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Islandia: ruta por sus volcanes, géiseres, cascadas y Reikiavik
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¿aún no conoce sus altas columnas de basalto?

Islandia: ruta por sus volcanes, géiseres, cascadas y Reikiavik

Estas tierras 'de hielo y fuego' son perfectas para los que no quieren que su viaje se convierta en una sucesión monótona de los mismos paisajes ante sus ojos

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Los colores de la bandera de Islandia podrían ser el perfecto preludio de lo que se encontrarán los aventureros que viajen hasta sus tierras. El azul sería la sinécdoque ideal para el agua del mar que rodea esta isla del noreste de Europa; el rojo podría actuar como emblema de su actividad volcánica y sus magmas carmesí, y el blanco sería el tono justo para designar a la nieve sempiterna que se encuentra en gran parte de su extensión. Tres paisajes radicalmente diferentes que se complementan a la perfección en rutas como las que se desarrollan a lo largo y ancho de la ínsula cuando comienza el buen tiempo y la zona norte comienza a ser transitable.

La conocida como Ring Road es la ruta circular que rodea todo el país y que será el hilo 'conductor' —nunca mejor dicho— de su viaje por Islandia. Para que disfrute de la isla con total libertad, el viaje se realiza en un coche de alquiler que le permite parar donde quiera y a la hora que quiera: la flexibilidad es total, desplazándose con su propio vehículo por estas tierras de hielo y fuego. Además, si el espíritu aventurero le llama, se puede solicitar el alquiler de un todoterreno 4x4 para poder visitar las zonas del interior que no son accesibles por carreteras asfaltadas.

La zona sur de Islandia es la primera que explorará. No puede faltar en su recorrido la mención especial al 'círculo dorado', nombre con el que se designa al triángulo imaginario que dibujan sobre el mapa la zona de los géiseres —y su famosa fuente termal del Strokkur, uno de los géiseres más activos del mundo, en erupción cada cinco minutos—, la cascada de Gullfoss y el Parque Nacional de Thingvellir, donde se encuentra la falla tectónica que actúa de frontera geológica natural entre el Viejo Continente y América, y donde se constituyó el primer parlamento en territorio europeo.

El volcán Hekla y la zona de las cascadas

Ponga rumbo sureste para continuar su camino en sentido contrario a las agujas del reloj. A su encuentro saldrá uno de los más peligrosos 'habitantes' de Islandia, aunque puede estar tranquilo porque no podrá correr detrás de usted para asustarle. Hablamos del Hekla, uno de los volcanes más activos y peligrosos del país, responsable de 20 erupciones. Sus casi 1.500 metros de altura lo siluetean sobre el horizonte con su nevada cumbre contrastando con el paraje verde de alrededor, escenario perfecto para sacar la cámara de fotos e inmortalizar el momento.

Poco después, llegará a la 'casa' de la Skogafoss y la Seljalandsfoss, dos cascadas de incalculable belleza que se incluyen en todas las listas de maravillas naturales de Islandia. Como curiosidad, llama la atención el caso de Seljalandsfoss, pues además de ofrecer vistas increíbles desde el exterior, también se puede ver paseando justo por detrás de la caída del agua. Aunque el espectáculo es indescriptible y no hay que dejar pasar la oportunidad de vivir la experiencia, más vale echar en la mochila un buen impermeable para no acabar empapado.

Playas negras 'sembradas' de hielo

Cuando coja el coche y continúe su camino hacia la zona de Vik, no podrá imaginarse el espectáculo natural que le está esperando hasta que vea por sí mismo las playas de arena negra de Reynisfjara. Como si de magia se tratara, sobre el pavimento volcánico se alzan unas altas columnas de basalto que parecen jugar con las olas del mar mientras descansan en la base de un acantilado.

Pero no crea que la naturaleza habrá dejado de impresionarle durante su viaje a Islandia, pues cuando acceda al Parque Nacional de Vatnajokull se dará cuenta de que en esta isla las sorpresas son una constante. Los expertos viajeros dicen de esta zona que es una de las más espectaculares del país, pues en ella es donde se localiza el campo de hielo más grande de Europa —si no se entiende Groenlandia como territorio europeo— y la conocida laguna de Jökulsarlon. En este lugar se pueden ver los icebergs flotantes que se desplazan por sus aguas y terminan depositándose sobre la arena negra de la playa.

Islandia también puede presumir de fiordos en la zona este de la isla. A ellos se accede después de conducir por una carretera sinuosa y serpenteante que recorre parajes fantásticos ofreciendo vistas panorámicas de las pequeñas poblaciones de Seydisfjördur y Egilsstadir. Aproveche y visite las cascadas de Litlanesfoss, flanqueadas por columnas de basalto, y disfrute del agua cristalina que brota de este ejemplo de simetría 'cincelado' de manera completamente natural.

Los atractivos del norte de Islandia

Pero no solo la zona sur de Islandia ofrece múltiples atractivos al turista. En el norte también encontrará lugares encantadores donde detener su vehículo y bajar para contemplarlos más de cerca. La cascada de Dettifoss es uno de ellos, pues ostenta el honor de ser uno de los saltos de agua más caudalosos de Europa. Su caída, desde los 44 metros, ha sido escenario de películas como 'Prometeus' por la singular belleza del entorno donde se ubica.

Hollywood aún no ha descubierto el encanto del lago Myvatn, aunque las pequeñas 'islas' que salpican su superficie bien podrían haber sido filmadas por Spielberg en alguno de sus largometrajes. Y es que los localizadores cinematográficos pueden encontrar un filón inagotable en los paisajes islandeses, pues a tan solo unos kilómetros de distancia se rodarían sin dificultad películas de extraterrestres en las rojizas tierras de la zona geotermal de Krafla y Hverir.

Su ruta por el norte no puede terminar sin hacer una parada en Husavik —un lugar de lo más propicio para el avistamiento de ballenas en la época estival, sobre todo jorobadas— y en la llamativa iglesia de la ciudad de Akureyri, segunda más importante del país en cuanto a número de habitantes. Antes de bajar hacia la capital islandesa, déjese caer por Borgarnes para conocer las famosas granjas equinas donde se cría una raza autóctona única de caballos.

Reikiavik, la capital de Islandia

Para poner el broche final a este viaje alrededor de Islandia, nada mejor que terminar en Reikiavik. La ciudad más poblada de la isla ofrece un animado paseo por su calle más comercial, la vía Laugavegur, así como una relajada caminata por la ribera del lago de los cisnes de Tjornin, donde las vistas de la capital islandesa son inmejorables.

Sobre la línea de edificios despuntará la iglesia de Hallgrímskirkja, un original templo inspirado en los bloques de basalto que se ha encontrado durante su recorrido por esta isla de naturaleza explosiva. Sus 74 metros convierten esta construcción en una de las más altas de Reikiavik, motivo por el cual es fácil identificarla desde cualquier rincón de la ciudad.

Los colores de la bandera de Islandia podrían ser el perfecto preludio de lo que se encontrarán los aventureros que viajen hasta sus tierras. El azul sería la sinécdoque ideal para el agua del mar que rodea esta isla del noreste de Europa; el rojo podría actuar como emblema de su actividad volcánica y sus magmas carmesí, y el blanco sería el tono justo para designar a la nieve sempiterna que se encuentra en gran parte de su extensión. Tres paisajes radicalmente diferentes que se complementan a la perfección en rutas como las que se desarrollan a lo largo y ancho de la ínsula cuando comienza el buen tiempo y la zona norte comienza a ser transitable.

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