Un musulmán se tapa los ojos para pedir abrazos en París: "No soy un terrorista"

Se puso en mitad de la parisina plaza de la República con los ojos vendados, los brazos abiertos y dos carteles en el suelo. En ellos podía leerse: “Soy musulmán, pero me llaman terrorista. Confío en ti. ¿Tú confías en mí? Si es así, abrázame”. El público que contemplaba la escena no dudó en mostrar su afecto al joven que se había puesto indefenso ante ellos para hacer hincapié en que los fieles devotos de Alá no tienen nada que ver con los responsables de los atentados que acaban con la vida de miles de personas. [Siga en directo toda la información sobre los atentados del pasado fin de semana]

El objetivo de este experimento social era concienciar a la población sobre la diferencia que se debe establecer entre las confesiones religiosas y el hecho de considerar a alguien un asesino, consiguiendo una gran aceptación por parte de la gente que en ese momento se encontraba en la plaza. Algunas mujeres llegaron a derramar lágrimas mientras se abrazaban a ese desconocido que participaba de su mismo dolor por las víctimas y que no compartía los principios que argumentan los terroristas yihadistas.

El vídeo ha sido muy compartido a través de las redes sociales, alcanzando en Facebook nada menos que 10,5 millones de reproducciones. En la grabación puede verse cómo el protagonista se quita la venda que le tapa los ojos y proclama un discurso. “Quiero agradecer a todos los que me han dado un abrazo. He hecho esto para lanzar un mensaje al mundo. Soy musulmán, pero eso no me convierte en terrorista. No he matado a nadie. Nunca he matado a nadie. Lo siento mucho por las familias de las víctimas. Quiero decirles que musulmán no significa terrorista. Un terrorista es un terrorista, alguien dispuesto a matar a otro ser humano por nada. Un musulmán nunca haría eso. Nuestra religión lo prohíbe”, dijo.

No es la primera vez que experimentos de este tipo se lleva a cabo. Otro de los muchos ejemplos al respecto pudo encontrarse en Estocolmo (Suecia) el pasado mes de marzo, cuando un hombre musulmán tapó sus ojos para recibir los abrazos de las personas que confiaran en él. “Fantástico”, “buena suerte”, “la paz esté contigo” o “no soy musulmán, pero te respeto” son algunas de las frases que la gente le dice cuando se acercan a él para mostrarle su apoyo. Una mujer incluso llega a alzar a su hijo pequeño para que él también pueda participar de esta bonita iniciativa.