BBVA quitará el suelo a más de 500.000 hipotecas

Es la noticia que desde hace poco más de un mes estaban esperado miles de hipotecados con cláusulas suelo en sus hipotecas. BBVA dejará de aplicar, con efectos desde el 9 de mayo de 2013, la cláusula suelo en sus contratos de préstamo hipotecario con consumidores para cumplir con la sentencia del Tribunal Supremo que declaró ilícita esta condición debido, fundamentalmente, a su falta de transparencia. Esta decisión afectará a unos 530.000 clientes.

Según ha comunicado la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el hecho de dejar de aplicar esa cláusula no significa que no vaya a recurrir el fallo del Alto Tribunal, cuya puerta deja abierta.

Sin contar los clientes heredados de Unnim, BBVA tiene unos 800.000 hipotecados en España, de los que dos tercios, es decir esos cerca de 530.000, tienen cláusulas suelo en sus préstamos para la adquisición de vivienda. Sin embargo, a efectos económicos, el impacto para la entidad será algo menor, ya que en estos momentos un 80 % de los clientes con cláusulas suelo son los que se están viendo perjudicados por estos productos, lo que equivale a algo más de 425.000 clientes.

El banco que preside Francisco González especifica que se estima que con la actual cotización del índice de referencia mayoritariamente utilizado en esos contratos, Euribor a un año, la aplicación de esta medida a la cartera hipotecaria afectada por la sentencia producirá una reducción del beneficio neto después de impuestos en el mes de junio (primer mes completo en el que se aplicará) de 35 millones de euros. En meses sucesivos el impacto dependerá de la evolución del Euribor a un año.

La entidad no restituirá a los clientes las cantidades cobradas de más ya que, tal y como sentenció el Supremo, por motivos de seguridad jurídica, la resolución no tiene efectos retroactivos. 

BBVA no será la única entidad en retirar estas cláusulas de sus contratos, ya que Cajamar Caja Rural ha anunciado que va a proceder a la "retirada inmediata" de estas condiciones en "todas sus hipotecas" después de que el Tribunal Supremo (TS) haya emitido un auto aclaratorio en el que se reafirma en la sentencia por la que las declaraba nulas si ha habido falta de transparencia o información a los usuarios bancarios. Solamente falta por pronunciarse NCG Banco, otra de las entidades a las que afecta la sentencia.

En este auto, el Alto Tribunal aclara algunas de las dudas que las entidades financieras le habían planteado sobre la sentencia del 9 de mayo de 2013. Así, por ejemplo, señala que las cláusulas suelo pueden ser nulas aunque el consumidor se haya visto beneficiado durante un tiempo por las bajadas del índice de referencia. 

Asimismo, sobre la nulidad de las cláusulas enjuiciadas por la concurrencia de una serie de circunstancias, aclara que no es necesario que se den simultáneamente todas ellas para que sean declaradas nula. Si bien, matiza, "tampoco determina que la presencia aislada de alguna, o algunas, sea suficiente para que pueda considerarse no transparente la clausula a efectos de control de su carácter eventualmente abusivo".

Ilícitas si ha habido falta de transparencia

El Tirbunal Supremo insistió en su sentencia en la legalidad de dichas cláusulas siempre y cuando hubiera habido transparencia a la hora de haber informado al cliente. "Son lícitas siempre que su transparencia permita al consumidor identificar la cláusula como definidoras del objeto principal del contrato y conocer el real reparto de riesgos de la variabilidad de los tipos".

Y establecía varias circunstancias en las que dicha transparencia queda en entredicho:

a) La creación de la apariencia de un contrato de préstamo a interés variable en el que las oscilaciones a la baja del índice de referencia, repercutirán en una disminución del precio del dinero.

b) La falta de información suficiente de que se trata de un elemento definitorio del objeto principal del contrato.

c) La creación de la apariencia de que el suelo tiene como contraprestación inescindible la fijación de un techo.

d) Su ubicación entre una abrumadora cantidad de datos entre los que quedan enmascaradas y que diluyen la atención del consumidor en el caso de las utilizadas por el BBVA.

e) La ausencia de simulaciones de escenarios diversos, relacionados con el  comportamiento razonablemente previsible del tipo de interés en el momento de contratar, en fase precontractual.

f) Inexistencia de advertencia previa clara y comprensible sobre el coste comparativo con otros productos de la propia entidad.