El ruido provoca graves trastornos psicológicos

Un 20% de los españoles padece alguna vez acúfenos o tinnitus (ruidos o zumbidos en los oídos) y un 6% los sufre de manera persistente, lo que puede originar transtornos del sueño, ansiedad, depresión y, en casos extremos, ideas de suicidio. Así lo indica el otorrinolaringólogo del Hospital Clínico de Barcelona Joan Doménech.

El experto mantiene que los ruidos en el oído pueden llegar a representar "un grave inconveniente en la vida cotidiana de quien lo sufre" porque, además, "no tienen cura, ni tienen operación, ni dieta ni medicación alguna que los haga desaparecer". Este mal ya se conocía en la antigüedad, según el experto, y los egipcios lo denominaban "oído encantado", pero posteriormente se tradujo al latín como tinnitus, que significa zumbido o tintineo de campanas.

También destaca que personalidades célebres como Beethoven, Goya o Miguel Ángel han padecido esta afección, que se puede originar por más de un centenar de causas, de las cuales una de las más habituales es la exposición a ruidos de gran intensidad y, ya en la actualidad, el uso de auriculares con el volumen alto. Otros posibles orígenes son los tapones de cerumen, las perforaciones del tímpano, la acumulación de fluidos en el oído, los aneurismas, las alergias, la tensión alta o baja, tumores, diabetes y también problemas tiroideos, síndrome de Meniére, reducción del flujo sanguíneo y algunos medicamentos.

Según explica Doménech, en un 90% de los casos los acúfenos están asociados a una pérdida de audición, pero si se trata de un tinnitus repentino "lo más probable es que no esté vinculado a una menor agudeza auditiva sino que se trate de una disminución transitoria del riego sanguíneo en el oído interno y desaparezca de forma espontánea".

En el caso de que los ruidos perduren en el tiempo, se pueden transformar en crónicos y, en ese caso, el padecimiento "se intensifica y el afectado se concentra cada vez más en el ruido y entonces entra en un círculo vicioso y puede acabar dominado por esta afección durante años o décadas". Esta situación, según Doménech, lleva a la persona "al borde de su resistencia psicológica ya que el tinnitus no le deja dormir, ni trabajar porque su oído no le deja tranquilo".