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Viaje al archipiélago de Svalbard: osos polares en la ciudad más al norte del mundo
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contemple el 'sol de media noche'

Viaje al archipiélago de Svalbard: osos polares en la ciudad más al norte del mundo

La cantidad de úrsidos blancos que viven en la zona –y su peligrosidad– han provocado que las leyes prohíban salir de la localidad si no se va armado para poder defenderse en caso de ataque

Foto: En el archipiélago de Svalbard viven más osos polares que personas (iStock)
En el archipiélago de Svalbard viven más osos polares que personas (iStock)

Viajar hasta el archipiélago de Svalbard, a tan solo mil kilómetros del polo norte geográfico, es una experiencia única para los amantes de los destinos de frío. A pesar de que en sus 61.000 kilómetros cuadrados solo viven 2.500 personas –la mayoría de ellas científicos y profesionales del turismo–, los que apunten su brújula hacia esta región gobernada por Noruega encontrarán todos los servicios y comodidades propias de cualquier capital europea.

Bares, pubs y hoteles se dan cita en las calles de Longyearbyen, la ciudad más grande del archipiélago de Svalbard, para disfrute de los turistas que vuelan hasta estas heladas tierras de pasado minero. En la actualidad, las minas de carbón han quedado relegadas a la explotación secundaria, pero aún así pueden reservarse visitas programadas para conocer sus entrañas. Dos de ellas, la de Barentsburg y la de Pyramiden –esta última ya abandonada–, forman parte de un curioso pacto entre naciones que otorga su soberanía a Rusia a pesar de yacer en territorio noruego.

Además de turismo 'minero', Svalbard también es la región perfecta para los que disfrutan con el avistamiento de animales salvajes. Allí, en un paisaje de blancos infinitos, los osos polares confunden su piel albina con el horizonte mientras transitan por su hábitat natural. Nada menos que 3.000 ejemplares se han podido registrar en el archipiélago, una cifra nada despreciable si se tiene en cuenta que supera en cinco centenares a la de humanos que pueblan la zona.

La cantidad de osos polares que viven en Svalbard –y su peligrosidad– han provocado que las leyes de la ciudad de Longyearbyen prohíban salir de la localidad si no se va armado para poder defenderse en caso de ataque. Los turistas, al no estar en posesión de una licencia de armas ni contar con el permiso del gobernador del archipiélago, siempre deben ir acompañados de un guía que sí disponga del rifle reglamentario. Para evitar encontronazos desagradables, el mejor consejo es no interrumpir la vida de estos preciosos úrsidos polares y no molestar sus rutinas en caso de avistamiento.

En el archipiélago de Svalbard viven 3.000 osos polares y solo 2.500 personas

Junto a ellos también conviven otros animales nórdicos, como las focas, las morsas o los renos. Algunas de estas especies se pueden divisar durante la excursión en trineo de perro –que puede contratar aquí– a través de los paisajes helados de la tundra noruega. Con suerte, durante el recorrido de cuatro horas de duración, algunas auroras boreales podrán salir al paso de los turistas para deleitarles con sus bailes de colores, sobre todo en la temporada de octubre a febrero donde la luz del sol no se deja ver en el cielo.

Conocida como la 'noche polar', la región de Svalbard entra en una oscuridad de 24 horas que va iluminándose según los días van se acercan al mes de marzo. Después, todo lo contrario: a partir del quinto mes del año y hasta septiembre, las jornadas se van haciendo cada vez más largas y llega un momento en que el astro rey no abandona el horizonte. Es a ese famoso instante al que se denomina 'sol de media noche'.

Otras experiencias que puede vivir en Svalbard

Cálcese las raquetas de nieve, coja su cámara de fotos y déjese llevar hasta una impresionante cueva de hielo glaciar. Los que han podido adentrarse en sus grutas quedan sorprendidos desde el primer momento, pues hay que descender por un tubo natural de hielo de paredes pulidas y colores cristalinos intensísimos. En invierno, la temperatura en este lugar puede llegar hasta los - 30º C, por lo que conviene vestir ropa muy cálida en diferentes capas.

Por encima del paralelo 78 también se puede conducir una moto de nieve y conocer los paisajes helados del archipiélago, o incluso montar en unos vehículos conocidos como 'snowcat' que se desplazan por este impresionante escenario albo sobre unas 'ruedas-oruga' como las utilizadas por los tanques. Si viaja a esta región en verano, también podrá navegar por los fiordos que la rodean y que en las estaciones más frías permanecen congelados.

Tampoco puede faltar la visita al Global Seed Vault, la conocida como 'bóveda del fin del mundo' que guarda en su interior uno de los grandes tesoros de la biodiversidad mundial. Millones de semillas de más de 5.000 especies distintas se dan cita entre las paredes de esta cámara que protege las diferentes variedades de alimentos vegetales que pueden encontrarse a lo largo y ancho del planeta. Y usted, ¿se anima a 'sembrar' su mente con recuerdos recogidos en Svalbard?

Viajar hasta el archipiélago de Svalbard, a tan solo mil kilómetros del polo norte geográfico, es una experiencia única para los amantes de los destinos de frío. A pesar de que en sus 61.000 kilómetros cuadrados solo viven 2.500 personas –la mayoría de ellas científicos y profesionales del turismo–, los que apunten su brújula hacia esta región gobernada por Noruega encontrarán todos los servicios y comodidades propias de cualquier capital europea.

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