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¿Niño o niña? Dependerá de tu alimentación
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¿Niño o niña? Dependerá de tu alimentación

Podemos elegir el sexo del futuro bebé sin necesidad de pasar por un laboratorio y sin jugar con la legalidad, todo mediante un método tan natural

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¿Niño o niña? Dependerá de tu alimentación

Podemos elegir el sexo del futuro bebé sin necesidad de pasar por un laboratorio y sin jugar con la legalidad, todo mediante un método tan natural como seguir la dieta adecuada. Así lo ha demostrado la bioquímica argentina Adriana Baretta en un estudio de 150 casos a lo largo de los últimos 15 años. Su curiosidad le ha llevado a demostrar que las mujeres tienen mucho más que ver en la determinación del sexo del futuro hijo de lo que parece: “Existía alguna investigación en animales desde hace 30 años, pero nada exhaustivo”, declara a este diario, “yo nunca terminé de confiar en la ‘teoría del azar’ cuando, por ejemplo, veía familias numerosas en las que todas eran mujeres o todos varones”.

La determinación del sexo depende de los cromosomas X e Y. Los óvulos tienen la pareja XX y los espermatozoides XX o XY. En la concepción, el óvulo y el espermatozoide ‘donan’ un cromosoma cada uno formándose cigotos XY (varón) o XX (hembra). Pues bien, el ‘método Baretta’ demuestra que, según la alimentación de la madre y el estado del moco cervical (parte del flujo vaginal), los espermatozoides XX lo tendrán más fácil que los XY o viceversa.

Hasta el momento, la comunidad científica sigue confiando en la ya mencionada ‘teoría del azar’, es decir, no hay forma de predeterminar el sexo porque nunca se sabe qué tipo de espermatozoide fecundará el óvulo. Según Adriana Baretta, el factor alimentario sí que influye, concretamente el 80%.

La presencia de los minerales sodio, potasio, calcio y magnesio en la alimentación de la futura madre establecen tres posibilidades: con un coeficiente 2 será niña, de 2 a 4 las posibilidades son indistintas y de 4 a 6 será varón. Dichos coeficientes se calculan a partir de la división de sodio y potasio (numerador) entre calcio y magnesio (denominador).

Para obtener uno u otros valores, Baretta publica en su libro ¿Niño o niña? Ya puedes elegir la alimentación adecuada, siempre en caso de mujeres sanas, para que el bebé sea varón o hembra (ver tablas). “En el caso de padecer alguna enfermedad, esta dieta deberá ser modificada según los alimentos que perjudiquen la salud”, explica Baretta.

Como ya se apuntaba más arriba, el factor alimentario garantiza el 80% de éxito. El 20% restante dependerá del factor cíclico, “conocer qué días fértiles favorecen a los cromosomas X o Y por la composición del moco cervical”, la acidez/alcalinidad de las secreciones y su consistencia.

Quedarse embarazada a la primera

“Esta investigación demuestra además por qué algunas mujeres no pueden quedarse embarazadas sin tener problemas de fertilidad, cuántos casos ha habido que teniendo una alimentación favorable a un cromosoma el estado del flujo vaginal sea favorable al contrario”, asegura la bioquímica, “siguiendo estos consejos se pueden quedar embarazadas si no a la primera, a la segunda”.

Para aplicar el factor alimentario, es necesario adecuar la dieta durante al menos tres meses antes de intentar la concepción, mediante indicaciones paulatinas y progresivas, mes a mes, que reviertan o adecuen la condición preexistente. Se ha comprobado que esta modalidad paulatina, progresiva y personalizada, aporta mayores posibilidades de éxito en el logro de un medio interior adecuado a los propósitos de la paciente.

Este hallazgo se presenta como una respuesta positiva a todos los problemas éticos derivados de la elección del sexo en los bebés por técnicas de manipulación genética, práctica prohibida en España pero permitida en países como Bélgica o algunos estados de EEUU.

Podemos elegir el sexo del futuro bebé sin necesidad de pasar por un laboratorio y sin jugar con la legalidad, todo mediante un método tan natural como seguir la dieta adecuada. Así lo ha demostrado la bioquímica argentina Adriana Baretta en un estudio de 150 casos a lo largo de los últimos 15 años. Su curiosidad le ha llevado a demostrar que las mujeres tienen mucho más que ver en la determinación del sexo del futuro hijo de lo que parece: “Existía alguna investigación en animales desde hace 30 años, pero nada exhaustivo”, declara a este diario, “yo nunca terminé de confiar en la ‘teoría del azar’ cuando, por ejemplo, veía familias numerosas en las que todas eran mujeres o todos varones”.