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El 'ladrillo' está muerto: en enero sólo se terminaron 5.000 viviendas en toda España
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El 'ladrillo' está muerto: en enero sólo se terminaron 5.000 viviendas en toda España

Son cifras desoladoras, pero que reflejan a la perfección la parálisis del sector inmobiliario español. Durante el mes de enero, apenas se terminaron 5.000 viviendas en

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El 'ladrillo' está muerto: en enero sólo se terminaron 5.000 viviendas en toda España

Son cifras desoladoras, pero que reflejan a la perfección la parálisis del sector inmobiliario español. Durante el mes de enero, apenas se terminaron 5.000 viviendas en toda España. Es la cifra mensual más baja registrada desde el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, según datos del Ministerio de Fomento. Hace cinco años, cuando estaba a punto de estallar, la media mensual se situaba en torno a las 50.000, diez veces más.

Los datos son mucho más terroríficos si se analizan al detalle. En algunas ciudades como Zamora o Soria, la cifra de viviendas terminadas ni siquiera alcanza la decena, mientras que en otras como Madrid apenas se concedieron 80 certificados de fin de obra frente a los más de 1.000 del boom. En Barcelona escasamente se superan los 50.

Nunca se habían construido tan pocas viviendas como ahora. En 2012 se habrán iniciado en España menos de 50.000 -estimaciones de Sociedad de Tasación a partir de datos de Fomento-. Casi un 95% menos que en plena histeria constructora. En 2006 se iniciaron en España casi 800.000 viviendas. De hecho, ni sumando las cifras de los tres últimos años –unas 615.000 entre 2008 y 2012- se alcanzarían las cifras pre-crisis.  

De hecho, la actividad promotora y constructora desarrollada por sociedades mercantiles ha pasado de representar más del 80% de la actividad al 60%. En efecto, la autopromoción ya supone casi el 50% de las viviendas acabadas.

El antiguo motor de la economía española, el sector de la construcción, ha ido agotado en los últimos tres años la gasolina de la reserva. Las promotoras y constructoras han pasado de finalizar casi 550.000 viviendas en 2007 a menos de 75.000 en 2012. Su actividad se ha reducido en más de un 80% en los últimos cinco años. No en vano, el pinchazo inmobiliario, la crisis económica y la falta de financiación para acometer nuevos proyectos se han llevado por delante a miles empresas vinculadas con el ladrillo. Entre 2009 y el primer trimestre de 2013, 6.421 constructoras y más de 4.000 inmobiliarias se han visto obligadas a presentar concurso de acreedores, según los últimos datos de la consultora PwC.

La crisis también ha sacudido con fuerza a la autopromoción y a las cooperativas de viviendas. Así, por ejemplo, se ha pasado de casi 80.000 viviendas terminadas en régimen de autopromoción o de comunidades de propietarios en 2006 a menos de 32.000 en 2012. O de 13.500 en régimen de cooperativas a menos de 8.900. También se ha resentido la actividad promovida desde las Administraciones Públicas: de más de 7.000 viviendas terminadas en 2004 a menos de 2.500. De hecho, en enero de 2013 solamente se terminó una veintena de viviendas promovidas por entes públicos.

El 'ladrillo' español ha entrado en un círculo vicioso del que le va a costar salir varios años. Sin financiación, apenas se compran y se venden viviendas. De hecho, han proliferado las compras en efectivo -entre el 30% y el 50% de las operaciones que se cierran-. Sin financiación tampoco se construye. Una combinación explosiva que está provocando caídas en picado de todos los indicadores. La construcción de viviendas es sólo uno de ellos. 

Son cifras desoladoras, pero que reflejan a la perfección la parálisis del sector inmobiliario español. Durante el mes de enero, apenas se terminaron 5.000 viviendas en toda España. Es la cifra mensual más baja registrada desde el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, según datos del Ministerio de Fomento. Hace cinco años, cuando estaba a punto de estallar, la media mensual se situaba en torno a las 50.000, diez veces más.