La resaca de la burbuja en Cataluña: el doble de hogares hipotecados una década después

La crisis ha dejado en Cataluña una sociedad mucho más endeudada, entre otras razones por el mercado hipotecario de particulares. Así, en 2011, un 34% de los propietarios debía una parte de su hipoteca. Por el contrario, sólo un 35% tenía su vivienda totalmente pagada. La cifra es relevante porque diez años antes, en 2001, sólo un 27,6% de los propietarios tenían hipotecas abiertas sobre sus primeras residencias, referenciado a un parque de viviendas comparativamente mucho menor. En esencia, se ha doblado el número de hipotecados catalanes en una década.

Así, si en 2001 había 637.000 pisos calificados como residencia principal con hipotecas vivas, diez años después esta cifra se situaba en más de un millón de propietarios, lo que supone un incremento del 57%.

Esta es la conclusión del informe “Régimen de tenencia de las viviendas en Cataluña” publicado en las Notas de Coyuntura de la Conselleria de Economía de la Generalitat utilizando datos censales comparados de la década comprendida entre 2001 y 2011 y limitándolo sólo a las viviendas principales. Si el estudio hubiese comprendido también la segunda residencia, el nivel de endeudamiento aflorado habría sido mucho mayor.

En esencia, el trabajo muestra una sociedad que tuvo que afrontar la crisis después de haber asumido un importante proceso de apalancamiento, que fue precisamente el que dificultó la capacidad de hacer frente a la recesión por parte de las familias y que estuvo favorecido por las facilidades crediticias de las que se disfrutaba en esa época.

Como señalan los autores del estudio, la mayor presencia de viviendas como garantías de un préstamo “refleja el intenso proceso de endeudamiento que experimentaron los hogares catalanes en los años 2000-2008, periodo en que las condiciones de crédito eran muy favorables”.

Los datos del INE también muestran el crecimiento de la burbuja inmobiliaria en España. Así, en Cataluña el número de viviendas principales creció entre 2001 y 2011 en 629.000, un 27%. En cambio, el número de segundas residencias se redujo en 75.000 unidades, con lo que la burbuja, y por tanto el endeudamiento familiar, se centró en la residencia familiar.

El otro tercio son las viviendas que ni estaban totalmente pagadas ni con hipotecas vivas, entre las que destacan el 19,8% de alquiler, además de otros casos como herencias gratuitas o a precio reducido por un trato de favor del propietario al inquilino, a menudo un familiar.

Más alquiler

“Si se comparan estos datos con los del censo anterior (del año 2001), se observa que en 2001 el peso de la propiedad era un 79,1%, superior, mientras que el peso del alquiler era un 16,6% inferior”, se señala en este trabajo de análisis estadístico.

“Por tanto, a raíz de la crisis, el alquiler ha crecido en detrimento de la propiedad”, valora este estudio, que señala que “el deterioro económico y las fuertes restricciones del crédito hacen muy difícil la adquisición de una nueva vivienda.

También hay que tener en cuenta que, durante esta etapa, se produce una entrada muy intensa de población extranjera en Cataluña y así el censo muestra que, en los hogares donde al menos un miembro es extranjero, “el porcentaje de viviendas de alquiler se eleva hasta un 58,6%”.

Cataluña aparece con el parque de viviendas más importante de España, con el 19,8% de sus viviendas principales en alquiler, sólo superada por Baleares, con el 21,6%. En Madrid, por ejemplo, ese porcentaje es del 17,4%.

Punto álgido de la burbuja

Dentro de este periodo, 2005 fue el año en el que la proporción de viviendas de propiedad fue más alta. Entonces, un 77,8% de los hogares de Cataluña estaba en manos de propietarios privados: era el punto álgido de la burbuja inmobiliaria.

“Desde entonces, se ha producido un descenso gradual del porcentaje de viviendas de propiedad, de modo que en el año 2012 ha alcanzado un 74,4% proporción similar a la que registra el censo”, señalan los autores del estudio.