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La baronesa y la reproducción asistida
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La baronesa y la reproducción asistida

El Congreso Europeo de Reproducción Asistida ha dado de sí en muchos aspectos. No sólo en lo referente a las cuestiones puramente médicas. Ha sido un

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La baronesa y la reproducción asistida

El Congreso Europeo de Reproducción Asistida ha dado de sí en muchos aspectos. No sólo en lo referente a las cuestiones puramente médicas. Ha sido un encuentro rociado de celebridades que nada tienen que ver con la vida y milagros de los espermatozoides y los óvulos. Bueno, es un decir.

El caso es que el lunes, día 7, sobre las 19 horas, los jardines de una clínica barcelonesa, casi pegada a la que frecuenta el Rey Juan Carlos para hacerse los obligados chequeos anuales, se llenaron de caras conocidas. Y una de las que más, la de la baronesa Thyssen. Tita Cervera en persona se presentó en el fiestorro donde los máximos especialistas europeos de la fecundación asistida disfrutaron de un sarao en el que hubo sevillanas, rumba y paella.

Y con Tita, allí estaba también el gran Luis del Olmo compartiendo mesa -y baile- con la baronesa, y el doctor Pere Barri, el hombre que hizo posible el nacimiento del primer bebé probeta español. Porque Tita, amiga de los anfitriones, dicen, apoya la reproducción asistida. Ese milagro de la nueva medicina. Sin embargo, a los sesudos médicos que allí estaban pasándoselo a lo grande lo que más les gustaba eran las chicas de coro de sevillanas. Se las comían con los ojos.

Es probable que más de un doctor llegara a contar varias veces los lunares pintados en los ajustados trajes de algunas de las muchachas que taconeaban sobre el 'tablao' montado para la ocasión. Mientras, la baronesa daba charla a unos y a otros con la soltura de quien suma ya demasiadas tablas en esto de tratar con famosos y poderosos. Por su parte, los cerebros de la reproducción asistida iban a lo suyo: al papeo, al vino y a las copas. Ellos también son mortales.

Aunque menos elegantes, por ejemplo, que Luis del Olmo o el ginecólogo Barri o el cirujano Leonardo Marqués. Algún extranjero, al ver que las miradas de la mayoría de los presentes se centraban por unos momentos en la baronesa, preguntaron quién era ella. "Eso está bien", respondió alguno al saber de qué iba aquella señora enfundada en un sencillo vestido blanco de asas.

Las cámaras de los fotógrafos no daban abasto en la fresca tarde barcelonesa. En cada rincón del jardín asomaba un rostro conocido, ya fuera del mundo de la publicidad, de las artes o de la medicina. Los médicos, cuando alcanzan la cumbre en sus carreras, gustan de codearse con poetas, pintores, músicos y otras gentes que saben mirar más allá de los huesos y las células.

Eso a los galenos los hace más humanos y más cultos. Falta hace. Bonito recuerdo se habrán llevado los especialistas extranjeros. Habrán podido comprobar que en España el talento se deja notar en cualquier situación. Da igual que sea en un laboratorio de alta tecnología que en un sarao.

Ilustración de Julio Cebrián.

El Congreso Europeo de Reproducción Asistida ha dado de sí en muchos aspectos. No sólo en lo referente a las cuestiones puramente médicas. Ha sido un encuentro rociado de celebridades que nada tienen que ver con la vida y milagros de los espermatozoides y los óvulos. Bueno, es un decir.