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La adolescente que quiere convertirse en la primera bailarina con hiyab del mundo
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ha creado una campaña para que la ayuden

La adolescente que quiere convertirse en la primera bailarina con hiyab del mundo

Stephanie Kurlow aspira hacer su sueño realidad sin dejar de lado su religión. Para la joven, de 14 años, los tutús no están reñidos con el velo

Foto: Stephanie Kurlow, ataviada con hiyab y tutú
Stephanie Kurlow, ataviada con hiyab y tutú

“El hiyab es parte de lo que soy, representa la belleza de la religión que amo. Si la gente tiene derecho de vestirse hacia abajo, entonces yo tengo el derecho de vestirme hacia arriba”. Así de contundente se muestra Stephanie Kurlow, una joven australiana de 14 años cuya máxima aspiración es convertirse en bailarina profesional. El único obstáculo que se interpone entre ella y su sueño son sus creencias religiosas, pues el Islam no ve con buenos ojos la práctica del baile e incluso los más estrictos consideran que debería estar prohibido.

Stephanie, la adolescente que quiere ser bailarina profesional con hiyab

Stephanie, que lleva estudiando ballet desde que tenía dos años, no quiere dejar a un lado ninguna de las facetas de su vida. Su religión la anima a mantenerse alejada de las cosas que podrían perjudicarla, mientras que calzarse las puntas le hace sentir que puede volar mientras se desplaza de un lado a otro del escenario. Sin embargo, las incompatibilidades que encuentra para aunar ambos mundos –tiene que llevar tutú mientras en la cabeza viste un hiyab– y el esfuerzo que le supone compaginar sus estudios con el baile han provocado que abandone esta práctica.

"Mi sueño es inspirar a otras personas a través de la creativa expresión del arte”, dice la adolescente. Tan decidida está a cumplir su objetivo que ha lanzado una campaña a través de la Red donde pide una financiación de 10.000 dólares para poder estudiar en una academia de baile a tiempo completo. Por el momento, 645 voluntarios han prestado más de la mitad del dinero solicitado para que la causa de Stephanie salga adelante.

La familia de la joven la apoya en su cometido e incluso su madre abrió hace cuatro años una academia llamada 'Australian Nasheed & Arts Academy'. A ella acuden niños y niñas de todas las nacionalidades, razas y religiones, y a ninguno se le pregunta por qué viste de tal o cuál manera. Entre los principios básicos de este centro artístico se encuentra el respeto a la cultura originaria de los alumnos.

“El hiyab es parte de lo que soy, representa la belleza de la religión que amo. Si la gente tiene derecho de vestirse hacia abajo, entonces yo tengo el derecho de vestirme hacia arriba”. Así de contundente se muestra Stephanie Kurlow, una joven australiana de 14 años cuya máxima aspiración es convertirse en bailarina profesional. El único obstáculo que se interpone entre ella y su sueño son sus creencias religiosas, pues el Islam no ve con buenos ojos la práctica del baile e incluso los más estrictos consideran que debería estar prohibido.

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