El escandaloso fraude de bajas laborales

El fraude de las bajas laborales y el papel de las Mutuas en accidentes de trabajo y enfermedades profesionales es de tal calibre que el ministro de Sanidad, Bernat Soria, no podrá más seguir mirando hacia otro lado por mucho tiempo. El Ministerio de Trabajo habla de unas cifras de fraude verdaderamente de escándalo: entre 5.000 millones de euros anules de gasto directo y 13.000 millones si se consideran los indirectos como pérdida de productividad, sustituciones laborales, asistencia sanitaria o secuelas.

¿Los compinchados? ¿Médicos de la Seguridad Social y pacientes? ¿Abogados sin escrúpulos y galenos? De momento, nadie ha logrado poner el dedo en la llaga. Tanto es así que el Ministerio de Trabajo no ha abierto expediente alguno a trabajadores. Pero el fraude está ahí. Y los recursos para combatirlo son los mismoz de siempre, los inseguros e ineficaces de siempre. Como la tramitación de la incapacidad transitoria (IT), una broma total en manos de las mutuas, cuando lo lógico (por seguro) sería que la gestión la llevara a cabo el Sistema Nacional de Salud.

O, lo que es lo mismo, dejar a un lado la privatización de la esta gestión tan delicada. Porque la IT está creciendo de manera alarmante, quizá debido a factores socioeconómicos que no toca analizar aquí.

Tampoco las comunidades autónomas se libran de responsabilidad del fraude. Cuando las cosas pintan mal, como ahora, desvían el problema al Gobierno central, como si ellos no tuvieran nada que decir al respecto. Que nadie olvide que las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales se financian con dinero público proveniente de la Tesorería de la Seguridad Social, que alimentamos todos los ciudadanos vía impuestos y demás. 5.000 millones de euros son muchos euros, mucho fraude.