Es noticia
Bebidas gaseosas, un placer progresivamente venenoso
  1. Alma, Corazón, Vida

Bebidas gaseosas, un placer progresivamente venenoso

A pesar del perjuicio de muchos de los productos que nos rodean, no nos podemos sustraer de consumirlos. Uno de ellos son las refrescantes bebidas gaseosas,

Foto: Bebidas gaseosas, un placer progresivamente venenoso
Bebidas gaseosas, un placer progresivamente venenoso

A pesar del perjuicio de muchos de los productos que nos rodean, no nos podemos sustraer de consumirlos. Uno de ellos son las refrescantes bebidas gaseosas, un placer momentáneo pero que su composición las convierten a largo plazo en sustancias bastante perjudiciales para la salud.

Las estadísticas a nivel mundial son alarmantes. Sólo en Estados Unidos una cuarta parte de las bebidas consumidas habitualmente por su población son bebidas, especialmente bebidas cola. Y los valores están en alza, a nivel mundial el consumo de bebidas gaseosas se incrementa constantemente y la venta por habitante es cada vez mayor.

El consumo de bebidas gaseosas no alimenta, pero sí engorda sobremanera. Optar por las variedades light ayuda, pero no es la solución. Vox populi es aquello de que “un líquido que puede desatascar las tuberías, no puede ser bueno para el organismo”. Pero más allá de esto, lo que sí se ha demostrado es que el consumo exagerado de este tipo de bebidas está relacionado con la obesidad. Según un estudio publicado en la prestigiosa revista médica The Lancet, el consumo de refrescos edulcorados con azúcar incrementa la probabilidad de desarrollar obesidad en niños. El estudio explica que el riesgo de volverse obeso incrementa un 60% con cada lata adicional que se consume al día.

Otro estudio realizado entre más de 90.000 mujeres en EEUU publicado por la Revista de la Asociación Médica de Estados Unidos (JAMA) afirma que mujeres que consumen uno o más refrescos edulcorados con azúcar al día tenían un riesgo relativo de padecer de diabetes tipo 2 casi dos veces mayor (1,85) comparado con mujeres que básicamente no consumen refrescos (menos de un refresco al mes). La conclusión de los autores del estudio es que "un consumo mayor de bebidas edulcoradas con azúcar es asociado con un incremento mayor de peso y un riesgo elevado de desarrollar diabetes tipo 2 en mujeres, probablemente porque proporcionan calorías excesivas y cantidades grandes de azucares fácilmente absorbibles."

Otros problemas añadidos

Las gaseosas son muy ricas en azúcares y calorías, pero prácticamente no tienen ningún valor nutricional. Pero el riesgo de obesidad no es el único, también está la caries y el deterioro de la salud dental en general.

Además, el efecto que se producirá en nuestros huesos, por causa de los agentes que introducimos en nuestro organismo a través de la ingesta de gaseosas, es un debilitamiento sustancial y una pérdida importante de la masa ósea. Esto se debe que el ingrediente activo en la mayor parte de las bebidas gaseosas es un ácido conocido como fosfórico y actúa sobre el calcio de los huesos. Los estudios que se han realizado, especialmente en animales, demuestran que la superabundancia de ácido fosfórico puede vaciar completamente de calcio nuestra masa ósea.

Cierto es que el fósforo puede encontrarse en forma natural en algunos alimentos (como el pescado, por ejemplo) pero es más común que cuando aparece en algo que consumimos sea porque ha sido utilizado como aditivo en un alimento elaborado, no natural. Por otra parte, el ph de estas bebidas ronda los 2,8, un ph muy ácido y, normalmente, se tiende a que la alimentación se alcalinice.

A pesar del perjuicio de muchos de los productos que nos rodean, no nos podemos sustraer de consumirlos. Uno de ellos son las refrescantes bebidas gaseosas, un placer momentáneo pero que su composición las convierten a largo plazo en sustancias bastante perjudiciales para la salud.