El inoportuno ataque de hipo que interrumpió el himno nacional de Australia
Ethan Hall tenía que cantar antes de un partido de béisbol, pero el azar quiso que justo cuando empezaba a entonar la melodía su diafragma comenzara a contraerse en espasmos
Se había estado preparando con ahínco para tan importante evento, pero el azar quiso jugarle una mala pasada. Ethan Hall, de siete años, era el encargado de cantar el himno de Australia previo a la celebración del partido de béisbol entre el Brisbane y el Adelaide. Había afinado, se había aclarado la garganta y, cuando pisó la arena con el micrófono en la mano, un ataque de hipo interrumpió su melodía.
Quizá los nervios fueran los responsables de que el diafragma de este pequeño pelirrojo comenzara a contraerse de manera involuntaria. No se sabe a cierta cierta la causa que provocó el hipo, pero Ethan intentó luchar contra él con todas sus fuerzas… pero con nulos resultados. Jugadores, árbitros y público no pudieron esconder sus carcajadas en cuanto notaron las interrupciones en el canto del pequeño.
Lejos de amilanarse o sentir vergüenza por lo ocurrido, el niño continuó con la tarea que se le había encomendado y hasta el final de 'Advance Australia Fair' no la dio por concluida. Una merecida ovación es el colofón final a una profesionalidad digna de los mejores cantantes que se ha convertido en uno de los vídeos virales de la semana.
Afortunadamente, el ataque de Ethan apenas tuvo duración –unos minutos– en comparación con el sufrido por Charles Osborne. Este estadounidense nacido en Iowa aparece en el Libro Guinness de los Récords por haber sido el hombre con el mayor ataque de hipo de la historia. El primer espasmo le llegó en 1922 mientras pesaba a un cerdo antes de sacrificarlo, y hasta 68 años después su diafragma no paró de molestarle. Un año antes de su muerte, en 1991, los hipidos de Charles desaparecieron misteriosamente.
Se había estado preparando con ahínco para tan importante evento, pero el azar quiso jugarle una mala pasada. Ethan Hall, de siete años, era el encargado de cantar el himno de Australia previo a la celebración del partido de béisbol entre el Brisbane y el Adelaide. Había afinado, se había aclarado la garganta y, cuando pisó la arena con el micrófono en la mano, un ataque de hipo interrumpió su melodía.
- Así sonó la Marsellesa en Wembley antes del Inglaterra-Francia El Confidencial Efe
- De los silbidos a Piqué a la Tercera Vía José Antonio Zarzalejos
- El independentismo acosa a una entidad cultural por... ¡escuchar el himno español! Antonio Fernández