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El complejo clitoral
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EL EROTICÓN

El complejo clitoral

En el artículo anterior hablamos sobre la anatomía de los genitales femeninos, que sigue siendo, aún hoy, muy desconocida. Tanto es así, que muchas personas siguen

En el artículo anterior hablamos sobre la anatomía de los genitales femeninos, que sigue siendo, aún hoy, muy desconocida. Tanto es así, que muchas personas siguen denominando al conjunto de los genitales femeninos ‘vagina’, en lugar de denominarlos por su nombre correcto: ‘vulva’ (la vagina es sólo una parte del conjunto de la vulva).

Tal confusión no es de extrañar si se tiene en cuenta que en un concepto de la sexualidad coitocéntrico, como el que domina en la actualidad (y que tiene una larga historia en nuestra cultura), no podía por menos de considerarse que la parte más importante de los genitales femeninos era la útil para el coito: la vagina (acaso, incluso, la única importante), considerando que el resto de los genitales femeninos no merecían atención, ni siquiera para aprender a distinguirlos, denominarlos, y comprender sus funciones.

De esta forma, el clítoris ha sido absurdamente silenciado e ignorado. Aún hoy día, cuando se estudian en la escuela los genitales y la reproducción, se suele olvidar mencionar al clítoris. Sin embargo, nunca se olvida mencionar la vagina. En el artículo anterior, comentamos que el clítoris es sin duda el punto más excitante, el más exquisito, el de mayor potencial para el placer de la anatomía femenina.

También comentamos que lo que se puede apreciar a simple vista, y que se suele denominar ‘clítoris’, es sólo la punta de un complejo sistema mucho más amplio y parte del cual no está a la vista. Este conjunto de estructuras se denominan ‘complejo clitoral’.

¿En qué consiste el complejo clitoral? ¿Qué estructuras lo forman?

Si se siguen con los dedos los labios menores de la mujer, desplazándose hacia arriba, hacia el pubis, se descubre en el punto donde se unen dichos labios un pequeño montículo, con la forma de una alubia. Se percibe como una pequeña elevación que produce una sensación muy agradable en la mujer ante el roce suave (si es verdaderamente suave). Es el glande del clítoris.

El glande del clítoris se encuentra recubierto por un pequeño "capuchón" de piel, un repliegue que lo cubre y lo protege de roces y contactos bruscos. Si se tira suavemente de este pequeño pliegue de piel hacia arriba, se descubre el glande del clítoris. Por cierto, y debido a que el glande del clítoris es extremadamente sensible, para muchas mujeres no resulta agradable el estímulo directo sobre el mismo y disfrutan principalmente las caricias más indirectas (alrededor del glande del clítoris o de ligera presión sobre el mismo…).

El glande del clítoris, ese pequeño botón extremadamente sensible, constituye sólo la punta de un complejo sistema que incluye un cuerpo (o tallo) del clítoris (que se sitúa debajo de la piel, pero que se puede tocar si se sigue el recorrido con los dedos desde el glande del clítoris hacia arriba, hacia el pubis) y dos profundas raíces, que no se pueden apreciar con el tacto, pero que juegan un papel fundamental en la excitación y el orgasmo.

El clítoris, por tanto, está formado por estructuras visibles y estructuras internas. El clítoris en su conjunto retiene tanta sangre durante la excitación como el pene del hombre, lo que sucede que en el caso del hombre es más visible dicha retención.

En los genitales femeninos hay otras zonas sensibles a las caricias, algunas de estas estructuras son externas, como los labios menores y el perineo, y otras internas, como los bulbos (unas estructuras sensibles que rodean la entrada vaginal) y el tercio externo de la entrada vaginal (el tercio de fuera, el que está menos profundo).

Las estructuras genitales externas en la mujer no funcionan de una manera aislada, sino que constituyen un complejo funcional. Mary Jane Sherfey lo llamó “complejo clitoral” y este término hacía referencia al conjunto formado por el clítoris (glande, tallo y raíces), bulbos, labios genitales y entrada vaginal (tercio externo). Estas zonas forman una única estructura funcional que responde y reacciona de manera conjunta durante la excitación, aumentando su tamaño debido al gran aporte sanguíneo durante esta fase del ciclo de la denominada “respuesta sexual”.

Es decir, con las caricias y la excitación, toda esta zona responde al unísono, de forma que es, en su conjunto, sensible a la estimulación, y siendo la zona privilegiada del complejo el glande del clítoris.

Muchas personas, hombres y mujeres, desconocen aún lo básico de la anatomía genital femenina, y ello es debido a que la sociedad presiona a las mujeres para que no se interesen demasiado por el tema, sean "decentes" y “no se toquen”, y a los hombres para que no pregunten porque se supone que deben saberlo todo y ser unos "expertos". En esta situación perdemos ambos muchas oportunidades de entendernos y vivir con satisfacción y felicidad nuestros encuentros.

*María Victoria Ramírez es psicóloga y sexóloga.

Asociación www.lasexologia.com

En el artículo anterior hablamos sobre la anatomía de los genitales femeninos, que sigue siendo, aún hoy, muy desconocida. Tanto es así, que muchas personas siguen denominando al conjunto de los genitales femeninos ‘vagina’, en lugar de denominarlos por su nombre correcto: ‘vulva’ (la vagina es sólo una parte del conjunto de la vulva).