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¿Es este el peor padre del año? Patea un balón que impacta en la cabeza de su hijo
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el niño consigue mantener el equilibrio en el columpio

¿Es este el peor padre del año? Patea un balón que impacta en la cabeza de su hijo

Una tranquila tarde en un parque se convierte en un infierno para el menor, que sufre el golpe de una pelota a la que su padre había pegado una patada

Foto: Padre e hijo juegan en un parque hasta que...
Padre e hijo juegan en un parque hasta que...

Ser padre no es fácil. Acostumbrarse a los llantos nocturnos, a cambiar pañales y a tener que estar pendiente de los horarios de las comidas es una ardua y generosa tarea que no todo el mundo está dispuesto a aceptar. Cuando los niños van creciendo, todas esas noches sin dormir y quebraderos de cabeza van pasando a un segundo plano según los pequeños comienzan a caminar, a hablar… o a disfrutar de una tarde en el parque. Aunque no todos estos momentos son tan agradables como podría parecer a simple vista.

Al menos, así parece demostrarlo el vídeo que se subió a YouTube el pasado 8 de diciembre. Bajo el título 'Nominado al padre del año' –'Father of the year nominee'– puede verse una escena de lo más familiar: un padre observa cómo su hijo se balancea en un columpio mientras otro niño más pequeño contempla el espectáculo. Sin embargo, la paz del momento se ve truncada cuando el adulto golpea un balón que tiene a sus pies e impacta fuertemente la cabeza de su vástago. “Calculo que la pelota le golpea a unos 56 km/h –según puede leerse en uno de los comentarios de la grabación–.

¿Es este el 'peor padre del año'?

En cuanto el padre se da cuenta de lo que ha ocurrido corre rápidamente a socorrer al menor, que se encuentra dando vueltas y vueltas subido en la atracción del parque. A pesar del fuerte golpe, el niño demuestra una gran habilidad y equilibrio, pues consigue mantenerse en el columpio y no suelta las cuerdas ni en los momentos en los que la fuerza de la gravedad parece dispuesta a tirarle al suelo.

Ser padre no es fácil. Acostumbrarse a los llantos nocturnos, a cambiar pañales y a tener que estar pendiente de los horarios de las comidas es una ardua y generosa tarea que no todo el mundo está dispuesto a aceptar. Cuando los niños van creciendo, todas esas noches sin dormir y quebraderos de cabeza van pasando a un segundo plano según los pequeños comienzan a caminar, a hablar… o a disfrutar de una tarde en el parque. Aunque no todos estos momentos son tan agradables como podría parecer a simple vista.

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