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¡Ojo con la procesionaria del pino en espacios urbanos!
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¡Ojo con la procesionaria del pino en espacios urbanos!

La oruga procesionaria del pino, localizada en todo el territorio peninsular y en Baleares, hace su aparición desde el mes de marzo con el cambio estacional

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¡Ojo con la procesionaria del pino en espacios urbanos!

La oruga procesionaria del pino, localizada en todo el territorio peninsular y en Baleares, hace su aparición desde el mes de marzo con el cambio estacional y se convierte en uno de los grandes enemigos de los pinares, aunque también afecta a otras especies arbóreas como cedros y abetos. Además, se ha convertido en un problema sanitario en zonas urbanas, ya que sus efectos se extienden también a estos espacios y pueden producir efectos nocivos para el hombre.

Aunque las Administraciones Públicas realizan periódicamente medidas de prevención en bosques y en zonas públicas de las ciudades (vías urbanas, parques y jardines) la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA) recomienda a los propietarios de fincas, urbanizaciones y jardines con pinos que mantengan los árboles en un estado fitosanitario adecuado, a fin de evitar posibles focos de infestación que podrían extenderse a otras áreas, disminuir los niveles de defoliación que produce en esta especie arbórea y reducir, además, los riesgos que conlleva para la salud de los ciudadanos.

Los principales daños que la procesionaria puede ocasionar en las personas son urticarias y alergias. Estas orugas, que descienden en fila al suelo, están rodeadas de unos pelos urticantes que se dispersan y flotan en el aire produciendo irritación en la piel, nariz y ojos. Si se produce un contacto directo con la oruga, su pelo se clava en la piel liberando un producto tóxico que genera la liberación de histamina en la persona afectada y, en consecuencia, la reacción alérgica.

Especial atención merecen los niños en parques, jardines y otras zonas de recreo con presencia de pinos. Por ello, se aconseja a los adultos extremar las precauciones para impedir el contacto de los pequeños con las orugas. Asimismo, las reacciones alérgicas se extienden a los animales domésticos, por lo que se recomienda, de la misma manera, a sus dueños tomar precauciones. Los síntomas que pueden ocasionarles son: inflamación de labios, boca y cabeza, picores intensos en las partes afectadas y abundante salivación.

'Armas' contra la oruga

Son muchos los métodos de control para luchar contra esta plaga (destrucción de los bolsones, empleo de trampas de feromonas, instalación de barreras físicas y empleo de productos químicos), sin embargo, la elección los mismos debe realizarse teniendo en cuenta muchos factores: el ciclo biológico en el que se encuentre la plaga, las condiciones ambientales, el nivel de infestación y la minimización del posible impacto sobre el medio, los animales y el ser humano. De ahí la necesidad de que sean empresas especializadas en control de plagas las encargadas de tomar las medidas de control pertinentes.

ANECPLA recomienda a los usuarios que precisen de estos servicios que sean extremadamente exigentes a la hora de elegir al profesional y a la empresa contratada, cerciorándose de que cumplen los siguientes requisitos: la empresa debe estar inscrita en el Registro Oficial de Establecimientos y Servicios Plaguicida; sólo se pueden aplicar productos registrados y autorizados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación; y por último, el profesional encargado de realizar estos tratamientos debe estar en posesión de un carné que le acredite como especialista para desempeñar su labor.

La oruga procesionaria del pino, localizada en todo el territorio peninsular y en Baleares, hace su aparición desde el mes de marzo con el cambio estacional y se convierte en uno de los grandes enemigos de los pinares, aunque también afecta a otras especies arbóreas como cedros y abetos. Además, se ha convertido en un problema sanitario en zonas urbanas, ya que sus efectos se extienden también a estos espacios y pueden producir efectos nocivos para el hombre.