardíaca que amenazó con llevársela para siempre. Lleva siete de sus trece años buscando la medicina que cure la enfermedad maldita que todavía no tiene nombre. De Albacete subieron a Pamplona, pasando por Madrid y Barcelona. Ningún neuropediatra ha conseguido desentrañar por qué un buen día, con 6 años, Fátima empezó a andar de puntillas.