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La lista Falciani (que no conseguimos gracias a Falciani)
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La lista Falciani (que no conseguimos gracias a Falciani)

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Foto: Imagen: Pablo L. Learte | EC Diseño.
Imagen: Pablo L. Learte | EC Diseño.

Conseguir datos secretos no es fácil, incluso cuando se sabe a voces quién los tiene. El informático italo-francés Hervé Falciani había robado allá por 2008 la base de datos de clientes de la filial suiza del HSBC, uno de los principales bancos mundiales. Tras intentar fallidamente vender esa información confidencial, Falciani la compartió con las autoridades francesas, que a su vez, distribuyeron listas de nombres con algunos países ‘amigos’ como España.

La lista Falciani tenía más de 100.000 personas, pero quiénes estaban en ella era un misterio. De vez en cuando, se filtraba algún nombre y los periodistas corríamos a escribir sobre él. El secreto bancario suizo favorecía la ocultación de grandes fortunas y eran personalidades con gran relevancia pública, como el entonces presidente del Santander, Emilio Botín. En muchos casos, estar en esa lista también era sinónimo de ser evasor de impuestos.

Un periodista griego se hizo con los 2.000 nombres de Grecia en 2012 y tras publicarlos en su revista, fue arrestado por las autoridades por invasión de la privacidad. Meses después, 'El País' publicaba en España unos 70 nombres de casos que ya estaban en los tribunales por supuesto delito fiscal. Pero seguían siendo migajas que no llegaban ni a un 3% del conjunto de los datos.

El total del pastel se desveló en este periódico.

El 8 de febrero de 2015 El Confidencial y La Sexta empezamos a publicar, en exclusiva en nuestro país, los casos más relevantes de toda la lista Falciani, desvelando los dueños de los más de 100.000 millones de dólares ocultos en Suiza. Éramos parte de una investigación global, llamada Swiss Leaks, coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés), que involucró a más de 140 reporteros en 45 países.

“¿Y si convencemos a Falciani de que nos dé todos los datos?”. La pregunta era un poco osada, pero había que intentarlo. El ‘no’ ya lo teníamos. Así empezó la caza de un tesoro, que no fue fácil de obtener.

Había dos cosas a nuestro favor. Primero, que Falciani pasaba largas temporadas en España. Nuestro país había denegado su extradición a Suiza en 2013 y desde entonces, el informático colaboraba con las autoridades españolas, bajo una protección especial. La segunda: el ICIJ había desvelado ya otra gran filtración de paraísos fiscales con impacto global, Offshore Leaks. El Confidencial fue el único medio español en apostar por esa investigación y por este tipo de periodismo internacional colaborativo, y desde entonces, fue de la mano del ICIJ en España.

Conseguir el contacto de Falciani llevó semanas y cada encuentro con él era digno de una película de espías. La confirmación llegaba una hora antes

Conseguir el contacto de Falciani llevó semanas y cada encuentro con él era digno de una película de espías. Sabíamos el día y la hora aproximada de la reunión, pero la confirmación no llegaba hasta una hora antes. Una voz tras una llamada anónima daba el lugar y hora exacta. Allí esperaba un policía, que tras comprobar la documentación, te llevaba a otro lugar cercano, que era donde estaba Falciani. Mientras hablábamos, al menos dos parejas de policía observaban, ocultos, desde la distancia.

El ICIJ tuvo media docena de reuniones con Falciani, pero siempre salíamos con las manos vacías. En la última, en París, decidimos desistir: estaba claro que nunca nos daría los datos. Pero muchas veces, cuando se cierra una puerta, se abre otra. En ese mismo viaje nos enteramos de que unos periodistas del diario 'Le Monde' tenían ese tesoro que llevábamos meses buscando.

Gérard Davet y Fabrice Lhomme eran dos reporteros de investigación de pura raza, muy renombrados en su país y con grandes fuentes. A la vez, eran cero técnicos. Como ejemplo: cuando recibieron los más de 60.000 archivos de la filtración, su primer impulso fue imprimirlos todos. Colapsaron la impresora.

Foto: Imagen: Irene de Pablo / El Confidencial Diseño.

Davet y Lhomme casi siempre trabajaban juntos, pero con nadie más. Tras muchas conversaciones, aceptaron colaborar con el ICIJ y sus medios asociados. Aportábamos músculo técnico y una capacidad de investigación e impacto global que un solo periódico no podía alcanzar. No se arrepintieron. La lista Falciani causó una oleada de reacciones por todo el mundo.

Los papeles del ingeniero de sistemas provocaron un pequeño terremoto en los juzgados de media España y una honda preocupación a cientos de clientes de la entidad que habían utilizado sus servicios eludiendo, hasta entonces de forma cómoda, declarar sus fondos al fisco. Hacienda y la Fiscalía se movilizaron y esa pinza conjunta supuso el regreso a las arcas públicas de cientos de millones de euros.

En un principio, la Agencia Tributaria trabajó con una lista obtenida de las autoridades francesas que contenía 3.000 nombres y que, tras meses de trabajo, quedaron reducidos a poco más de 600. La publicación de nuestra investigación amplió esa información y puso un mayor foco sobre algunos de ellos. Los inspectores fueron contactando con los afectados y muchos de ellos optaron por regularizaciones voluntarias.

La familia del difunto presidente del Santander tuvo que pagar 200 millones de impuestos no declarados. Pleitearon, pero no tuvieron éxito

A la cabeza del pelotón, la familia del difunto presidente del Banco Santander que tuvo que pagar 200 millones de impuestos no declarados a la Hacienda española tras las revelaciones de Falciani. No quedaron muy satisfechos con esta liquidación y pleitearon para tratar de recuperar 25. No tuvieron éxito.

Con el aval, primero del Tribunal Supremo y después del Constitucional, la lista continuó su avance. El fisco recaudó 260 millones de forma voluntaria y logró condenas a unos 40 evasores fiscales que no pagaron. El 90% logró condenas en conformidad que no conllevaban ingreso en prisión. Entre ellos estaba el CEO y 'alma mater' de Pepe Jeans, Javier Ortega Cedrón, que pagó 10 millones para evitar una pena de cárcel; el marqués de la lista Falciani, Gonzalo Prado Pardo y Manuel de Villena, marqués de Castiglione de Aragón y primo del presidente de Endesa; el galerista de la 'jet' Miguel Fernández Braso

Aún a día de hoy, las investigaciones sobre la lista (las ondas expansivas del terremoto) continúan. El Juzgado Central de Instrucción 5 de la Audiencia Nacional instruye una macrocausa sobre una trama de gestores financieros que usó decenas de sociedades instrumentales y testaferros para evadir y blanquear fondos de ciudadanos y empresas españolas. Entre sus clientes, había políticos, empresarios, deportistas, médicos, arquitectos, constructores, artistas y hasta narcotraficantes, según recoge la abundante documentación que publicó El Confidencial en los bautizados como papeles del Charisma.

Conseguir datos secretos no es fácil, incluso cuando se sabe a voces quién los tiene. El informático italo-francés Hervé Falciani había robado allá por 2008 la base de datos de clientes de la filial suiza del HSBC, uno de los principales bancos mundiales. Tras intentar fallidamente vender esa información confidencial, Falciani la compartió con las autoridades francesas, que a su vez, distribuyeron listas de nombres con algunos países ‘amigos’ como España.

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