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La ecografía en 3D, mucho más que la cara de su bebé
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La ecografía en 3D, mucho más que la cara de su bebé

Conocí al ginecólogo Luis Mercé en un curso de formación Misus especializada en Ecografía 3D (escuela de la que es director). Ojeando su curriculum, resumido

Foto: La ecografía en 3D, mucho más que la cara de su bebé
La ecografía en 3D, mucho más que la cara de su bebé

Conocí al ginecólogo Luis Mercé en un curso de formación Misus especializada en Ecografía 3D (escuela de la que es director). Ojeando su curriculum, resumido en tres páginas a Word, te das cuenta de que el tiempo le ha cundido: cosechó premios en su época universitaria, ha ejercido de médico rural, fue fundador de la Unidad de Fecundación In Vitro del Hospital Ruber, además de ser profesor en la Universidad de Navarra, autor y editor de libros, miembro de cinco sociedades científicas nacionales y diez internacionales e investigador de la ecografía en 3D, “hasta ahora la mejor ecografía que se puede hacer en estos momentos en cualquier parte del mundo”.  Todo esto en 51 años, manteniendo a flote su matrimonio y sacando adelante a dos hijas. Y sólo estoy citando algún ejemplo de su polifacética vida profesional.

 

A pesar de toda la información que almacena y procesa, el doctor Mercé habla sin utilizar demasiados términos técnicos. Se muestra reacio a mencionar sus méritos profesionales. Él ha venido a contar las virtudes de la ecografía tridimensional, ésa que lleva en circulación desde 2001 y, desde entonces, se le ha colgado el sambenito de “la ecografía que muestra la carita del futuro bebé”. Y no. No sólo sirve para eso. Es el fin más deseado por todos los futuros padres, cierto, pero es el menos terapéutico de todos los fines. Cuenta el doctor Mercé que al poder hacer cortes de plano horizontal se ven los nódulos de mama que desarrollarán cánceres. “Es un plus para el diagnóstico que hasta ahora se insinuaba imposible”. Demostrado ha quedado también que existe una serie de parámetros de la ecografía 3D que diagnostica precozmente el cáncer de ovario y el de endometrio.

Otro de los éxitos que se le adjudica a esta técnica es la reconstrucción de volúmenes para poder hacer un diagnóstico más eficaz de la estructura, ya que tiene en cuenta altura, anchura y profundidad (con la 2D sólo se podía evaluar altura y anchura). Una vez captados los volúmenes, se puede cortar en láminas para estudiar todo lo que hay dentro. Absolutamente todo. También se pueden grabar imágenes en movimiento en sólo 15 segundos y guardarlas para, detenidamente, poder hacer un diagnóstico más tarde, cuando se tercie o se necesite. La ecografía 2D, la tradicional, la de toda la vida, obliga a descifrar un diagnóstico mientras se efectúa la prueba a la paciente. Las dos mayores ventajas de la ecografía son que es inocua para los seres vivos y que integra las imágenes en tiempo real, mientras ocurren. Permite, por ejemplo, ver y oír el corazón en movimiento. Pero la ecografía convencional, la bidimensional, necesita ser realizada e interpretada por el médico en el acto. Así, el resultado va a depender muy directamente del explorador. Sólo configura y representa imágenes planas en dos dimensiones, sin profundidad.  

Con la 3D, el especialista puede aprovecharse de la globalización que vivimos y preguntar a otros expertos de cualquier parte del mundo sobre cualquier duda que le surja. “Cuando he tenido alguna duda, yo he llegado a contar, en apenas unas horas, con un diagnóstico de un médico estadounidense y otro hindú”. Así se puede cerrar un buen diagnóstico en apenas unas horas. Comparando, preguntando, investigando. No cerrando puertas, sino derribando tabúes y compartiendo información.

También gracias a la 3D se sabe que con muy pocos volúmenes (cabeza, tórax, abdomen, extremidades) se pueden evaluar todos los órganos fetales.

Caído el mito del tamaño del folículo ovárico

 

La misma ecografía revela que si el óvulo está preparado o no para ser fecundado por un espermatozoide. Caído el mito de que el estar más o menos preparado dependía del tamaño del folículo ovárico (2 centímetros), se ha descubierto que folículos (el lugar donde se conservan los óvulos) de tamaño menor pero con una red vascular con más flujo sanguíneo “desarrollan óvulos mejor preparados para ser fecundados”.

Estas ecografías no las subvenciona la sanidad pública y viene a costar entre 150 y 180 euros. Una vez que se generalice el uso de la ecografía en 3 D, primero entre los propios médicos, además de reducirse su coste se normalizará su aprendizaje en las facultades de Medicina.

Gracias a la ecografía tridimensional se puede poner cara al futuro niño, sí. También se deja ver riéndose o, incluso, comiendo líquido amniótico. Toda una experiencia para los futuros papás, que no pueden resistir la tentación de llevarse un DVD grabado a casa con la carita del niño. Y hasta ahí lo que interesa a la especie humana, que no saben ni preguntan cuáles son los verdaderos adelantos que ofrece la ecografía tridimensional.

La ecografía tridimensional también necesita tiempo, pero los estudios realizados hasta el momento desvelan que, para evaluar el feto o el útero y los ovarios de la mujer no embarazada, el tiempo necesario es menor que el necesario con la ecografía convencional. Es más eficiente.

La ecografía del futuro

La ecografía total es la ecografía del futuro. Debería ser, según el doctor Mercé,  “aquella que utiliza en un momento específico las mejores relaciones que tiene a su alcance con los mejores médicos capaces de utilizarla para llegar al diagnóstico más seguro”. Hasta ahora, el honor se lo lleva la ecografía tridimensional, por hacer diagnósticos más completos (al estudiar volúmenes y todas las imágenes planas que la componen), más objetivos (no dependen exclusivamente del explorador) y eficientes (menos tiempo con la misma calidad diagnóstica).

El doctor Mercé también se preocupa por desmentir que la ecografía dañe a la madre o al feto. “Científicamente no se puede demostrar que esta afirmación sea cierta”. Habla en clave de futuro y está seguro que la 2D está llamada a desaparecer desde que médico y paciente no pueden separarse para diagnosticar qué hay más allá de si el bebé es niño o niña. “Por encima de todo, mejora la manera de hacer ecografías, así que mejora el método. Y si se mejora el método, tarde o temprano, se mejorarán los diagnósticos”. Ya se ha mejorado el diagnóstico de malformaciones fetales y su comprensión para los médicos y los padres, por citar otro adelanto. Como sostiene el doctor Mercé, la tridimensión constituirá la base de los estudios ecográficos de rutina en un futuro inmediato.

Conocí al ginecólogo Luis Mercé en un curso de formación Misus especializada en Ecografía 3D (escuela de la que es director). Ojeando su curriculum, resumido en tres páginas a Word, te das cuenta de que el tiempo le ha cundido: cosechó premios en su época universitaria, ha ejercido de médico rural, fue fundador de la Unidad de Fecundación In Vitro del Hospital Ruber, además de ser profesor en la Universidad de Navarra, autor y editor de libros, miembro de cinco sociedades científicas nacionales y diez internacionales e investigador de la ecografía en 3D, “hasta ahora la mejor ecografía que se puede hacer en estos momentos en cualquier parte del mundo”.  Todo esto en 51 años, manteniendo a flote su matrimonio y sacando adelante a dos hijas. Y sólo estoy citando algún ejemplo de su polifacética vida profesional.