Ya se preparan bancos de semen para inmigrantes

Los españoles, mayoritariamente, prefieren ser atendidos en un centro público y no en uno privado, según el último barómetro del Ministerio de Sanidad. Nada que objetar. Excelentes médicos y equipos técnicos avalarían esta inclinación ciudadana. Aunque depende de para qué.

Si es para tener un hijo por un método que no sea el natural, la calificación sería un suspenso inapelable. A día de hoy, entre 600.000 y 800.000 parejas en España necesitan ayuda médica para ser padres, es decir, que no les queda otra que recurrir a una inseminación artificial o a una fecundación asistida.

Y, lo que es peor, no pueden esperar porque el tiempo pasa demasiado rápido, sobre todo para la mujer. Esperanza, como otras ciudadanas, ha tenido que empeñarse hasta las cejas después de acudir a la sanidad pública donde le daban vez para dentro de tres años. El tratamiento es gratis, sí, pero ella, como cientos de mujeres, ya ha cumplido 33 y no puede esperar tanto. En estos casos, el tiempo es oro.

La Seguridad Social no puede con toda la demanda porque no tiene medios humanos ni técnicos para hacerle frente. Por eso de la reproducción asistida (pública) nadie espera milagros: sólo 27 servicios en toda España frente a los 155 que ofrecen las clínicas privadas.

Pregunta: ¿Hay algún interés en que esta desproporción siga? ¿Acaso el Gobierno considera que la técnicas de reproducción humana son un artículo de lujo o un capricho? La demanda crece tanto que incluso las privadas ya se están planteando ofrecer bancos de semen específicos para inmigrantes, pues éstos también tienen problemas para procrear y, si lo hacen, quieren que sus hijos sean lo más parecidos a los padres.

Normal. Así que el mercado tiende al alza y el negocio se estima multimillonario. Y eso que, dicen, tenemos una de las mejores 'sanidades' del planeta.